La temperatura ambiente es un aspecto fundamental para un buen descanso, así que debemos tenerla muy en cuenta cuando tenemos un bebé en casa, especialmente a la hora de acostarlo a dormir.
Si bien de día se aconseja una temperatura de entre 22 y 24 grados, durante la noche la temperatura ideal para la habitación infantil es entre 18 y 20 grados, teniendo en cuenta que el bebé duerme al abrigo de la ropa de cama o del saco de dormir. Como promedio, se recomienda una temperatura ideal de 20-22 ºC.
No abrigarlo en exceso para dormir
Como es lógico, queremos evitar que el bebé pase frío por la noche, pero a veces pecamos por exceso y le cubrimos demasiado. Abrigarlo más de lo necesario está relacionado con un mayor riesgo de muerte súbita del lactante al generar un sobrecalentamiento.
Tampoco es bueno que el bebé sude, por lo cual para su bienestar, lo más aconsejable es no abrigarlo en exceso y mantener la habitación a una temperatura agradable, independientemente de la estación del año en la que nos encontremos.
En invierno, los termostatos de la calefacción permiten regular la temperatura, y si tu bebé es de los que se destapan por la noche, puedes usar un saco de dormir o un pijama más gordito que le cubra también los pies.
En verano, si enciendes el aire acondicionado ten en cuenta que no es conveniente que el bebé duerma con el aparato encendido y mucho menos que esté al alcance del flujo de aire. Lo ideal es encenderlo un rato antes de acostarlo pero luego apagarlo.