Con la primavera, el buen tiempo y los días más largos, los paseos con los peques son más frecuentes, bien por las tardes, bien los fines de semana, por la ciudad, por las afueras, por el campo o junto al mar...
Pasear es una estupenda actividad que no solo nos hace sentir bien físicamente al activar el cuerpo gracias al ejercicio, sino también emocionalmente, al descargar tensiones y divertirnos con la libertad que nos da el exterior.
En realidad no es necesario tomar demasiadas precauciones para disfrutar de estos paseos con los niños, aunque también dependerá de la edad de estos y por dónde vayamos a caminar. Estas son algunas recomendaciones de seguridad para los paseos con los niños:
Una ropa adecuada: aunque no se trata de hacer ejercicios de gimnasia, sí vamos a caminar, probablemente a buen ritmo en ocasiones, por lo que conviene vestir una ropa cómoda, holgada y de tejidos que permitan transpirar a la piel. Tampoco hay que olvidarse una chaqueta por los cambios de temperatura que puedan producirse.
El calzado, fundamental: es importante llevar unas zapatillas deportivas cómodas (y calcetines de algodón) para realizar los paseos si estos son largos y no queremos que acaben con rozaduras. Para los paseos cortos, el calzado diario, que también se presupone cómodo, está bien.
Estar bien hidratados: desde que soy madre una botella de agua me acompaña siempre, y en los paseos con los niños no pueden faltar líquidos (agua, zumos) para que no pasen sed, ni ellos ni nosotros: habrá que hacerse con alguna botella más).
En función de la duración del paseo, llevaremos los tentempiés o comidas necesarias (y algo más "por si acaso"). No vamos a ir con provisiones para un regimiento, pero tampoco conviene ir con lo justo, por si el paseo se alarga o ante cualquier imprevisto. Frutas (lavadas de antemano), bocadillos, verduras... vienen muy bien para reponer fuerzas.
Protección solar: los días son más largos, y el sol quema con más fuerza. Es imprescindible una buena crema protectora que aplicaremos a los niños unos 30 minutos antes de estar expuestos al sol, en el rostro y en las zonas descubiertas (brazos, piernas...). Si vamos a estar al aire libre más de dos horas, conviene llevar el protector solar para reponer la crema. Una gorra y unas gafas de sol completarán el equipamiento protector.
En las épocas y horas más conflictivas (después de lluvia, zonas húmedas, al caer la tarde...) conviene llevar aplicada loción protectora contra los mosquitos. También podemos llevar loción anti-picaduras.
Si el paseo es por un lugar desconocido, hay que asegurarse antes de que es adecuado para los peques, que no representa demasiada dificultad, que no hay pendientes excesivas, que está señalizado para evitar perdernos... Las consultas por internet, a mapas, a guías o a las personas conocedoras del lugar nos podrán orientar.
También es conveniente consultar las previsiones del tiempo para evitar sorpresas desagradables a medio paseo, aunque ya sabemos que "el tiempo" no siempre da en el clavo... Para los niños con alergia no está de más mirar las páginas sobre el nivel de polen.
En bici: si el paseo es sobre dos ruedas, no olvidemos circular con el equipamiento y la protección adecuada, especialmente el casco.
En patines: cada vez se ve a más niños sobre patines. Los paseos sobre patines tampoco deben olvidar casco, rodilleras, coderas... y una velocidad adecuada a la destreza del pequeño, así como una vigilancia y acompañamiento constantes.
Cuidado con los recorridos desconocidos o con el tráfico que pueda sorprendernos. Nosotros también hemos de ser prudentes si en nuestro paseo cruzamos alguna carretera o alguna calle transitada.
Descansos: procuremos hacer paradas, tanto si los niños lo piden como si no, pues muchas veces en la emoción de seguir avanzando se olvidan del cansancio. Observar unas plantas, unas nubes o hacer algún juego sentados puede ser una buena excusa para descansar.
Además de los consejos de seguridad, os recordamos cómo hacer los paseos más divertidos precisamente en los descansos y al final del recorrido.
Juegos al aire libre: jugar al aire libre es bueno, bonito y barato, y aunque el paseo en sí es un ejercicio estupendo, podemos sumarle otros juegos físicos, como el del pañuelo, saltos, la comba, circuitos... Sin olvidar otros juegos más tranquilos y relajados a la hora del almuerzo o de la merienda.
En relación al descanso y a los juegos, hacer relajación al final del trayecto les ayudará a descansar músculos y a prepararse para la vuelta a casa y a la rutina.
Al día siguiente les encantará dibujar lo que más les ha gustado del paseo y revisar las fotos.
Probablemente dormirán de maravilla después de haber dado un estupendo paseo en familia siguiendo todos los consejos de seguridad para que no haya sorpresas desagradables y se disfrute al máximo del aire libre en primavera. ¡No olvidéis la cámara de fotos!
Foto | Strandell en Flickr-CC En Bebés y más | La primavera estimula los sentidos de los niños, Gimnasia al aire libre con vuestro bebé, Disfrutar de las actividades al aire libre con los niños