Hace unos días hablamos de aquellos momentos en que, por tener bebés muy demandantes, acabamos los padres haciendo cosas como ir al WC con ellos.
Hoy os comento otra situación en la que nos hemos visto muchos padres: sacar el cochecito a pasear, o a que le de el aire.
Eligiendo cochecito
Durante el embarazo las mujeres y sus parejas pasan horas buscando información sobre los artículos que comprarán. El cochecito es uno de ellos y, habiendo tantos modelos donde elegir, pueden ser varias las páginas web consultadas, los catálogos ojeados y diversas las visitas a las tiendas realizadas con el fin de tomar una decisión.
Valoras cuestiones como el peso, las medidas cuando está abierto, las medidas cuando está cerrado, si se abre y cierra fácilmente, si te harán falta todos los accesorios del cochecito (capazo, sillita, el “huevo” o el paraguas) y tienes en cuenta la cuestión estética y el color por si acaso en el futuro tienes otro hijo de sexo diferente.
En fin, que tras la tesis doctoral para elegir cochecito y tras comprarlo, que no suele ser barato, te das cuenta, cuando han pasado varios meses, que podrías revenderlo como nuevo, ya que lo único que has hecho con él es sacarlo a dar paseos.
Probablemente penséis que hablo de paseos con el bebé dentro. Bien, normalmente las primeros semanas es así, sin embargo llega un momento, a veces más pronto que tarde, en que el bebé decide poner fin a su aventura motorizada (bueno, más que motorizada deberíamos hablar de “aventura con vehículos de tracción animal”) y tú te quedas a cuadros al ver que todo el tiempo que pasaste eligiendo cochecito sirvió de poco, porque tu hijo no quiere ir en él.
Aventuras y desventuras propias
“El Loola, cariño, quiero el Loola”, me dijo. Y el Loola compramos. Estuvo 3 o 4 semanas en él y pronto empezó a llorar cada vez que lo dejábamos en el cochecito.
Así es como Jon acabó en una mochilita porta-bebés. Pero el cambio no es de un día para otro, porque eres padre primerizo y piensas que es algo temporal, que a todos los niños les gustan sus cochecitos.
De hecho, paseas por la calle y observas que todos los bebés van tranquilos en su carrito, durmiendo, jugando con algún objeto o simplemente mirando alrededor.
Así que tú piensas que dentro de poco tu bebé será igual y por eso insistes en salir día tras día a pasear poniendo a tu hijo en el cochecito. Día tras día, pese a que a los 30 metros tienes que cogerlo en brazos o ponértelo en la mochila. Día tras día.
Y recuerdo verme, como si fuera ayer, con mi hijo de meses en brazos y mi mujer empujando el cochecito, caminando por la calle observando a los hijos de otras madres permanecer despiertos en sus cochecitos sin decir ni mú y pensando: “pero por qué el nuestro no puede estar así de tranquilito?
Y recuerdo también a mi mujer, saliendo sola a pasear con él, con el niño colgado en la mochilita y sacando el cochecito a pasear.
El día que Jon se durmió en el cochecito
Y un buen día, teniendo Jon unos 16-18 meses, Miriam me llamó:
-¿A que no sabes qué? Jon se ha quedado dormido en el cochecito en la calle.
-¿¿Qué??
El Loola ya hacía tiempo que estaba jubilado y decidimos comprar uno más ligero, de los llamados de paraguas, porque, ya que vamos a empujar a un cochecito vacío (aunque cada vez menos), al menos que no pese y sea manejable.
Y Jon poco a poco fue aceptando la nueva sillita y pasaba más tiempo sentado en ella, aunque a menudo se cansaba y pedía que le cogiéramos en brazos.
Y un día, como os he explicado, debieron de intimar o cogerse confianza sillita y niño, porque Jon estuvo más tiempo en ella y acabó por dormirse. Algo insólito que nunca creíamos (ni esperábamos ya) que sucediera.
A los papás con cochecitos sin estrenar
Así que sirva este mensaje para todos aquellos papás que, teniendo un bebé de varios meses, se dan cuenta de que tienen el cochecito prácticamente sin estrenar, no por decisión propia, sino por lo poco que les gusta a sus hijos ir en él.
No estáis solos. Sé que es extraño ver que la mayoría de bebés pasan más de dos minutos en el cochecito sin decir nada, que muchos están hasta despiertos y no lloran, pero no desesperéis, en brazos y en la mochilita (o foulard o pouch o lo que sea) van divinamente y el cochecito acaba siendo el carro de la compra más moderno del lugar, así que eso que os lleváis.
Fotos | Flickr – Gamma-Ray Productions, hyku
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