Al nacer un bebé, y aunque estamos avisados, las horas de sueño de los papás pasan a ser un bien demasiado preciado. Los bebés se despiertan a todas horas (o tenemos esa impresión) y dejan dormir poco.
Esto supone que los adultos vivamos a veces como auténticos zoombies y que nos preguntemos cuándo dormirán toda la noche.
Voy a tratar de explicarlo, aunque desde ya aviso que no suele ser cuestión de meses.
Hace unas semanas invitaba a la reflexión explicando que los bebés son, aunque cueste a veces hacerse a la idea, animales mamíferos. Nacen con un desarrollo cerebral muy precoz y con unos automatismos y necesidades cuyos horarios son poco compatibles con los nuestros.
Y claro, nosotros tenemos unas obligaciones que cumplir y un tiempo muy limitado para descansar (o dormimos de noche o ya no dormimos) y los despertares de los niños suponen una molestia para los padres. Pero ellos no tienen la culpa. El problema es nuestro.
Cómo es el sueño de los bebés
Desde que nacen y hasta los 4-6 meses, el sueño de los bebés es bifásico (dos fases), mientras que a partir de entonces pasa a tener 5 fases, como tenemos los adultos.
El hecho de que su sueño sólo alterne dos fases hace que se despierten a menudo, ya que al acabar las dos fases se despiertan para comer, para promover el contacto y el vínculo y para evitar peligros (ellos no saben que no hay peligro y necesitan la seguridad de saber que sus cuidadores están cerca).
El niño cumple entonces la edad de 4-6 meses y su sueño empieza a cambiar. Aparecen nuevas fases a su sueño que le despiertan a menudo durante la noche.
Aunque pueda parecer mentira, nosotros los adultos, que tenemos esas mismas fases, también nos despertamos a menudo durante la noche. La diferencia está en que nosotros no nos damos cuenta (nos giramos en la cama, nos tapamos,…) y ellos, al no saber volverse a dormir se despiertan.
Si no sabe hay que enseñarle ¿no?
La mayoría de métodos para que los niños duerman tienen como objetivo enseñar a dormir a los bebés. Esto es un sinsentido, pues los bebés ya saben dormir. En la barriga de mamá ya lo hacen y de recién nacido lo siguen haciendo.
Ahora bien, si acabo de decir que las nuevas fases les provocan despertares que no saben gestionar, parece que como no saben, haya que enseñarles.
Lo cierto es que no todo lo que alguien tiene que aprender debe ser enseñado por otra persona. Los niños tienen que aprender a respirar al nacer, y nadie les enseña, tienen que aprender a masticar hacia los seis meses y nadie les hace mover la mandíbula, tienen que aprender a andar y nadie les enseña a hacerlo.
Pues el sueño de los niños es igual. La mayoría de personas dormimos toda la noche del tirón y nadie nos ha enseñado. Es una cuestión de maduración. Cuando estén preparados para hacerlo lo harán.
El sueño de los niños es evolutivo, cambia a medida que el cerebro del bebé lo hace y lo quieras o no, pasará de la A a la Z (ZzZzZz) tarde o temprano, pero para llegar a la Z debe pasar antes por todas las demás letras del abecedario.
Los consejos y métodos que recomiendan “saltarse las letras”, es decir, hacerles dormir del tirón forzando un aprendizaje, no tienen en cuenta el desarrollo normal de los patrones de sueño ni las necesidades afectivas de los padres y bebés.
Estos métodos tratan de hacer dormir a un niño de 6 meses como si tuviera 6 años, saltando todos los pasos que requiere para lograr un sueño saludable, sin miedos, insomnios, ni pesadillas evitables, y de una manera desagradable, dejando desatendidos y llorando a la mayoría de niños (que si aún fuera divertido…).
Es enseñarle a reprimir sus necesidades y a callarse sus inconformidades, en otras palabras, a guardarse para sí sus problemas porque los demás hacen caso omiso de ellos. Lo irónico es que luego, en la edad adulta, la recomendación es la contraria: “saca afuera tus problemas, que si te los vas tragando y la bola se hace cada vez más grande, llega un momento que explotas”.
Pero Estivill dice…
…que a los seis meses ya deberían dormir toda la noche (hablo de Estivill porque en España es el mayor representante de los métodos conductistas basados en la desatención de los bebés).
Claro que lo dice, porque para que unos padres necesiten llevar a cabo un método que es una “solución” primero tienen que estar convencidos de que hay un problema. Inventado el problema, inventada la solución.
Respondiendo a la pregunta con la que iniciamos la entrada, lo cierto es que hasta los 2-3 años los niños no empiezan a dejar atrás los despertares. Algunos niños lo harán antes y otros lo harán incluso después, de manera natural y sin necesidad de intervención de ningún tipo.
Más información | AEPAP (Famiped), Tratado de Enfermería en Cuidados Críticos Pediátricos y Neonatales
Fotos | Flickr (eyeliam), Flickr (mahalie)
En Bebés y más | Los continuos despertares de la media noche, Las fases de sueño del bebé, Es sano es que los bebés se despierten por la noche (Primera parte)