Alrededor del año de vida, algunos niños antes y otros después -pues cada uno tiene su propio ritmo-, el bebé comenzará a dar sus primeros pasos. Aprender a andar es uno de los grandes hitos del desarrollo del bebé en los primeros años de vida, y hacerlo implica una nueva etapa en la que nuestro hijo empezará a explorar el mundo desde otra perspectiva.
Cuando nuestro bebé esté listo para dar sus primeros pasos, es mejor que lo haga descalzo por muchas razones que tienen que ver con su desarrollo integral, y que os contamos a continuación.
Los pies del bebé le aportan información
Los pies del bebé son extremadamente sensibles y desde que nacen tienen la función de conectarlo con el mundo que le rodea aportándole información táctil y sensitiva como temperatura, texturas, superficies, etc..
Además, la percepción de la posición y el movimiento de los pies en relación con el espacio a la hora de empezar a caminar, juegan un papel importante en el sistema nervioso central.
Al empezar a caminar el bebé recibirá estímulos en la planta del pie, e irá adquiriendo equilibrio y fuerza en las piernas. Veremos que a medida que vaya perfeccionando la técnica, el depósito de grasa típico de los pies "redonditos" del bebé, irá desapareciendo y se irá formando su arco plantar.
También estará fortaleciendo sus músculos y los huesos de pies y piernas que están en pleno proceso de osificación.
Siempre que se pueda, mejor descalzos
Caminar descalzo por todo tiempo de terrenos (dentro de casa, por la hierba, por la arena...) tiene múltiples beneficios para la salud de los pies, pero también es bueno para los riñones y para la circulación; relaja y evita el estrés; elimina las toxinas y ayuda a las piernas a no retener líquidos. Además, estimula ciertos órganos conectados con las terminaciones nerviosas de las plantas de los pies.
Y no solo eso, los niños descalzos desarrollan mejor su inteligencia puesto "que el movimiento físico y el estimulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño", según han concluido los expertos en un estudio titulado “Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes“.
Movimientos más libres
El calzado impide recibir sensaciones, además añade un peso excesivo a los pies impidiendo que se muevan libremente. Todo ello explica por qué los niños, cuando tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos continuamente.
Cuando estén en casa, los niños pueden ir descalzos, e igualmente cuando van a la playa pueden andar descalzos sobre la arena, ya que el pie adopta posiciones que con un zapato difícilmente adoptará, de ese modo se fortalece la musculatura del pie y del tobillo y estará más preparado para caminar, correr, saltar, etc.
Cuando salgáis de casa y no quede otra que ponerle zapatos, tened en cuenta que los primeros zapatos del bebé deben respetar la ergonomía de sus pies y dar la sensación de pies descalzos: tienen que ser ligeros, flexibles, de materiales transpirables y suaves, y fáciles de poner y quitar.