Qué nos dicen las manos del bebé cuando tiene hambre

Qué nos dicen las manos del bebé cuando tiene hambre
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Si observamos las manos de los bebés, podemos interpretar algunos signos a través de ellas. Los bebés se meten las manos en la boca con frecuencia para indicarnos que tienen hambre, cuando tienen molestias por la dentición o simplemente porque están descubriendo sus manitas, su primer juguete.

Las manos del bebé tienen un papel importante a la hora de alimentarse. El bebé practica llevarse las manos a la boca desde que está en el útero materno y al nacer, si el pecho de la madre no está en contacto con su cara, intentará usar sus manos para ubicar el pezón y acercarlo a su boca.

Se mete el puño en la boca

Cuando el bebé tiene hambre no puede decírnoslo con palabras, pero nos envía señales a través de su comportamiento para que los padres podamos saberlo.

Estos primeros signos incluyen agitación, nerviosismo y si tocamos sus mejillas giran la cabeza y abren la boca buscando alimento. Pero, ¿sabías que sus niveles de hambre también se pueden identificar al mirar sus manos?

Aunque no siempre que lo hacen es por hambre, meterse el puño en la boca es otra señal temprana de que el bebé quiere comer.

Sabiendo esto, podemos interpretar este gesto para que el bebé no llegue angustiado a la hora de tomar el pecho o el biberón. Apenas lo identificamos, ponemos al bebé al pecho o le damos el biberón para evitar un llanto y un estrés innecesario.

A la hora de amamantarlo, deja que sus manos toquen tu pecho. No intentes apartarlas, bajarlas o colocarlas debajo de una manta; la posición natural de amamantamiento es con los brazos hacia delante. De otra manera, se sentirá desorientado.

Mientras lo alimentas, puedes acariciarle las manitas y si le acercas un dedo a la palma de su mano, tu bebé te lo sujetará con fuerza, un reflejo primario que desaparece hacia los cinco meses de vida.

Las manos del bebé a la hora de alimentarse

No solo es frecuente que el bebé se lleve las manos a la boca cuando tiene hambre, sino que suele tener el puño cerrado como señal de la tensión que hay en su cuerpo.

A medida que comienza a alimentarse esa tensión disminuye y comienza a relajarse. La relajación comienza por su cara, luego se relajan los hombros y finalmente se abren los puños.

El cuerpo del bebé acaba tan flácido y relajado que es frecuente que acabe durmiéndose al pecho o tomando el biberón.

En Bebés y más | Cinco signos (distintos al llanto) que te indican que el bebé tiene hambre

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