La escuela mata la creatividad

20 comentarios

Hace ya más de un año que vi este vídeo de Sir Ken Robinson, una auténtica eminencia cuando se habla de creatividad y de innovación, en el que habla de cómo las escuelas y la educación que ofrecemos a los niños de hoy en día (y la que recibimos nosotros en su momento) matan la creatividad y el talento de los niños.

Según Robinson, todos los niños tienen talento o cuanto menos ganas de innovar. Sin embargo somos los adultos, los que con nuestro sistema educativo y nuestra manera de criarlos les alejamos de sus aptitudes y les hacemos crecer apartados de ellas.

Es ahora cuando hablo de este vídeo porque quería esperar un poco, ahora que mi primer hijo va al colegio, para ver si encontraba algún indicio de técnicas, frases o métodos que ayudaran a minar la creatividad de los niños. No he tardado demasiado en darme cuenta de que ya hay cosas, ahora que mi hijo tiene tan solo 4 años, que están empezando a minar sus ganas de innovar y de ser creativo.

Los niños no temen correr riesgos

Una de las cosas que hacen mágicos a los niños es que no temen correr riesgos. Están aprendiendo, están jugando y están utilizando la lógica y la imaginación en todo momento. Inventan verbos, palabras, juegos y aprenden con ello.

Lo hacen todo sin temor a equivocarse, sin miedo a hacerlo mal, porque ellos no saben hacer bien ni mal las cosas, ellos simplemente las hacen porque quieren hacerlas, porque quieren investigar, explorar y manipular y porque todo ello les gusta, les divierte y les hace crecer y aprender.

Sin embargo, a medida que crecen y los adultos empezamos a controlar sus juegos y sus actividades, tanto en el colegio como en las extraescolares o incluso en casa, cuando no les dejamos jugar libremente sino que tratamos de explicarles cómo son las reglas de sus juegos, empiezan a darse cuenta que equivocarse o hacer las cosas diferente a como los adultos esperamos es hacer las cosas mal, y lo que está mal no se acepta.

Si no estás preparado para equivocarte, nunca harás nada original

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Una de las ideas clave de la conferencia de Sir Ken Robinson es ésta: si no estás preparado para equivocarte, nunca harás nada original.

Las escuelas enseñan a los niños procedimientos estandarizados. Todos tienen que hacer lo mismo en el mismo momento y todos deben obtener el mismo resultado.

El que se sale por la tangente y pretende hacer algo diferente estará haciendo las cosas mal, se estará equivocando (“te has salido de la línea, te has equivocado”, “has pintado donde no tocaba, te has equivocado”) y con el tiempo intentará hacer las cosas “bien”, sin equivocarse, tal y como le digan que lo tiene que hacer.

Así los niños crecen (crecimos), haciendo lo que los demás esperan de ellos, dudando de si lo que se les ocurre es acertado o no y buscando repetir aprendizajes que eran etiquetados como correctos para recibir la misma aprobación (personalmente me he sentido así muchas veces cuando he creado algo – un dibujo, una canción, un texto – dudando, no de si me gustaba a mí, sino de si le gustaría a los demás).

Dicho de otro modo, los niños acaban por hacer sólo lo que les dicen que está bien hecho y niegan muchas de sus inquietudes, talentos o innovaciones, porque o en su momento fueron coartadas o porque ahora temen que lo sean.

En el vídeo se define la creatividad como “tener ideas originales que tienen valor”. Para ser original hay que hacer cosas diferentes, hacer cosas diferentes es no hacer lo mismo que hacen los demás y en la escuela, si no haces lo que hacen los demás, estás haciendo las cosas mal o te estás equivocando.

Jon y su miedo a equivocarse

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Desde hace cosa de un mes Jon, mi hijo, dice a menudo: “Uhh, ¡No! ¡Que me equivoco!”, cuando algo le cuesta. Puede parecer una simple frase de un niño al que le cuesta hacer algo bien y expresa que le está saliendo mal, sin embargo hay mucho más significado en ella, porque lo dice incluso cuando hace algo que nunca antes había hecho.

Un niño que está descubriendo algo nuevo debería poder hacerlo con la mente abierta, absorbiendo cuanto sucede, disfrutando del momento, sin embargo, Jon dice que se equivoca cuando el resultado no es el esperado (incluso a veces se tira al suelo a modo de “me enfado, me rindo”).

El trabajo ahora lo tenemos nosotros, su padre y su madre, para explicarle que no se está equivocando, que él simplemente está haciendo las cosas a su manera y del modo que mejor sabe y que, aunque se estuviera equivocando, no hay nada malo.

Cada error es una oportunidad

Cada vez que alguien hace algo mal (sin querer, por supuesto), cada vez que alguien yerra, nace una nueva oportunidad para hacerlo bien o cuanto menos aprende cómo no hacerlo la próxima vez para no errar.

Es muy común escuchar a las madres decir: “mira que le dije que no lo hiciera, que iba a salir mal, pues a pesar de ello, lo hizo” y aunque entiendo la postura de las madres, entiendo aún más la postura de los hijos. Todos deseamos hacer lo que creemos que tenemos que hacer. Es muy aburrido hacer sólo lo que los demás quieren que hagamos, por eso muchos acabamos por darnos el golpe ahí donde nos dijeron que nos lo daríamos.

Sin embargo, y esto es lo maravilloso del asunto, muchas de las personas rebeldes, cabezonas, insistentes y persistentes que no hacen caso de los consejos acaban por triunfar ahí donde otros fracasaron (los que mantienen intacta su creatividad, por no habérsela dejado robar, supongo).

Si a los niños en su infancia, cuando más capacidad para inventar tienen, les empezamos a enseñar que hay que intentar no equivocarse, estamos poniendo la primera piedra hacia la anulación de su libertad creativa.

Caras tristes, caras contentas

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Llegó el día de Navidad y Jon trajo a casa un dossier con todas las actividades realizadas en clase. Dibujos de “pinta el grande, pero no el pequeño”, “no te salgas de la línea”, “dibujo libre” y un largo etcétera copaban dicho dossier.

Mientras lo miraba Miriam, mi mujer, me señaló los garabatos que había en la esquina inferior derecha de cada dibujo: caras contentas en la mayoría y caras tristes en aquellos en que se había salido de las líneas o cuando había pintado dibujos que no había que pintar.

Me quedé atónito. Tres años. Niños de 3 años generan felicidad o tristeza (caras contentas, caras tristes), según cómo hayan hecho sus tareas.
Está muy bien que se trabajen las emociones desde pequeñitos, pero no está bien que se utilice la tristeza como elemento negativo: “como no lo has hecho bien, estoy triste”.

La primera razón es que la tristeza es un sentimiento igual de aceptable que la felicidad. Igual de bueno tiene que ser el reír como el llorar, si la persona lo siente así. Empezar desde tan pequeños a estigmatizar la tristeza es empezar a repetir los mismos errores que llevamos décadas cometiendo, hacer de la persona afligida algo a rechazar, algo a dejar a un lado, para aceptar solo a las personas felices, las que nos dan alegría.

Esto hace que cuando un niño sufre, llora o se siente triste, tenga una imagen de sí mismo como de alguien que será rechazado si muestra estos sentimientos.

Pero no es este el tema que tratamos hoy, sino el de la creatividad, por eso os explico la segunda razón en contra de la utilización de estos sistemas. El miedo a provocar tristeza y el miedo a equivocarse hace que los niños no quieran, en muchas ocasiones, ni intentarlo.

He visto a mi hijo pedirme que le dibuje un sol y una casa, porque él siente que no sabe hacerlo, le he visto empezar a pintar algo y pedir que le ayudemos a acabarlo porque considera que no le está saliendo bien y le he visto pidiéndonos una cara contenta después de cada dibujo o pintura que hace.

La creatividad muere el día que un niño prefiere que los demás hagan aquello que debería divertirle. Una pena, sólo tiene 4 años recién cumplidos.

Vídeo | Google
Fotos | Flickr – Steve & Jemma Copley, D Sharon Pruitt, surlygirl
En Bebés y más | La creatividad infantil en peligro, El aburrimiento desarrolla la creatividad y autonomía de los niños, Maggie Simpson y su manifiesto por la libertad creativa, “Educar para fabricar ciudadanos”, documental de Eduardo Punset

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    • interesante

      Jajajaja Calistaalvir, me encanta esa canción! XDDDD

      Bueno, Armando, lo primero que GRACIAS infinitas por enlazar este vídeo, porque me ha encantado. Como tantas cosas que estoy descubriendo ultimamente, siento que son cosas que he tenido siempre en la parte de atrás de la cabeza, y que no he expresado nunca en voz alta.

      Más aún desde mi faceta de profe, que no lo soy en activo, pero lo soy vocacionalmente. Y ahora profe y madre. La educación es otro de esos temas que me 'ponen' :))))))))

      Cuánta razón que llevamos años haciendo mal la cosas... todo lo que no es provechoso para conseguir un trabajo, no tiene valor. Y como dicen en el vídeo, ya ni eso, porque ya ningún título garantiza un buen puesto de trabajo. Y eso lo saben bien los padres de adolescentes de hoy, a quienes ya no se les puede 'vender esa moto'. Y con razón. Hay que convencerse y convencer de que la educación es buena per se, y sobre todo cuando no equivale sólo a alfabetización y memorización de datos.

      Y la frustración por equivocarse, o por no llegar al resultado esperado... es triste ver contrariarse a un niño de cuatro años como Jon por no querer equivocarse... pero ... y ver llorar a un/a individuo/a de 23 por no sacar un sobresaliente en la materia que sea en la universidad? (Ya no digo por suspender, que tendría su aquel -y ni eso-).

      Lo de las caritas tristes y alegres (o lo de los pelos) me parece un despropósito. Una amiga me contó que cuando ella era pequeña, en su clase, por sus notas y su comportamiento, las clasificaban en 'niñas de oro', 'de plata' y 'de hojalata', y se sentaban más cerca y más lejos del profesor siguiendo este orden. Sin palabras, también...

      Si cuando Mateo vaya a la escuela, le ponen esto en una tarea :( .... se lo voy a devolver al profe así :() ... y que nos pongan a los dos de cara a la pared, si hay lo que tiene que haber...

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      Armando, me ha encantado tu articulo. Me llego este video hace un año y realmente me emociono. Alan tiene ahora 3 meses y desde el principio nos ha preocupado como ayudar a nuestro hijo a crecer como persona. En nuestro entorna ya hay mucha gente que esta buscando alternativas educacionales para sus hijos, así que de cierta forma se nos abren diferentes caminos. Tenemos claro que queremos una educación alternativa aunque nos preocupa tener el tiempo (ya la crianza compartida requiere la presencia de los padres en mas o menos medida) y poder asumir el coste económico de esta.

      Armando deseo que encuentres una alternativa para Jon que estimule más su creatividad, aunque estoy seguro que en casa lo lográis.

      Te recomiendo este reportaje que hicieron en Gran Angular de Tve2, (está en catalán):

      http://www.granangular.cat/fitxadocu.php?ID=497

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      Armando, aquí tienes un artículo sobre la escuela actual.

      http://www.elpais.com/articulo/sociedad/leer/escribir/elpepusoc/20091029elpepisoc_1/Tes

      Aunque estoy segura de que no lo pones en duda, hay profesionales sensibilizados con las necesidades de los niños en las escuelas. Eso sí, como en todo, o eres más "rebelde, cabezón, insistente y persistente" que nadie -como dices en tu artículo- o el sistema te acaba tragando. Y no me refiero ya sólo a los niños, sino también a los educadores.

      Pero Armando, son pocos y apenas se les oye.

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    • Avatar de evaval Respondiendo a evaval

      Ay, no contesté! Sobre este artículo hablé aquí. Está claro que hay gente que está luchando por sacar el tema adelante, pero claro, lo habitual es hablar de lo que hay que mejorar y de lo que creemos que esté mal. Es como hablar de partos y respeto. Muchos profesionales luchan día a día para que las mujeres tengan partos respetados, pero lo habitual es que pongamos el dedo en la llaga cuando hay profesionales que dejan mucho que desear en este aspecto.

    • Avatar de evaval Respondiendo a evaval

      Gracias también a ti por subir este artículo, Evaval. Me ha recordado a un programa que vimos hace unas semanas en canal sur acerca de las diferencias en educación temprana entre España y Finlandia. He estado intentando encontrarlo después, pero no lo he conseguido... era muy interesante, salían profes españoles que se habían ido a trabajar allí.

      Lo malo es que comparar no nos sirve de nada, porque no es sólo el concepto de educación...todo el sistema social, y en lo que concierne a la familia y la crianza es taaaaan diferente... que reducirlo a la escuela no lo explicaría.

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      En el cole, a mi en el dossier que dices me ponian una cara con 1, 2 o 3 pelos, en lugar de triste o contento. Efectivamente muy subjetivo.

      Lo de que ponerse triste o llorar no esté bien visto, nos pasa tambien de adultos. Cuando un niño o un adulto llora, siempre decimos "no llores!" y a mi solo se me ocurre pensar... llorare si me da la gana y el tiempo que me de la gana!!! Como la canción "it´s my party and I cry if I want to".

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      Yo estoy completamente de acuerdo con Eva P, es más, creo que los maestros nos necesitan. Además, yo no soy capaz de dejarlo todo en sus manos: la creatividad, los valores... la educación en general, en toda su amplitud.

      Sara cumplirá 4 años en mayo, ya lleva unos meses en el "cole de mayores" y a los 17 meses empezó a ir a la guardería. Ahora empieza a escribir su nombre, colorea sin salirse de la línea, aprende muchas canciones y muchísmas palabras, cuenta cosas de sus amigos y tiene una imaginación... digamos, desbordada. Los viernes sale del cole con un cuento para los deberes del fin de semana. Se trata de que los papás se lo lean y luego pinten "algo" que tenga que ver con el cuento. Ella pinta, yo dibujo, claro. Bueno, lo digo por el tema del miedo a equivocarse. Sara cuando se equivoca (se sale al colorear, la R de su nombre parece un pulpo y cosas así...) siempre dice lo mismo: "uy, me ivocado (sic), pero no pasa nada". Creo que es una buena actitud, la suya y la de su seño, que siempre añade esa coletilla. ¿Una bobada? Puede que sí, pero es un detalle. Porque, efectivamente no pasa nada por equivocarse.

      Yo he hablado unas cuantas veces con su seño, Begoña, es joven, con muchísimas ganas de trabajar y de enseñar cosas a sus 23 niños, está llena de alegría y de ideas, pero, claro, su actividad profesional se desarrolla dentro de un sistema educativo concreto. Es lo que hay. Siempre me ha dicho, ella y la dirección del centro, que nos necesitan. Que su trabajo es mucho más difícil sin el apoyo, contacto y comunicación con la família y nos dan pautas para que esa relación redunde en el beneficio de nuestros hijos. Me gusta el cole porque transmite valores a los críos, les enseña que ellos son importantes sólo por ser quien son, les llevan de excursión, les enseñan juegos, canciones, a pintar, a relajarse... No es ningún cole alternativo, es un cole, de toda la vida, de hecho, mi hermano y yo estudiamos allí.

      Retomo lo que dice Eva, hay muchos profesionales que lo intentan cada día, que trabajan intensamente, se preparan, se forman y se encuentran con obstáculos de todo tipo. Y frases apocalípticas como "la escuela mata la creatividad" no les ayudan en absoluto. En mi opinión, también hay un problema de actitud. De los padres. A mi no me preocupa que venga feliz a enseñarme su cara feliz pintada en la mano. Y tampoco me preocupa demasiado que traiga caras tristes, sólo ha traído una. Se ve que ella y unos cuantos más "tiraron las sillas por el suelo". Yo le dije que era normal que la seño se hubiera enfadado, porque esas cosas no se hacen, porque os podéis hacer daño. Y punto. Pero si a todo esto le añadimos la conmiseración, el pesimismo y el comentario apocalíptico, entonces estamos haciendo un flaco favor a los profesores, a nuestros hijos y a nosotros mismos.

    • interesante

      Armando, ¿estamos hablando de ela escuela o de la universidad? Amenábar fue al colegio, interno y tengo un compañero que estudió CCII con él. Dejó la carrera porque ya trabajaba y lo mejor es que suspendió la asignatura de realización. Un genio, el tío, realmente. Pero a la escuela sí que fue. No te digo yo que a Picasso no le pusieran multitud de caras tristes y puntos rojos, pero le debió resucitar la creatividad cuando dejó el colegio, claro. Y de García Lorca te cuento lo que quieras porque me apasiona, por ejemplo, que no sólo fue a la escuela sino que su madre era maestra. Igual que el padre de Picasso, por cierto. Eran simples ejemplos de gente que considero creativa.

      No sé qué generación de niños vamos a crear como adultos. Pero me voy haciendo a la idea de cómo va a ser nuestra generación como padres. En mi modesta opinión, creo que estamos obsesionados por el detalle, por el punto rojo, la cara triste o contenta, por si cada cosa que hacemos tendrá un rastro en su futuro. Por dejar claro que hacemos esfuerzos por ellos, porque quede patente que sabemos que lo que hacemos es lo mejor, por etiquetarnos en uno u otro bando. Unos padres un poco egoistas, como mis compañeros de guardería que se quedan chafados cuando sus hijos ya entran a clase sin llorar, o como los padres que están absolutamente seguros de que le leche materna va a marcar sus vidas o que los niños sólo están bien con sus padres. Yo sinceramente, soy incapaz de examinarme cada día en cualquier acción que comparto con mis hijas. Mis modelos son mis padres y mi forma de actuar es una mezcla de imprevisión, intuición, confianza y mucho amor. Soy imperfecta, aunque tengo afán por informarme y mi única obsesión es contagiarles alegría, darles besos, decirles que las quiero y hacer de cada minuto una fiesta. No siempre lo consigo. Ni mucho menos, pero si yo me convenzo de que la escuela va a matar su creatividad, que se van a convertir en borregas de un rebaño escolarizado, que la cara triste en el dorso de la mano es algo más que un convencionalismo, un símbolo como un stop o un ceda al paso... si pierdo tantas energías en estas cosas, me canso, el control total es agotador.

      "Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de si misma. No vienen de ti sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen. Puedes darles tu amor pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.". (KHALIL GIBRAN)

    • Yo había visto el video hace tiempo y estoy deacuerdo.

    • El reto de un buen maestro consiste precisamente en evitar todas esas cosas q limitan al niño. Por suerte, aun con todos los obstáculos, las carencias y el encorsetamiento q nuestro sistema educativo supone para ello, hay muchos profesionales q lo intentan cada día.

      Por cierto, esos mismos maestros también se encuentran con la incomprensión y el obstáculo q supone la oposición de muchos padres q no son sensibles a estas cuestiones q planteas y q "exigen" cuaderno, libros, notas, "castigos" como las caras tristes o el rincón de pensar...

    • Eva, pues por mi parte doy todo mi apoyo a esos profesoras que buscan potenciar las posibilidades de los niños y no limitarlas...

      En cuanto a lo que muchos padres solicitan, pues ahí es donde un buen profesional debería decir "a educarlos, en casa... aquí les enseñamos a ser personas".

      Madof, me lo apunto. A ver si saco un rato y lo veo, gracias!!

    • Los maestros y profesores también deberíamos estar más preparados para escuchar lo q los padres nos tengan q decir al respecto, por desgracia hay muchos (en los dos "bandos") q todavía separan aula-familia y eso no es bueno. A pesar de q la tendencia es a aumentar la interrelación, hace falta formación, implicación y concienciación por parte de todos.

    • Anna, de acuerdo contigo. Los maestros nos necesitan porque la educación de nuestros hijos es cosa de los padres y el trabajo debe ser conjunto.

      Repito que doy y daré siempre mi apoyo a los maestros que intentan hacer lo mejor por los niños, que se forman e informan y que disfrutan con lo que hacen.

      Luego, claro está, hay unos baremos por los que deben regirse y luego, claro está, puede haber escuelas con unas directrices X con un profesor que siga las directrices Y.

      Dicho de otro modo, Begoña, el año que viene, podría ser Maria José, una profesora recta y seria, quemada de aguantar niños demasiado chapada a la antigua, que no duda en gritarles o cogerlos a la fuerza si hace falta... entonces probablemente no te gustará el colegio ni cómo se comporta tu hija en casa imitando lo que ve en clase.

      "La escuela mata la creatividad" no es una frase apocalíptica, es una realidad. Todo sistema de educación o aprendizaje en el que haya una multitud de niños o personas (una clase es una multitud) regidos por un mismo patrón (la profesora marca el patrón de comportamiento) resta individualidad y equipara, iguala, o lo que es lo mismo, evita que los niños hagan cosas diferentes y por lo tanto que sean originales y creativos.

    • Armando, como te podrás imaginar, vuelvo para explicar por qué pienso que la frase es apocalíptica, incluso injusta, además de rimbombante. Un buen titular, como sería este: "Picasso, Lorca, Amenábar y Ferràn Adrià, fueron a la escuela".

      Y también es apocalíptico y pesimista el escenario que pintas si el año que viene Begoña fuera Maria José. Podría ser, o no. En cualquier caso, y en el mío particular, Bagoña el año que viene será Dani, Ana o Laura. Y el siguiente Maui, Ana o Amparo. Mi relación con el colegio es muy estrecha y lejana en el tiempo. Ya sé que el ejemplo no vale como tendencia, pero te aseguro que mucho padres que no son ex-alumnos piensa como yo.

      Y creo que la actitud es muy importante. Se nos nota en la cara cómo afrontamos las cosas. Si planteamos la escolarización de nuestros hijos con lemas de cabecera como este... No creo que la escuela niegue a los niños su sigularidad. Les enseñan a hacer cosas que se tienen que hacer de una manera concreta. "La A es la A y se hace así", no creo que esto tenga mucha carga ideológica. Y salirse al colorear no es salirse del redil, es un cuestión de psicomotricidad. Tampoco quiere decir nada más. Mi hermano cogía mal el lápiz. Digamos que una complicada por no decir imposible, postura de los dedos. Estuvieron encima de él para corregirlo. No por nada, sino porque acabó con una especie de callo en el dedo corázón. ¿Que da igual cómo cogemos el lápiz? ¿Que da igual que pinte como le dé la gana? ¿Qué le ponen una cara contenta o triste porque alguien decide qué está bien o que está mal dentro de clase? Claro, el problema es regodearse en la cara triste por ser triste o en el punto rojo, por ser rojo o en la subjetividad del profesor al decidir estas cuestiones. Creo que son unas pequeñas normas, nada más y no entiendo qué relación tienen con la creatividad.

    • Y Amenabar por ejemplo no acabó la carrera, Picasso se llevaría unas cuantas caras tristes y el resto a saber. Es evidente que no mata la creatividad de todos los info individuos igual que un mal profesor no consigue que todos sus alumnos suspendan. A tú hermano había que corregir la postura, por supuesto, pero por su bien, no por ser diferente ni por generar tristeza. Entiendo las normas, su existencia y la necesidad de que sé cumplan, sin embargo no entiendo que el dibujo de un niño pueda provocar tristeza y, como lo último que un niño quiere es que alguien se ponga triste a su costa, tratará de hacer sus dibujos tal y como quieran los demás, no como los haría él. Si se equivoca, pues se le dice y se le explica cómo debería haberlo hecho sí es que había un objetivo en la actividad realizada, pero repito, que tiene que ver la tristeza en un error por estar aprendiendo?

    • Tienes mucha razón, Eva. Hay buenos profesionales que no encuentran el respaldo de los padres. Pero, yo no sé si fallo a mi optimismo, creo que esos buenos profesionales no son una mayoría (aunque quizás tu tengas razón y sean muchos más de los que yo creo. Ojalá)... y desgraciadamente, muchos padres tampoco tienen tiempo de preocuparse de la educación de sus hijos. En diferentes posts, estamos dándole vueltas al mismo tema desde diferentes perspectivas.

      Yo, que he vivido un poco de este mundo desde dentro, creo que en España aún muchos licenciados optan a la educación por el deseo de ser funcionarios. No están por los demás (cualidad para mí absolutamente imprescindible en un buen profesor), están por sí mismos. Y los buenos profesionales de verdad se desesperan, porque no encuentran el respaldo ni de los padres ni de sus propios compañeros ('¿Para qué te vas a tomar tantas molestias?'). Y para mi, es un problema de muy difícil solución...

    • Armando has hablado con la profesora de tu hijo sobre el tema de las caritas? estaria bien que le dieras tu opinion, puede ser que ella tenga este procedimiento por orden del cole, puede que no se haya dado cuenta de que no es correcto pintar caritas tristes en los trabajos de niños tan pequeños.... creo que lo mejor es hablarlo, puede que comprenda que no es un buen sistema. Yo estoy muy contenta con las profesoras que tiene mi hija, tambien con el sistema que lleva el colegio, eso no quiere decir que el año que viene nos toque otra profesora y no me guste. Ya os conte que en este cole juntan a los niños de p3, p4 y p5 por las mañanas, ademas cambian cada semana de clase, tienen 4 clases diferente donde cada una esta decorada de manera que una es enfocada a la lectura, otra a la pintura y la plastica, otra a los numeros, y otra a disfraces etc.. todas tienen rincones para el juego simbolico, hemos tenido ya dos reuniones con la tutora y estoy muy contenta, en Navidad se entrego el cuaderno de trabajos y no hay ni caritas, ni barbas, ni puntos.... la tutora me dijo que no obligan al niño a terminar las pinturas o lo que hagan, simplemente pq hay niños que les gusta y lo hacen bien y otros que se cansan o se aburren y prefieren jugar, pues se le deja que juegue, que a esta edad no tiene importancia si hace bien la M o pinta dentro o fuera, los niños van cambiando y puede que a final de curso le guste mas pintar o dibujar y lo haga perfecto, tambien me dijo que si hay "castigo" me dijo por ejemplo que hacia dias que un grupo de niños al salir al patio no recogian, que les pedia cada dia que recogieran y que tiraban los juguetes (bicis, patines, motos...) y los dejaban en el suelo, despues de una semana o mas les estaba avisando que si no se recogia un dia al salir al patio se quedarian sin juguetes, me dijo que avisaria dos dias mas y luego un dia al salir al patio no tendrian sus motos etc.. no me parece mal, entiendo que tienen que respetar los juguetes y aceptar que hay cosas que se les pide y hay que hacerlas. Creo que la base, el pilar, los cimientos el niño los tiene que tener en casa, los niños que la lian en la escuela (de mas mayores) no es para fastidiar a los profesores, lo hacen para llamar la atención de los padres.

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    • Avatar de 493 Respondiendo a vogel

      Sí, vogel, se lo hemos dicho a la profesora, sin embargo ella se queda más con el hecho "a mi hijo ya no le gusta dibujar en casa", como si el problema fuera de él, más que con el acto que lo genera: "es una manera de que aprendan a tolerar las frustraciones"... En fin, dijimos lo que pensábamos, lo que sucedía con nuestro hijo, pero como con el tema de la silla de pensar "es que tú tienes 1, pero yo tengo 25". Y entiendo que fácil no tiene que ser, pero si hay colegios como el tuyo, que aún con un montón de niños hacen las cosas diferentes no veo por qué en éste no lo pueden hacer. Es más, como digo en la entrada, si en vez de castigar a la silla de pensar para que el resto de la clase "pase" del niño, se le diera la importancia que un mal acto tiene "hablar todos del tema, de qué ha pasado, de qué no debería hacerse, de qué puede sentir la persona afectada, etc.", seguro que los niños acabarían siendo más responsables de sus actos...

      (aunque también tengo claro que hay niños de 3 años que ya vienen con unas "costumbres" difíciles de tratar, poco o nada acostumbrados al diálogo y que a veces cuesta llegar a ellos).

    • Gracias por compartirlo!No conocía a este hombre y me ha parecido muy interesante lo que plantea.

    • Soy madre de dos hijos uno de ellos en edad escolar. Me solidarizo con los profesores ya que merecen toda mi consideración y sé que muchos de ellos encuentran muchísimas dificultades para poder realizar su trabajo tal y  como les gustaría. Pero también pienso que los niños actuales son las víctimas de un sistema educativo completamente obsoleto, en el cual no se tienen en cuenta las características individuales y dónde el nivel académico es lo único que importa. Esto dice muy poco de la escuela actual porque hoy en día en las aulas, se deja poco espacio para trabajar las emociones y la libertad personal de los niños, trabajando así únicamente el hemisferio cerebral izquierdo y dejando de lado el derecho que es el que rige estos otros aspectos. Pura fisiología humana.

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