La tiroides es una glándula en forma de moño ubicada en el cuello que produce las hormonas encargadas de regular el metabolismo y estimular casi todos los tipos de tejido.
Su correcto funcionamiento es muy importante en las embarazadas, pues un descenso en su actividad (hipotiroidismo) puede provocar un parto prematuro y problemas en el desarrollo cerebral del feto, aunque la madre no tenga síntomas de la enfermedad.
Un estudio de gran envergadura se está realizando en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos en busca del mejor tratamiento para las futuras mamás que tengan problemas en su glándula tiroidea.
Los síntomas del hipotiroidismo son muy difíciles de identificar en embarazadas. Fatiga, constipación, aumento de peso, olvidos, ronquera y piel reseca son algunos de los signos, típicos también en cualquier gestación normal.
Los médicos están en un gran debate si se debe someter a la futura madre a una revisión de sus glándulas durante el embarazo.
Lo normal es que las mujeres que sufren hipotiroidismo reciban un tratamiento endocrino que regule la función normal de la glándula.
El hecho es que los médicos aún no saben si un tratamiento de tiroides ayudaría, si hay alguna ventaja en realizar análisis de tiroides en el control del embarazo.
Por eso se estudiará el caso de mil mujeres embarazadas y se seguirá la evolución cerebral de los niños hasta los 5 años para poder llegar a alguna conclusión.
Mientras tanto, si padeces problemas en tu glándula tiroidea debes comentarlo con tu ginecólogo que determinará que tratamiento seguir.
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