Llevamos unas cuantas semanas en las que os hemos explicado cuales son los ejercicios ideales que se deben hacer cuando una mujer está embarazada, pero sin duda alguna una de las mejores formas de entrenar cuando se encuentra en este estado es hacerlo en el agua, bien nadando o haciendo ejercicio.
El agua es indispensable para la vida misma, nosotros somos casi todo agua, y se sabe que la natación es de los deportes más completos que existen, además de uno de los más saludables para las personas tanto si están embarazadas como si no lo están, y además, más cuando se encuentra así, porque el agua baja los posibles impactos.
Los ventajas del ejercicio en el agua
El agua hace que los cuerpos que se encuentran sumergidos en ella rebajen enormemente su peso físico por tanto ejercitarse en el agua es ideal para las embarazadas, ya que al aprovechar la flotación en el agua, estarías apoyando tan solo un 50% de tu propio peso, reduciendo así el riesgo de lastimarte.
Otra ventaja muy importante es que al realizar el ejercicio dentro de un elemento que equilibra la temperatura corporal, como es el agua, es complicado, por no decir imposible, que el cuerpo de la mujer embarazada se sobrecaliente en exceso, tal y como podría pasar si se hace ejercicios en la calle.
Además de estas dos ventajas principales existen otras que se derivan de realizar el ejercicio en el agua durante el embarazo, como pueden ser los siguientes:
- Mejora muscular: el agua sirve como resistencia hacia todos los ángulos, mejorando la tonificación muscular, fuerza y movilidad en todos los sentidos y ámbitos musculares.
- Mejora la circulación sanguínea: el entrenamiento en agua hace que mejor la oxigenación de la piel con lo que esto deriva en una mejora en la circulación de la sangre, beneficiando la hidratación de los diferentes grupos musculares.
- Disminuye el dolor de la zona lumbar: ya no debemos soportar todo el peso del vientre ya que el agua hace su trabajo y hace que este pierda su valor, con lo que las vértebras sufren un desbloquee que hace que la columna funcione con mayor amplitud.
- Mejora la respiración: realizar ejercicio bajo el agua hace que tonifiquemos el diafragma con lo que esto implica que se mejore la ventilación pulmonar.
- Ventilación integral: al realizar ejercicio se agita el agua alrededor del cuerpo, esta agitación produce una especie de masaje que produce una relajación profunda y continua en el cuerpo, muy adecuada para el parto.
Recomendaciones para la rutina
Normalmente cuando alguien habla de hacer ejercicio en el agua inmediatamente piensa en nadar, pero esto no siempre es necesario saber nadar para practicar los ejercicios del agua, puesto que la mayoría de los ejercicios y movimientos que se realizan se hacen con el agua en la cintura o como mucho hasta el pecho.
Lo primero que hay que hacer es calentar bien los músculos durante al menos cinco minutos. Se puede realizar realizando una caminata alrededor de la piscina o realizando unos largos nadando a una intensidad muy baja. La rutina completa no debe superar nunca los 30 minutos de duración.
Al igual que al principio se realiza un calentamiento, cuando se acaba la rutina de entrenamiento se debe realizar unos cinco minutos de enfriamiento corporal. El sistema es el mismo que en el calentamiento, caminando alrededor de la piscina o bien con unos largos nadando a muy baja intensidad.
Muy importante es beber siempre suficiente líquido, esto suele ser un problema ya que cuando se realiza ejercicio en el agua lo normal es que la sensación de sed sea mucho menor, así que bebe antes de iniciar el ejercicio incluso durante el ejercicio aunque no te sientas acalorada.
Ejercicios a realizar
El ejercicio que debe realizarse cuando se esta embarazada dentro de la piscina debe ser una gimnasia suave y adecuada. El agua es un medio que desestresa y es el más adecuado para realizar una actividad física eficaz y a la vez relajada, así que no hay que usar una intensidad elevada en los ejercicios puesto que se perdería esta relajación tan buscada y deseada.
Se deben realizar ejercicios de movilidad articular, fortalecimiento y elongación de los principales grupos musculares comprometidos durante el embarazo y parto. Esto conlleva un trabajo de la respiración y la relajación, muy conveniente para poder atravesar dolores y tensiones corporales que podrían llegar en el parto.
Si experimentas fatiga o mareos, dolor de cabeza o cólicos, sangrado vaginal, contracciones, visión borrosa, dificultad al caminar, o si no sientes al bebe moverse (lo cual es común cuando hacemos ejercicios) consúltalo con tu médico.
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