Desde los primeros instantes del embarazo el cuerpo de la mujer empieza a cambiar, primero de una forma sutil y después mediante cambios mucho más acusados y perceptibles.
Los pechos son una de las partes del cuerpo que más cambios experimenta durante la gestación, y seguirán cambiando después de dar a luz , especialmente si se opta por lactancia materna.
Uno de estos cambios -aunque no tiene por qué ser siempre perceptible en todas las mujeres- es la aparición de unas venas azules bajo la piel. Te explicamos el por qué de este curioso cambio.
Las razones por las que aparecen venas azules en los pechos de la embarazada
Aunque pueda llamarnos la atención, este cambio es completamente normal y natural y se debe al aumento del volumen de sangre del organismo durante el embarazo, que hace que las venas y arterias aumenten de tamaño y sean más visibles a través de la piel.
A medida que se acerca el momento del parto, las venas azules en los pechos serán todavía más evidentes debido a la irrigación de las mamas como preparación a la lactancia materna.
Igualmente, durante las primeras semanas de lactancia también es posible que las venas se noten especialmente, aunque con el paso del tiempo su visibilidad irá disminuyendo.
¿Cuándo es perceptible este cambio?
Como decíamos, algunas mujeres empiezan a notar este cambio en el primer trimestre, mientras que otras lo harán más adelante, especialmente a medida que se acerca la fecha de parto.
No obstante, no todas las mujeres aprecian siempre estas venas, pues son más evidentes en aquellas que tienen la piel clara y una constitución delgada. Por contra, en aquellas mujeres embarazadas cuya piel sea más oscura o acumulen más grasa, es posible que este cambio sea menos evidente o se manifieste más adelante.
¿Debo preocuparme?
Aunque en algunos casos puede resultar especialmente llamativo, no es un cambio para nada preocupante, ni debemos asociar la aparición de estas venas a las varices o arañas vasculares, que por el contrario sí denotan un problema de circulación.
Tampoco se requiere de ningún cuidado específico, si bien en general es recomendable mimar los pechos durante el embarazo para aliviar las posibles molestias asociadas a muchos de sus cambios.
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