Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Niña, ayer hemos sido invitados por Plan Internacional, organización de promoción y protección de los derechos de la infancia, a la presentación del 7º Informe sobre el Estado Mundial de las Niñas 2013: “Por Ser Niña: En doble riesgo: las adolescentes y los desastres”.
Asistimos al evento para contaros de primera mano la dura realidad que viven las niñas en países en vías de desarrollo. Los datos son realmente impactantes. Atrocidades y constantes violaciones de sus derechos sólo por el hecho de ser niñas, sin mencionar que son las que salen peor paradas cuando sucede algún desastre. A continuación, un cachetazo de realidad.
Más de una cuarta parte de las niñas y adolescentes en países en desarrollo que han vivido desastres, han sufrido abusos sexuales y violencia durante y después de la emergencia.
150 millones de niñas han sufrido una violación o un acto de violencia sexual en el mundo.
Las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades que los hombres de morir en un desastre.
Hay 65 millones de niñas que no asisten a la escuela en todo el mundo, y a una de cada cinco se les niega el acceso a la educación por su realidad diaria de pobreza, discriminación y violencia.
28 millones de niños y niñas fuera del sistema escolar, viven en contextos de emergencia o conflicto.
Las niñas y adolescentes son más propensas al abandono escolar cuando ocurre un desastre y las que tienen menos probabilidades de volver después.
Cada 3 segundos una niña es obligada a casarse antes de los 15 años, en algunos casos hasta con 5 años. Son vendidas por sus padres y entregadas a hombres q las maltratan.
También el matrimonio temprano forzoso se ve potenciado cuando hay un desastre porque constituye una salida económica.
Las niñas comen menos que sus hermanos varones cuando el alimento escasea.
Si le preguntamos a las niñas de África qué las hace felices, casi todas responden "ir al colegio".
¿Cómo os quedáis con este duro revés de realidad? A veces parece que nos hemos insensibilizado tanto que nuestra mirada no va más allá de lo que sucede en nuestro cómodo primer mundo. En esos países las niñas son invisibles, víctimas de situaciones terribles, forzadas al trabajo y a la prostitución, apartadas y discriminadas por su género.
Al menos una buena noticia es que el Congreso de los Diputados ha aprobado anteayer por unanimidad una petición para que en 2014 Naciones Unidas promulgue una resolución para erradicar el matrimonio infantil forzoso.
Aún así, todavía queda mucho, pero que muchísimo por hacer por las niñas en el mundo. Protegerlas, brindarles acceso a la educación y que participen en la toma de decisiones son tres claves que permitirán cambiar su infancia. Y en eso todos tenemos que ver, no podemos mirar hacía otro lado.
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