El fútbol es uno de los deportes más seguidos y famosos del mundo, incluso en ciertos países se considera como un estilo de vida y cada vez es más común ver como los padres apuntan a sus hijos a escuelas profesionales de fútbol con la esperanza de que se conviertan en estrellas de este deporte.
A todos nos gusta ver como nuestros hijos disfrutan practicando deporte, como se relacionan con sus amigos y van adquiriendo nuevas destrezas según pasa el tiempo. Pero muchas veces, nosotros, los padres confundimos el juego con un deporte competitivo de adultos e imprimimos en ellos todas nuestras frustraciones, así da verdadera vergüenza ver el comportamiento de ciertos padres cuando van a ver jugar a sus hijos. Estas son ocho conceptos erróneos si tu hijo juega al fútbol.
¿Cuál es el objetivo del fútbol?
El objetivo es que tu hijo marque goles, de forma que él o ella consiga una beca de algún equipo de primera división.
¿Cuál es el trabajo de sus compañeros de equipo?
Por supuesto, la de pasar el balón a tu hijo o hija y que este pueda meter goles.
¿Cuál es la posición en la que debería jugar?
De delantero, por supuesto. Lo único que importa es meter goles.
¿Qué debería hacer si el entrenador lo coloca de defensa o no lo saca?
Se razonable, pregúntale al entrenador de una forma politicamente correcta y calmada, por qué el ha tomado esa decisión. Escucha su respuesta de forma educada y luego contrata un abogado.
¿Cuántos minutos debería jugar mi hijo?
Todos los que pasen desde el inicio al final del partido.
¿Cuándo es aceptable que nuestro hijo o hija sea sustituido por otro compañero?
Cuando no pueda ir a jugar
¿Qué debería hacer, como padre, durante el partido?
Por supuesto, la de gritarle las instrucciones necesarias a él y al resto de compañeros para que mejores el juego porque está claro que su entrenador no sabe como sacar el mejor partido de las habilidades de tu hijo. También deberás menospreciar al contrario con insultos y gritos, convenciendo a tu hijo que ellos son el enemigo y no debe sentir piedad o amistad hacia ellos, por supuesto, tampoco debemos consentir ningún tipo de mal arbitraje, enseñando así a tu hijo como se respeta a la autoridad.
¿Qué pasa si tu hijo no gana el partido?
En ese hipotético caso hay que dejarle bien claro que ese no es el camino correcto y que así no llegará a ser nadie en el futuro. Por supuesto hay que tener en cuenta que en el 99% de las ocasiones la culpa no es de tu hijo, sino de esa panda de mocosos con la que le han puesto a jugar. Se aconseja hablar inmediatamente con la dirección del centro, antes de que sea tarde y la carrera futbolística de nuestro hijo esté arruinada.
Beneficios del fútbol
Antes de los cinco años el fútbol puede ayudar a nuestros hijos a desarrollas ciertas actividades motoras, a partir de esa edad los niños ya tienen un cierto desarrollo que les hace estar mejor preparados para iniciarse en el juego como tal, una mayor agilidad, una capacidad para seguir el juego sin demasiados esfuerzos. Algunas de los beneficios que se obtienen son: * Incremento de la potencia muscular en las piernas * Estimula la velocidad de reacción, la coordinación motora y la visión periférica. * Sociabiliza a los niños, les inculca el trabajo en equipo, el valor del compañerismo y la generosidad.
Las preguntas anteriores están basadas en la guía para padres del cómico estadounidense Dave Barry, pero si crees que debería ser así, entonces probablemente tendrás un niño que prefiera que te quedes en casa cuando juegue al fútbol. Si os interesan nuestros consejos sobre cómo deberíamos comportarnos en el campo aquí los tenéis.
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