Cuando la lactancia va tan mal que llora el bebé y llora la madre
Lactancia

Cuando la lactancia va tan mal que llora el bebé y llora la madre

Cuando estás cerca de dar a luz piensas en lo maravilloso que será tenerle ya en brazos, achucharle, darle besitos, vestirle, verle con la ropa que le habéis comprado, disfrutar con su presencia, enseñarle a la gente el nuevo amor de tu vida, hacerle fotos para recordarlo siempre, alimentarle... ¿¡alimentarle!?

Sí, en principio sí, alimentarle también forma parte de las cosas bonitas: verle succionar, oírle tragar, ver cómo pone la manita en el pecho como asegurando que no se le va a escapar y verle dormir plácidamente después de ese momento. A menos que todo eso no suceda y que el bebé se agarre al pecho, haga daño, se coja, se separe, ponga las manos por delante, llore, mame, se duerma y a los cinco minutos todo vuelva a empezar: es la lactancia que te hace sentir culpable, la lactancia que fracasa, la lactancia que te hace llorar.

Que haga daño

Es normal que los primeros días duela un poquito, una ligera molestia, como es normal que no duela nada de nada, pero son solo unos días y el dolor debe ir remitiendo a medida que el bebé abre más la boquita y a medida que el pecho está menos lleno. Pero a veces no deja de doler. El bebé no se agarra bien, o tiene frenillo, y el dolor no solo no va disminuyendo conforme pasan los días, sino que va en aumento. Y aparecen grietas, y el que debería ser un momento de placer se convierte poco a poco en un momento de sufrimiento, y el dolor empieza a ser una constante, tan molesta, que la madre casi reza por que su bebé duerma un poco más cada vez, para no oír su gemidito, ese que precede al llanto, que tendrá que calmar con su pecho y con más dolor.

Que se coja, se separe, ponga las manos por delante y llore

Cuando un bebé tiene hambre solo busca apaciguar esa mala sensación de falta, esa molestia en el estómago, y por eso intenta utilizar la succión como mecanismo que le calme. La succión tiene ese efecto, relajarles, pero si no va acompañada de alimento no le sirve de mucho. Así que se coge al pecho, pero si no consigue lo que necesita se separa, llora e intenta ayudarse de las manos. Quiere coger el pecho y metérselo en la boca, pero no sabe, no puede. No es capaz de hacerlo porque aún no coordina.

Y ese gesto de desesperación empieza a poner nerviosa a la madre, que no solo está sufriendo por el dolor que sabe que va a tener, sino por ver que no está logrando calmarle, tranquilizarle, hacerle sentir tranquilo.

"No soy capaz, no soy buena madre"

Y empiezan los lamentos. Empieza la culpa. Ve a otros bebés mamar y ve que comen tranquilos. ¡Si hace unos días habló con su amiga, que dio a luz hace dos semanas, y le dijo que estaba engordando más de 200 gramos por semana! Pero ella no. Ella siente que no lo está haciendo bien, y todos se lo están haciendo saber: su bebé, su pareja que no lo dice, pero parece que lo piensa, y su madre, que sí, ella sí lo dice, que le dé un biberón, que esta pasando hambre.

Llanto

Y al final se rinde porque no puede más y va al médico para explicarle que todo está yendo bastante mal. Si da con un profesional preparado tendrá la suerte de encontrar algunas posibles soluciones válidas. Quizás encuentre el problema y todo empiece a ir mejor desde ese momento, pero quizás no tenga esa suerte y le visite uno de los que dicen "tú dale a demanda, en cuanto te pida, y nos vemos en dos días". Que está bien, que es así, a demanda, pero puede ser insuficiente, porque ya lo hacías, tú ya le dabas a demanda.

Y pasan los dos días, en que tus ojeras han ido a más, amamantar te hace llorar porque duele cada vez más, y le has dado incluso cuando sentías que no debías, que igual tendría que dormir. Que te han dicho que "dormir también les alimenta" y tienes la sensación de que no duerme demasiado y come mucho... ¡a ver si por haber estado tanto a la teta y dormir poco no ha engordado suficiente! ¡Y encima ha hecho caca dos veces! "Eso no puede ser bueno para su peso", piensas.

Te plantas en la consulta y ves que no solo no ha ganado peso, sino que ha perdido 20 gramos. Dos días en que has puesto todo lo que tenías, en que has llorado todas las lágrimas que te quedaban, has aguantado el dolor mordiéndote el labio, le has calmado como has podido, apenas habéis dormido para que comiera, has desoído todos los consejos de los demás, no le has soltado casi para que comiera, todo con la intención de ser una madre más, una madre normal, una de esas que apenas va al pediatra, una de esas que ves en el parque, sacándose la teta despreocupada y alimenta a su bebé como si lo hubiera hecho toda la vida.

Y ahí mismo el bebé se pone a llorar, en la consulta, y vuelves a sentir ese escalofrío que te recorre todo tu cuerpo, sabedora de que vas a tener que darle el pecho otra vez, con dolor, sufrimiento, y todo para que no gane nada de peso.

Y no todo depende de los profesionales

Y sé que soy repetitivo, pero las madres lactantes necesitan como agua de mayo profesionales de la salud que sepan de lactancia para que, al menos las que quieran amamantar, puedan lograrlo. En su ausencia están las IBCLC y las asesoras de lactancia, cuyos servicios y éxitos en sus funciones están fuera de toda duda, pero hay ocasiones en las que se requieren pruebas, procedimientos y tratamientos, y entonces la responsabilidad es de los profesionales médicos. Por eso deben saber.

Y no, no me voy a quedar solo en ellos, porque no todo depende de los profesionales. El que una lactancia acabe por fracasar es algo que sucede por muchos motivos: a veces sí, son los profesionales, que dan consejos erróneos o simplemente no los dan, porque no los saben. A veces es la abuela del bebé, que presiona mucho, a veces es la madre, que solo quiere ser feliz y hacer feliz a su hijo, a veces es el padre, que no quiere ver sufrir a ninguno de los dos, y que se ofrece para dar un biberón, y a veces son todos y todo a la vez, porque cuando la lactancia se convierte en eso, en sufrimiento, llanto, sueño, dolor, un bebé que no engorda, un pediatra que pone cara de "no vamos bien" y una familia que insiste en que sigas sus consejos, el sentimiento de culpabilidad es tal que parece que lo más lógico es tirar la toalla y buscar la solución más fácil y rápida, esa que hace que todo cambie al instante.

No, no es lo mejor, pero para muchas familias ya no importa qué es mejor o peor, sino salir de esa espiral de sufrimiento físico y psicológico y dejar de hacerle daño al bebé. Por eso muchas madres acaban dando leche artificial muy a su pesar y por eso sufren, y algunas lloran cuando pasa el tiempo y les dicen que "no lo intentaste lo suficiente", "tiraste la toalla demasiado pronto", "algunas es que son muy débiles y no hacen lo imposible por su lactancia" o "si le hubieras dado el pecho ahora no se te habría puesto malo"... el sentimiento de culpa sigue ahí ahora transformado en la decisión que tomó en ese momento, la de empezar a disfrutar de la maternidad.

¿Lo ideal? Que encuentren a alguien que les ayude y que tengan en cuenta que a veces pasa, que los inicios a veces son así. Si no es el pediatra, que sea una asesora de lactancia, o una amiga, o la madre, o alguien que tenga el tiempo y los conocimientos para estar ahí cerca echándole una mano en lo que haga falta. Si consiguen pasar ese momento, ese trance, quizás todo acabe en una lactancia exitosa. Si no es posible, si no se encuentra a esa persona que te sabe ayudar, si se llega al punto en que no se puede más, es normal que se acabe por dar biberón, porque todo el mundo tiene un límite y lo último que se quiere, como he dicho, es ver sufrir a tu bebé.

Biberon

Por eso debemos respetar a las madres, a todas, tanto a las que dan el pecho como a las que dan biberón, ya sea en sus casas, ya sea en la calle. Que eso también lo he visto, miradas de reprobación por ver a una mujer dando un biberón a un bebé chiquitín.

Desde luego, qué complicado puede llegar a ser tener un bebé, si hagas lo que hagas siempre habrá alguien que te diga que lo podrías hacer mejor.

Fotos | iStock
En Bebés y más | De éxitos y fracasos de la lactancia, Cómo ser testigo pasivo del fracaso de una lactancia, 7 claves para vivir una lactancia materna feliz

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Eso me pasó a mí. Estuve intentando q se enganchara pero no hubo manera. Intentaba ponerme en otra posición para facilitarlo pero me dieron tantos puntos de los desgarros q ponerme en otra posición era llorar del dolor, se cogía un poco y se soltaba. Encima no tuve un embarazo muy bueno, sangrados hasta la semana 16 y en la 20 me dijeron q mi nena podría tener una ventriculomegalia por lo q podía tener parálisis cerebral entre otras muchas cosas y aunque las revisiones fueron evolucionando bien, me pasé el resto del embarazo nerviosa por si pasaba algo y para colmo en el parto tuve tantos desgarros q me estuvieron dando puntos casi una hora y si a eso le añades el postparto q ya es difícil por sí solo....por eso cada vez q oigo el q las mamis q damos bibe somos vagas o no pensamos en nuestros hijos o incluso he llegado a leer q son unas maltratadoras, de verdad alguien puede pensar eso en serio!??? Cada una lo hace lo mejor q puede y ser una buena madre depende de muchas cosas, no sólo de dar el pecho o biberón.

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    • Avatar de vogue25 Respondiendo a vogue25

      Pues sí, hay gente que lo piensa... y lo peor es que encima te lo dicen.

      Muchas gracias por contar tu historia vogue25, creo que a todos nos ayuda conocer las experiencias de los demás.

    • Avatar de vogue25 Respondiendo a vogue25

      Vagas???? Mas pereza me da hacer un biberón y luego esterilizarlo q sacar la teta y ya está. Yo hago lactancia mixta,tampoco cogía peso.

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    • Avatar de must Respondiendo a must

      Eso digo yo!!! Si cuando tienes q salir de casa tienes q coger mil cosas para preparar el bibe jeje.
      Y si sólo fuera eso, no te imaginas la cantidad de cosas q he leído por ahí. Pero bueno, es como con todo, si no lo haces igual q yo es q lo haces mal....

    • interesante

      Muy identificada. Lo peor no es no conseguirlo porque afortunadamente ahora hay biberones, que no son el diablo, desde luego en mi caso fueron la única salida posible ante la espiral de la que hablas aquí. Lo peor es que cuando ya no puedes más, te "rindes" y tomas la decisión de usarlos porque la situación es insostenible, llega siempre alguien a juzgarte, como si no te sintieras tú ya suficientemente mal sin necesidad de que nadie te diga nada. Cada madre hace lo que puede y no es peor madre que la que ha logrado hacer más. Pero para la que quería dar el pecho y no lo ha logrado, darse cuenta de esto y no culparse lleva un tiempo que algunos hacen que sea extraordinariamente largo.

    • Me siento realmente identificada, sobre todo en la parte de la cara del medico y cómo lo apoya la familia... "Hija, no le deberias dar suplemento?" Que duro que tu familia no te apoye.
      En mi caso, gracias a mi marido he seguido con la lactancia, despues de una mastitis subaguda con grietas y mucho dolor. Él me apoyó y me dio fuerzas para seguir.
      Leer por internet en grupos de apoyo, escribir y pedir ayuda en Alba Lactancia y acudir a uno de sus grupos, pude solucionar el problema, eso si, con santa paciencia y muchas lagrimas.
      Ahora mi bebe tiene 4 meses y sigue en el percentil 3, pero esta preciosa y muy sana! A ver q m dicen en la revision, tiemblo de pensarlo!!!!

    • El apoyo es fundamental. En mi caso fui muy pesada en el hospital, no paraba de preguntar cualquier duda y al irnos a casa busqué todos los grupos de lactancia que tenía cerca y alli me plantaba yo con todas mis preguntas y preocupaciones y siempre recibí mucho apoyo tanto de las consultoras de lactancia como de otras madres que al verme la cara de circunstancias me contaban su experiencia
      Es triste cuando tu familia no te apoya, en nuestro caso no habia familia cerca los primeros dias y creo que eso fue una suerte porque nadie me dijo ningún comentario de los típicos y mi pareja estaba al 100% conmigo.

      Ahora, nunca entenderé que haya familia o gente en general que haga sentir mal a una madre porque no puede o no quiere amamantar.

    • Es increíble como todavía hay mujeres que siendo madres y viendo lo difícil que resulta a veces, sean capaces de criticar y hundir a otras que no opinan como ellas. Soy maestra y he visto como niños alimentándose solo de pecho se ponen malos cara dos por tres, y otros solo con biberón que no y Viceversa, una madre quiere a su hijo por encima de todo y lo que decida sobre tu alimentación ( biberón o pecho) es totalmente respetable y nadie debe juzgarlo por eso. Nuestros hijos deben crecer sanos y felices y van a serlo tanto si le das pecho o biberón, porque las madres buscaremos la mejor opción para nuestros bebés. Por supuesto nunca he juzgado y por suerte me da igual los que opinen que soy peor por no querer dar el pecho, sé que no lo soy, y ninguna madre lo es. Todas queremos lo mismo para nuestros bebés y es lo importante.
      Decidan lo que decidan , yo respetaré y no juzgaré.

    • En mi caso, a día de hoy con 7 meses del bebé sigo con dolores (no tan horribles como los del primer mes y sin grietas) y usando pezoneras. No se si ademas de que el bebé no sabía succionar bien por que no abría la boca, el problema también está en mi pezón, que no tengo. Al mes despues de que mi hijo no hubiera cogido ni un gramo, despues de mucho esfuerzo y dolor, decidí abandonar. Al final cuando me quedé con la toma de la mañana y la de la noche vi que podía llevarlo de esta manera y así lo hacemos a día de hoy, eso si, pocos días han sido momentos mas o menos agradables por culpa del dolor (como pinchazos en cada succión) y jamás he podido darle sin pezoneras. Lo he intentado todo y estoy muy orgullosa de hasta donde he llegado y que he hcho lo que estaba en mi mano y más.

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