Desde el momento en que la Navidad entra a formar parte de las vidas de los niños se les empieza a explicar que la noche del día 24 de diciembre hay que irse a dormir pronto para que Papá Noel no los vea.
Muchos adultos de hoy en día crecimos con la idea de que Papá Noel (y los Reyes), simplemente no querían ser vistos y que, si les pillabas, se iban corriendo y te quedabas con los regalos a medias, o sin nada si acababan de llegar.
Tras un extenso trabajo de documentación podemos afirmar que ya sabemos por qué Papá Noel no quiere que los niños le vean. No es que el problema sea suyo, como hasta ahora se pensaba, sino que allí donde Papá Noel aparece, los niños se asustan y lloran (y mejor evitarlo). La foto que encabeza la entrada habla por sí sola, pero por si acaso queda alguna duda, he recopilado unas cuantas fotos más de bebés o niños que lo pasan realmente mal cuando ese señor bonachón y alegre que tiene el poder de hacer magia para repartir miles de regalos en una noche, queda a expensas de los llantos de los bebés.
Como veis, hay que tener muy en cuenta la edad de nuestros hijos a la hora de ponerlos en brazos de un desconocido, ni que sea Papá Noel.
Vía | Screaming Santa En Bebés y más | Noticias relacionadas con Papá Noel