El (dudoso) privilegio de las famosas y adineradas de dar a luz el día que eligen
Muchas famosas y mujeres adineradas, probablemente por aquello de que con dinero se va a todas partes, tienen el (dudoso) privilegio de poder dar a luz el día que eligen, el día que les va bien, o el día que les gusta. Lo vimos cuando Shakira dio a luz a su hijo Milan, un 22 de Enero, porque siendo el 2 de febrero el día del cumpleaños de ella y de Gerard Piqué, y siendo ese día tarde para el bebé (llegaría antes), optaron por elegir un día que fuera la combinación de las dos fechas: dos doses, o sea, el día 22.
Más recientemente, tanto como hace tres días, Pilar Rubio concedió una entrevista a Divinity donde explicó que probablemente tendrán que programar el parto para un día en el que tanto a ella como a su marido, el futbolista Sergio Ramos, les vaya bien.
El problema no es de ellas, sino de quien les permite escoger
Cuando una está embarazada nadie le pregunta qué día va a tener al bebé, sino qué día sale de cuentas. Y todo el mundo sabe que el día que sale de cuentas, la fecha probable de parto, es poco probable en realidad que nazca el bebé. Nadie sabe cuándo va a dar a luz porque nadie sabe cuándo decide el bebé que ya es momento de salir. Nadie, excepto aquellas cuyos profesionales les deja escoger cuándo parir.
Si una mujer va al hospital y dice que le iría bien dar a luz el día 18, le dirán que muy bien, que a ver si tiene suerte y se pone de parto ese día. Sin embargo, si eres famosa o tienes dinero y tu ginecólogo te lo permite, entonces sí, "cuando tú quieras"... "y si luego ves que no te va bien, nos llamas y cambiamos el día", como si fuera la hora de la peluquería.
Porque claro, si les dicen que da igual, que mientras el embarazo se considere ya a término es indiferente parir que "que te paran", pues ellas dicen como Pilar, que lo explicó así:
Debido a los trabajos que tenemos Sergio y yo, que no son estables de horario, y por los continuos viajes, creo que al final tendremos que programar el parto para un día concreto para que podamos estar juntos. No querría estar sin el padre en ese momento. Nacerá en Madrid porque yo siempre estoy aquí.
Por qué es mejor que el niño nazca cuando le toca
¿Por qué no pueden elegir? ¿Por qué es un dudoso privilegio? Bien, poder pueden, por eso lo hacen, les dejan elegir. Otra cosa es que sea bueno para el bebé, o indiferente, que no lo es. Y es que aunque las semanas de gestación den mucha información, lo ideal no es que alguien de fuera decida cuándo un bebé está maduro para nacer, sino que sea el mismo bebé quien lo decida.
A partir de la semana 37 se dice que un bebé ya nace a término, que ya no es prematuro. Sin embargo, se explica así cuando es el bebé quien decide nacer a partir de esa semana. A término también es un bebé que nace en la semana 41, por ejemplo, y la diferencia es de 4 semanas, que es prácticamente un mes: muchísimo tiempo de diferencia. Si coincide que el bebé iba a nacer en la semana 39 y se programa el parto para la 38 no hay mucho cambio, en realidad, pero si el bebé habría nacido en la 41, o quizás en la 42, que los hay, está naciendo demasiado pronto.
En el año 2010, un estudio que analizó nada menos que 407.503 niños escoceses en edad escolar concluyó que nacer en las semanas 37 a 39 duplica el riesgo de que un niño tenga problemas de aprendizaje. Por eso concluyeron que:
Los partos o cesáreas programados deberían hacerse en la semana 40 porque incluso un bebé nacido en la semana 39 tiene un riesgo más alto de tener necesidades educativas especiales que un bebé nacido una semana más tarde.
Pero es que esto es solo el principio. Ese estudio analizó solo los problemas de aprendizaje de los niños en base al momento en que nacieron. La razón de esperar al menos hasta la semana 40 es por la maduración general del bebé: de sus órganos, de la vista, de la audición, etc. Tienen más tiempo para ganar un poco más de peso y nacer con más fuerza, con menos problemas para alimentarse, menos problemas para mantener la temperatura corporal, etc.
Por otra parte, al tratarse de un parto provocado, inducido, y no de un parto que se origina de manera espontánea, el riesgo de instrumentalización es más elevado, pues hay más intervenciones. Al provocar el parto se administra oxitocina sintética, que produce unas contracciones más fuertes, intensas y dolorosas, siendo muy pocas las mujeres que pueden optar por un parto en la posición que prefieran, al tener que ponerse la epidural para soportar el dolor.
Además, al ser un parto no natural, al ser provocado cuando el cuerpo aún no iba a parir, el riesgo de tener que hacer uso de ventosa y fórceps es mayor, así como el riesgo de fracaso de estos métodos para acabar en cesárea, que es también mayor (e incluso porque muchos bebés no soportan bien las contracciones de la oxitocina sintética y hacen bradicardias, que es cuando el pulso les baja más de lo recomendable).
Por eso, la OMS es clara al respecto cuando recuerda que:
Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas.
Y que tu marido sea futbolista y haya días que esté jugando lejos de casa no es una indicación médica, como no lo es que el bebé nazca el día que te gusta o que ese día tengo a los niños en el cole y así estamos todos más tranquilos.
Pero oye, al final, que cada una haga lo que quiera. Yo solo lo explico por si algún día alguna famosa o adinerada que piensa que es lo mismo parir por sí misma o que le induzcan el parto, se dé cuenta de que está complicando sin necesidad un proceso que, ya de por sí, es a veces complicado.
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