Una de las preguntas que se hacen las embarazadas cuando se acerca el momento del parto es si su hijo estará bien colocado a la hora de nacer. De hecho, su posición se revisa en cada ecografía para ver si todo va bien, una cuestión muy importante al final de la gestación, porque la posición del bebé es determinante en el desarrollo del parto.
En la última ecografía el médico se fijará mucho en cómo está colocado el bebé, aunque también puede averiguarlo en el momento del parto a través de una exploración vaginal o las maniobras de Leopold. Así influye que el bebé venga de nalgas, con su columna apoyada en la madre, atravesado o de coronilla.
La posición ideal es la longitudinal
En el transcurso del embarazo, a medida que la cabeza del feto va creciendo, éste va girando en el interior del útero hasta encajar el cráneo en la pelvis. Suele suceder a partir del séptimo mes, manteniéndose hasta el día del nacimiento, sobre todo en las mamás primerizas.
El motivo de que el feto pueda moverse hasta en último momento en madre no primerizas es la distensión de los músculos uterinos y abdominales producidos por partos anteriores. Por eso el bebé puede moverse durante las últimas semanas con facilidad.
La postura idónea del bebé para nacer es en posición longitudinal, la columna de madre e hijo se encuentran paralelas, apoyándola el niño en el abdomen materno, con la cabeza hacia abajo, y la coronilla encajada en la pelvis materna.
¿Por qué no se coloca bien el bebé?
En muchos casos nunca llega a saberse la razón por la cual un bebé no está en posición cefálica al final del embarazo, pero hay ciertos factores que pueden hacer más probable que nuestro bebé adopte otra posición:
En madres multíparas que ya han tenido varios hijos y cuyo útero suele estar más dilatado dándole más espacio al bebé para moverse.
Cuando hay demasiado líquido amniótico o demasiado poco.
En casos de placenta previa.
En embarazos múltiples.
Cuando el útero tiene una forma o crecimiento anormal, o presenta ciertas anormalidades como fibromas.
En madres con un historial de partos prematuros.
Cuando el bebé viene de nalgas
Cerca de un cuatro por ciento de los embarazos a término el bebé se presenta de nalgas, según la Federación de Asociaciones de Matronas de España. Cuando se descubre la cesárea programada suele ser la opción si el bebé no gira entre la última ecografía y el parto.
Aunque la cesárea no es necesaria siempre. El Protocolo Asistencial del parto de nalgas a término de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), opta por intentar un parto vaginal en el caso de un feto con crecimiento intrauterino fetal adecuado y un peso estimado inferior a 4 kg.
Para evitar la cesárea una ecografía en el momento del parto debe mostrar que la cabeza del bebé debe estar en flexión o indiferente, (en ningún caso el bebé puede estar mirando hacia arriba).
Debe estar en posición de nalgas puras (con las piernas hacia arriba, el culo encajado en el canal de parto) o de nalgas completas (ambos pies en el canal de parto).
Si viene atravesado o en posición posterior
Si el bebé estuviera atravesado, habría que recurrir al parto por cesárea. No es muy común que el bebé esté atravesado, pero sucede, cuando está tendido sobre su espalda y la cabeza la puede tener a la izquierda o a la derecha del abdomen de su madre. En ese caso, habría que recurrir al parto por cesárea.
También es poco frecuente la posición en diagonal o “de hombros”, pero ambas situaciones suelen padecerlas las mamás que han tenido más de tres hijos.
En el caso de que el bebé esté en posición posterior, es decir, su columna está apoyada en la de su madre y presentando una parte de la cabeza que no es la coronilla, el parto puede ser más lento y con más dificultad en el descenso, pero puede ser un parto vaginal.
Algunos ejercicios que ayudan a mover la posición fetal
Ningún estudio científico ha demostrado que ciertos ejercicios colaboren y ayuden a cambiar la posición del feto durante el embarazo y son los especialistas los que determinarán cuál es la mejor situación para ayudarle a nacer. Aún así, hay algunos medidas que parecen ayudar a que el bebé se de la vuelta:.
Nadar a braza con regularidad es un ejercicio excelente para que tu bebé pueda colocarse en posición cefálica puesto que ayuda a la relajación de la pelvis y los músculos del abdomen para que el bebé pueda girarse con mayor facilidad.
Controlar nuestra postura a lo largo del día. Para una posición óptima del bebé lo ideal es sentarse erguida con la espalda ligeramente inclinada hacia delante. También es mejor dormir de costado que boca arriba.
Ponerse de rodillas en el suelo y apoyar la cabeza sobre los antebrazos en el suelo, o hacer el pino con ayuda en la piscina.
Un ginecólogo puede realizar una versión cefálica externa cuando el bebé viene de nalgas, un procedimiento manual mediante el cual el médico intenta girar al bebé con un masaje sobre tu abdomen.
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