¿Puedo conservar la placenta después del parto?
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¿Puedo conservar la placenta después del parto?

La placenta es mucho más que un órgano. Comienza a crecer dentro del útero de la mujer desde el momento de la implantación del embrión y acompaña el desarrollo del bebé a lo largo de todo el embarazo. Nutre al bebé proporcionándole todo lo que necesita para crecer dentro del vientre materno. La placenta juega un papel fundamental en la gestación puesto que constituye la conexión vital del bebé con la madre.

La placenta da vida al bebé a través de la madre, de ahí que su importancia trasciende lo meramente fisiológico para convertirse en símbolo de vida. De hecho, lo es en algunas culturas. Lejos de esta consideración divina, en la mayoría de los partos se descarta la placenta como desecho médico, subproducto o residuo del embarazo, pero si quiero conservarla, ¿puedo pedir la placenta para llevármela después del parto?

¿Puedo conservar la placenta?

Si queréis conocer la gran importancia que tiene la placenta para el desarrollo del bebé, así como su funcionamiento y detalles como su peso o cómo crece, son muy interesantes y podéis consultarlo aquí, pero ahora nos centraremos en qué sucede con la placenta después de dar a luz, cuando tras el nacimiento del bebé se produce el alumbramiento, es decir, cuando el órgano sale del útero.

En España, así como en la mayoría de los países, no existe una normativa sobre el destino que se le dará a la placenta, pero la norma es descartarla como residuo hospitalario.

Al no existir un procedimiento claro con respecto a la placenta, si lo que quieres es conservarla, debes presentar un documento por escrito expresando tu deseo de que se te entregue la placenta, o especificarlo dentro de tu Plan de Parto, una manifestación de voluntad escrita acerca de tu parto.

Por su parte, los padres deberán preguntar las políticas del hospital al respecto e informar al obstetra su deseo de conservar la placenta, así como al personal que atienda en el parto.

Cómo conservar la placenta

Tras el alumbramiento, la placenta debe refrigerarse dentro de las primeras 4 horas tras el parto. Para conservarla, se debe colocar en un contenedor de vidrio o de cerámica, también puede usarse una doble bolsa tipo zip-lock grande, e introducirla en una nevera o conservadora con hielo.

Si la placenta va a ser procesada dentro de las siguientes 48 horas puede permanecer refrigerada, sin embargo si va a hacerse después debe entonces congelarse y luego descongelarse en la nevera desde la noche anterior al día que se escoja para procesarla.

Hay mujeres que desean enterrarla o realizar cualquier otro ritual con la placenta. En ese caso, se mantiene congelada hasta que llegue el momento.

¿Qué usos se le da a la placenta?

placenta-capsulas

Una vez que la madre vuelve a casa con su bebé y su placenta, hay usos muy diversos posibles, entre los más conocidos:

  • Placentofagia: uno de los uso más extendidos es la placentofagia, es decir cocinar la placenta humana preparando distintas recetas para luego ingerirla. Puede ser en forma de batidos o licuados, mezclandola con otros alimentos o incluso en estofado o sashimi. Suelen atribuirse propiedades beneficiosas para la madre como protección frente a la depresión postparto o un aumento de la producción de leche, sin embargo la ciencia rebate esta teoría: una revisión de estudios ha concluido que no hay beneficios demostrados de comerse la placenta.

  • Esencias o cremas: entre los usos de la placenta, la cosmética es también muy popular. A las placentas provenientes de animales se les atribuye un gran poder regenerativo. Se elaboran desde cremas hasta lociones o esencias.

  • Cápsulas o pastillas: quienes no se atreven con la placenta cruda o cocinada, suelen recurrir a las cápsulas creadas a partir de la placenta. Se hace polvo molido y se encapsula. Hasta se venden kits para hacerlo en casa. Como promedio, se podrían elaborar unas 90-150 pastillas por cada placenta.

  • Enterrarla: en determinadas zonas de África las mujeres entierran todas las placentas de sus bebés en el mismo lugar, un sitio sagrado donde honran a este órgano. Según la cultura mapuche, la placenta debe ser enterrada debajo de un árbol para dar protección al bebé.

¿Has conservado tu placenta? ¿Tienes pensado hacerlo? ¿Qué uso le darías?

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