Hay mujeres que tienen anemia en el embarazo y ésta debe ser tratada desde el momento de su detección pues, de no ser así, podrían haber complicaciones en el parto.
Pero es más habitual que se produzca una disminución de los glóbulos rojos en el organismo y por lo tanto, falta de hierro en la recién estrenada mamá, ya que en un parto las pérdidas de sangre son mayores, llegando en ocasiones a provocar anemia en la recién estrenada mamá. Recibe el nombre de anemia ferropénica y es bastante común, más aún en casos de cesárea.
Tras explicar Ariadne Artiles que la sufrió tras el nacimiento de sus gemelas, quisimos saber por qué se produce y cómo podemos combatirla. La doctora María San Segundo, especialista en obstetricia y ginecología del hospital Vithas Las Palmas, el centro donde dio a luz la modelo, resuelve nuestras dudas.
Por qué se presenta una anemia el postparto
Esta patología común se define como una hemoglobina por debajo de 11 g/dl, desde el posparto inmediato, hasta las ocho semanas tras el parto. Su causa más frecuente es la atonía uterina, es decir, la falta de contracción del útero que, en algunos casos, se atribuye a alteraciones placentarias. Otras causas comunes son los desgarros vaginales o cervicales tras un parto vaginal, así como las lesiones del útero durante la realización de una cesárea o las alteraciones de la coagulación de la sangre.
Qué síntomas provoca
Dependerán de la severidad de la anemia. En los casos de anemia leve puede pasar desapercibida y no dar ningún síntoma.
De no ser así, los síntomas más comunes son:
Cansancio
Mareos
Palidez en la piel
Tensión arterial baja
Dolor de cabeza
Insomnio
Calambres en las piernas
Muchas mamás con algunos de estos síntomas, achacan a la cesárea o al inicio de la lactancia su malestar, pero son signos claros de una anemia ferropénica, por lo que es necesario acudir rápidamente al especialista para recibir el tratamiento oportuno. De no hacerlo, podría ocasionar efectos asociados como depresión postparto o incluso presentar bajos niveles de oxígeno en los órganos, como en el corazón, lo que podría derivar en una insuficiencia cardíaca.
Diagnóstico y tratamiento
Para poder diagnosticar si se padece, deberán realizarse ciertos exámenes de sangre, como el conteo sanguíneo completo o medir los niveles sanguíneos de hierro, vitamina B12, ácido fólico y otras vitaminas y minerales.
En cuanto al tratamiento, este varía en función del grado de anemia. En caso de que sea leve, la mujer deberá tomar hierro oral prescrito por especialista. Otras opciones son la administración de este mineral por vía intravenosa o incluso transfusión sanguínea. Esta última se reserva para mujeres con mucha sintomatología de anemia y habitualmente cuando la hemoglobina se encuentra por debajo de 7 g/dl. En cualquiera de los casos debería acompañarse de una correcta alimentación. Aquí puedes encontrar 48 alimentos ricos en hierro y recetas fáciles para prepararlos.
Y si te preguntas si la anemia es compatible con la lactancia, debes saber que según la web e-lactancia, fuente de consulta para saber qué medicamentos son factibles de tomar si se da el pecho, "la anemia materna hay que prevenirla y tratarla, pero ni la enfermedad, ni su tratamiento contraindican la lactancia". Explican que:
"Los trabajos sobre el tema demuestran que los niveles de hierro y lactoferrina en leche son independientes de los niveles de hierro y hemoglobina plasmáticos de la madre y que los lactantes con lactancia materna exclusiva tienen niveles de hierro plasmático normales independientemente del estado de hierro de la madre".
Fotos | iStock
En Bebés y Más | Nueve retos que vas a enfrentar en el postparto (y tranquila, los superarás), ¿Cómo evitar que el bebé acabe con anemia?