La cuarentena es un mito: el postparto dura un año
Postparto

La cuarentena es un mito: el postparto dura un año

La cuarentena es, en teoría, el periodo de cuarenta días tras el parto en los que la madre se recupera de los cambios físicos y emocionales sucedidos en el embarazo y el nacimiento. Una vuelta a la normalidad, dicen.

Pero en la práctica es muy diferente. Los cuarenta días inmediatos al parto son recién el comienzo del postparto, una etapa en la cual la madre experimenta profundos cambios, tanto a nivel físico como emocional. Es poco realista decir que cuarenta días son suficientes para asimilar la nueva situación, por lo tanto podemos decir que, la cuarentena es un mito: el postparto dura un año.

Un postnatal más realista

Basta con observar a las mujeres de tu entorno tras ser madres y añadir una dosis de sentido común para concluir que cuarenta días son muy poco tiempo. No es tener un bebé y aquí no ha pasado nada. Pasa mucho.

La ciencia también ha reparado en lo importante que es el puerperio para la madre y el bebé. Un estudio realizado por la doctora Julie Wray, de la Universidad de Salford en Inglaterra, asegura que el período de recuperación de seis semanas es inalcanzable y mencionó que las nuevas madres necesitan por lo menos un año para cubrir la totalidad del post-parto.

"La investigación muestra que se necesitan servicios postnatales más realistas y favorables para la mujer. Las mujeres necesitan mucho más de seis semanas para recuperarse y deben ser apoyadas más allá de las actuales seis a ocho semanas después del nacimiento."

A la vista de esta investigación y de las necesidades reales de la madre y el bebé, las bajas maternales son injustas. Los permisos de maternidad de la mayoría de países están muy, pero que muy lejos de esas idílicas 52 semanas, exceptuando casos puntuales como por ejemplo Dinamarca, Suecia, Noruega o Canadá.

Conociendo al bebé

Puerperio

Como sabéis, el bebé se desarrolla en el útero materno durante nueve meses. Pero al nacer, no es un ser independiente ni físicamente (tardará de 9 a 12 meses en comenzar a caminar), ni mucho menos es capaz de buscarse. Necesita de su madre para sobrevivir. Necesita no sólo de su alimento, sino también de su cercanía, su contacto, su calor que le hace recordar los meses que vivía dentro del útero materno.

Son los conocidos como los segundos meses de embarazo o la exterogestación del bebé, es decir la gestación externa. Nueve meses posteriores al parto, en los que el bebé necesita sentir el calor, la protección y el confort que sentía dentro del vientre de su madre mientras se adapta a la vida extrauterina.

Este mínimo de nueve meses son clave para que tanto la madre como el bebé puedan reconocerse, disfrutarse y establecer una relación de apego seguro. Tienen derecho a hacerlo.

Re-conociéndote a tí misma

Madre

Desde el momento en el que vemos la carita de nuestro bebé por primera vez, las mujeres no volvemos a ser las mismas. Definitivamente, ser madre te cambia la vida. Cambia nuestro físico, nuestras emociones y desde luego, nuestras prioridades. Dejamos de ser la personas que éramos y tenemos que volver a re-conocernos como madres. Nuestro mundo empieza a girar en torno a esa personita que depende de nosotras las 24 horas.

Desde el punto de vista físico, hay un montón de cambios a los que habituarse, un nuevo cuerpo al que tenemos que aprender a amar con sus imperfecciones de madre. Estrías, marcas y redondeces que ahora son una huella de nuestra maternidad.

Desde el punto de vista emocional, aunque los cambios no son visibles, son mucho más profundos. Vivimos un torbellino de emociones contradictorias, sentimientos que nunca habíamos experimentado.

Amor incondicional hacia el bebé, una nueva dimensión de la relación en pareja, una posición diferente en la familia (ya no eres hija, has pasado a ser madre), sentimientos de culpabilidad (la culpa empieza a acompañarte ahora que eres madre), temor ante las nuevas responsabilidades, y probablemente inseguridad, frustración y tristeza en ocasiones. Así, un mix de sentimientos que nos convierten en una bomba molotov de emociones a punto de estallar. Para desactivarla y reconocernos en nuestro nuevo papel, necesitamos tiempo.

Adaptándote a los nuevos ritmos

postparto

Así como el bebé se adapta a la vida extrauterina, a su vez, la mujer también tiene que adaptarse a su nueva vida como madre. Los primeros cuarenta días son los más duros. Se sobrevive como se puede a las noches sin dormir, al cansancio de dar el pecho a demanda todo el día (y la noche), al caos que tenemos en casa...

Es en los meses posteriores cuando realmente la madre va haciéndose a la idea de la maternidad y las rutinas se van acomodando poco a poco. La alimentación y el sueño del bebé marcan el ritmo una vez te conviertes en madre, y desde luego, no es un rutina que se consiga de un día para el otro. Incluso muchas veces, cuando creías que las noches sin dormir estaban superadas y el bebé empieza a dormir del tirón, vuelven los despertares nocturnos.

Ahora es un bebé el que marca el ritmo de tu vida cotidiana. Tienes que construir una rutina adaptándote a las necesidades de tu bebé. ¿Y adivina qué? Para eso también se necesita tiempo.

Volviendo a la vida sexual

Puerperio

Durante las seis semanas posteriores al parto, el útero vuelve a su tamaño y posición normal. Es normal que se experimenten pérdidas de sangre durante ese periodo en el que, generalmente, el sexo pasa a segundo plano. Pero aquí también los cuarenta días pueden quedarse cortos.

No se puede establecer un plazo arbitrario para decir si la mujer está preparada para mantener relaciones sexuales, pues cada una vive sus propias circunstancias, que obviamente no son sólo físicas. Es algo que debe hablar la pareja y comenzar cuando ambos se sientan preparados física y emocionalmente para retomar la vida sexual.

Es una nueva etapa para la pareja, ahora son padres y es posible que su vida sexual, tal y como la conocían también cambie. Es una adaptación más que requiere tiempo, y desde luego, cuarenta días no son suficientes para hacerse a ello.

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