Con un bebé recién nacido en casa y los continuos despertares nocturnos, el sueño de la madre suele verse afectado tanto en calidad como en cantidad. Según un estudio realizado en los Estados Unidos a mujeres que han tenido su primer hijo se ve más afectada la calidad que la cantidad, pues afirma que las madres primerizas duermen suficiente, pero mal.
Han detectado que la cantidad de horas que dormían las madres, 7 horas por noche, es el tiempo de descanso recomendado para un adulto, pero sin embargo las continuas interrumpciones son las que hacen que el sueño sea de mala calidad.
La fragmentación del sueño más que las pocas horas de sueño, es la verdadera causa del cansancio. Se cree que los continuos despertares restan en total dos horas de sueño cada noche, por lo que lo ideal sería que la madre recuperara ese tiempo de sueño durante el día aprovechando las siestas del bebé.
La falta de sueño puede llegar a ser un gran problema para la madre. No conseguir un descanso de calidad puede repercutir, por ejemplo, en una mayor tendencia a la depresión postparto. Por eso es fundamental contar con el apoyo de la pareja y de otros seres queridos durante las primeras semanas de vida del bebé.
El sueño se produce en ciclos repetidos de entre 90 minutos y dos horas. O sea, según las veces que se despierte la madre a lo largo de la noche es posible que complete pocos o ningún ciclo de sueño.
El patrón de este problema, explican los investigadores, es similar a otros trastornos del sueño como la apnea. La madre puede permanecer acostada varias horas pero el tiempo de sueño reparador, de calidad, el que realmente se descansa es muy corto.
Plantean como posible solución, además de las siestas durante el día, que en el caso de la lactancia materna, la madre se extraiga la leche para que sea también el padre quien pueda alimentar al bebé y así evitarle a ella algún despertar por la noche.
Vía | Medline Plus
Más información | American Journal of Obstetrics & Gynecology
Foto | nateOne en Flickr
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