Cuando los bebés nacen, su cerebro, aunque está formado, aún es un poco inmaduro, y éste se va desarrollando progresivamente gracias a la formación de nuevas conexiones entre neuronas (sinapsis), a medida que interaccionan con su entorno, observan, exploran, aprenden y, en definitiva, experimentan su nuevo mundo.
Aproximadamente, durante el desarrollo temprano del cerebro, se forman (y se refuerzan) hasta 1 millón de nuevas conexiones entre neuronas. Las conexiones que no son utilizadas se eliminan para hacer que el cerebro sea más eficiente.
Pero, ¿en qué se traduce que esas conexiones vayan siendo cada vez más (y más eficientes)? En el que el niño mejora su comprensión del mundo y va adquiriendo nuevas habilidades. Conoce más sobre el desarrollo del cerebro del bebé durante los primeros 12 meses de vida.
El cerebro forma parte del sistema nervioso central
El sistema nervioso es el conjunto de neuronas que, organizadas en tejidos y órganos específicos, nos permiten relacionarnos con el exterior (y con nuestro interior) y coordinar todas las respuestas mecánicas y emocionales imaginables.
Éste está formado por dos sistemas: el sistema nervioso central (compuesto por el cerebro y la médula espinal) y por el sistema nervioso periférico (formado por los nervios).
Cuando los bebés nacen, su sistema nervioso, y en concreto su cerebro, está menos desarrollado que en otros primates. Sin embargo, durante los primeros años de vida evoluciona velozmente.
Empieza la creación de sinapsis
Así, cuando nacen los niños, la mayoría de sus neuronas aún no están conectadas entre sí. Pero gracias a la respuesta que dará el niño a los estímulos del entorno, sus neuronas se conectarán entre ellas para formar las sinapsis
La sinapsis es el mecanismo básico por el que las neuronas se comunican entre sí, posibilitando que la persona piense, se mueva, hable, interactúe con el medio, etc. Pero antes de hablar de esas sinapsis, vayamos al origen de todo: el nacimiento.
El cerebro del bebé al nacer
Cuando un bebé nace, según un estudio de Azevedo y colaboradores del 2009, el cerebro tiene entre 86.000 y 100.000 millones de neuronas, y al menos la misma cantidad de células gliales. Estas son casi todas las neuronas que tendrá el cerebro humano en su totalidad.
Así, al nacer sabemos que el bebé ya tiene casi todas las neuronas que necesitará para el resto de su vida, a pesar de que su cerebro es solo el 25% del tamaño de un cerebro adulto (con tres años, su cerebro tendrá aproximadamente el 80% del tamaño de un cerebro adulto).
Esto se debe, según Gauvain y Cole, a que las neuronas del bebé están conectadas por sólo unos 50 billones de conexiones neuronales, llamadas sinapsis, mientras que un adulto tiene unos 500 billones de ellas.
1. Función de las neuronas
Las neuronas son las encargadas de transmitir la información nerviosa, lo que permite que utilicemos las funciones cognitivas básicas y superiores.
Éstas se organizan en redes, y cada una tiene unas funciones específicas, repartidas en diferentes áreas del cerebro.
2. Función de las células gliales
En el caso de las células gliales, o neuroglias, éstas son células del tejido nervioso que actúan en funciones auxiliares, complementando a las células somáticas, que son las principales responsables de la función nerviosa.
Básicamente, su función es proporcionar alimento y protección a las neuronas para que funcionen adecuadamente.
3. Fontanelas del cerebro
Por otro lado, cuando el bebé nace, existen en su cabecita unos "puntos débiles" llamado fontanelas; dichos puntos existen porque su cráneo aún no está completamente fusionado al nacer.
Esto tiene el doble propósito de ayudar a que la cabeza se ajuste a través del canal de parto y para favorecer que el cerebro crezca rápidamente durante la primera infancia.
Primeros meses: explosión de aprendizaje
En los primeros años se forma la arquitectura del cerebro. Así, al principio de la vida del bebé, comenzarán a formar sinapsis a un ritmo más rápido que en cualquier otro momento de la vida.
Esto es porque su cerebro es más plástico que nunca (lo que facilita también que aprenda más rápido). Lo que está ocurriendo en su cerebro es que está produciendo muchas más sinapsis de las que se necesitan, y no todas llegarán a la adultez.
Pero precisamente esto es lo que permite a los niños pequeños aprender cosas más rápido que los adultos.
Nuevas conexiones entre neuronas
Como decíamos, el bebé nace y se van formando nuevas conexiones entre sus neuronas. Pero, ¿cómo se forman las sinapsis y cómo se crean cada vez más redes neuronales en su cerebro? Gracias al aprendizaje y a las diferentes vivencias.
De esta forma, a medida que el niño hace nuevos descubrimientos, se forman conexiones, otras se fortalecen, otras se debilitan y algunas desaparecen.
La eficacia de estas sinapsis está influida por la información que recibe su cerebro del medio. Y esta capacidad del cerebro para adaptarse en respuesta a su entorno es esencial para el aprendizaje.
Los períodos críticos para el aprendizaje
También es importante conocer los períodos críticos del aprendizaje en esta época tan temprana.
De esta forma, debido a que el bebé está creando y podando rápidamente las sinapsis, este es un período crítico para aprender determinadas cosas. Esto significa que es "el mejor momento" para que aprenda (por ejemplo, a hablar, un idioma, etc.), porque su cerebro es como una esponja (está preparadísimo para ello, gracias a su flexibilidad).
Esta flexibilidad se va perdiendo con los años. Por otro lado, también es cierto que sin práctica, las habilidades aprendidas se irán debilitando hasta desaparecer (por ello es tan importante la estimulación temprana y durante toda la vida).
Actividad cerebral el primer año
¿Qué áreas cerebrales se activan más durante los primeros meses? Vamos a verlo:
Primer mes
En el bebé recién nacido el área de mayor actividad cerebral se encuentra en la corteza sensorial y motora. Los estímulos se reciben principalmente a través de la piel, siendo importante el contacto físico de los padres hacia el bebé.
Segundo y tercer mes
Entre el segundo y tercer mes empiezan a adquirir importancia los estímulos relacionados con la visión y la audición. En consecuencia, se vuelve necesaria la correcta estimulación en dichas áreas.
Ocho meses
A los ocho meses aumenta notablemente la activación del lóbulo frontal.
Concretamente, se activan sobre todo las áreas que se encargan de la regulación de emociones y de la elaboración del pensamiento con un fin específico.
12 meses
A los 12 meses, esta activación en el cerebro ocurre de forma simultánea en varias partes del mismo, alcanzando, progresivamente, los valores de los adultos.
El sentido de la visión durante el primer año: la corteza visual
Por otro lado, a nivel de estructuras, es importante conocer cómo evolucionan algunas de las más importantes, como por ejemplo la corteza visual.
Los bebés que acaban de nacer no pueden ver muy bien. Su visión es borrosa y solamente pueden reconocer algunos colores.
Durante los primeros seis meses, las células de su cerebro se especializarán para formar la corteza visual, las neuronas se alargarán y los axones se mielinizarán (esto significa los axones quedarán cubiertos con la mielina, una sustancia que les protege y que acelera la comunicación entre neuronas).
Poco a poco, gracias a esto y a la mejora física en sus ojos, el bebé podrá ver las cosas con mayor claridad (hacia los tres meses).
Y a los seis meses, la mejora rápida permite que el niño perciba la profundidad de las cosas y que pueda enfocar mejor, con lo que a esa edad ya pueden ver casi tan bien como un adulto.
Cerebelo durante los 12 primeros meses
También hay otra estructura fundamental, el cerebelo. Durante los 12 primeros meses de vida, el cerebelo del bebé triplica su tamaño. Esta estructura tiene la función principal de integrar las vías sensitivas y las vías motoras (eso es, regula la coordinación motora, los procesos cognitivos, las emociones...).
Este aumento del tamaño del cerebelo le permitirá al bebé un rápido desarrollo de sus habilidades motoras, y podrás ver cómo tu hijo puede darse la vuelta, gatear y hasta hacer sus primeros pasos.
Mielinización: la transmisión de información del cerebro
La mielinización de las células nerviosas es el proceso mediante el cual los axones (una parte de la neurona) son recubiertos por la mielina, posibilitando que la información entre neuronas sea más rápida y eficaz.
Esto se traduce en que el cerebro del bebé podrá recibir y transmitir mensajes más rápido y tratar múltiples señales de manera más efectiva.
Cuando el bebé nace, esta mielinización es incompleta en muchas partes del cerebro, pero se va desarrollando rápidamente durante los primeros 12 meses.
Esto explicaría por qué los niños mayores tienen más facilidad para procesar y reaccionar a los estímulos del medio en comparación con los bebés pequeños.
¿Cómo estimular el desarrollo cerebral de tu bebé?
Como padres y madres, podemos estimular el desarrollo cerebral de nuestro pequeño. Podemos hacerlo de múltiples formas. Algunas ideas para empezar:
- Contándole cuentos, favoreciendo su escucha activa y atención.
- Estimulando su creatividad, a través del dibujo, la pintura...
- Cantando juntos.
- Interactuando con ellos de múltiples formas.
- Siguiendo una dieta adecuada y saludable.
- Explicándole lo que estás haciendo siempre que puedas.
- Jugando y ejercitando su mente; por ejemplo, con el juego del cucú-tras, esconderse y reaparecer.
- Creando un ambiente cálido y amoroso que le ayude a sentirse querido y a desarrollar un apego seguro.
La actividad física también potencia este desarrollo cerebral
Aunque el bebé aún es pequeño, también es importante que estimulemos su cuerpo, su movimiento y sus habilidades motoras, porque esto tiene un impacto directo y positivo en su cerebro.
De hecho, hay estudios sugieren que el ejercicio en la primera infancia puede mejorar la función cognitiva, e incluso contribuir a un hipocampo más grande (una estructura cerebral relacionada con la memoria).
Puedes hacer ejercicio con tu bebé desde una edad temprana, con actividades como:
- El tiempo boca abajo: también lo ayuda a desarrollar la fuerza muscular en los músculos del estómago y el cuello y a mejorar el control de la cabeza.
- Involucrándolos en actividades de juego movidas y adaptadas a su edad.
¡Mucho amor y tiempo compartido!
En definitiva, te animamos a aprovechar los momentos cotidianos para estimular el desarrollo de tu bebé, ya sea en momentos de juego como en tareas cotidianas, como bañarse o comer.
Y sobre todo, ¡dale todo el amor que puedas! Construye un apego seguro con tu criatura, porque todo esto favorecerá su cerebro y hará que crezca de forma óptima.
Fotos | Portada (Pexels)