En el nido, los bebés lloran más

En el nido, los bebés lloran más
4 comentarios

Los nidos, concebidos para los huevos y las crías de las aves, sirven para mantenerlos juntos mientras la madre no está. Afortunadamente, cada vez son menos frecuentes los hospitales con nidos, cuneros o nurserys en los que se dejan a los bebés recién nacidos mientras que sus madres permanecen en otra habitación.

Además, se ha comprobado que una vez “institucionalizado” el alojamiento conjunto entre madres y bebés y van desapareciendo los nidos, ellas y el personal sanitario suelen afirmar que prefieren este tipo de cohabitación a la sala nido. El alojamiento conjunto tiene efectos beneficiosos, tanto para la lactancia como para la relación madre-hijo y para el hospital.

El efecto positivo sobre la lactancia puede deberse en parte a que el alojamiento conjunto facilita la lactancia a demanda. Ya hemos comentado ampliamente los efectos de la separación madre-bebé en la lactancia materna. La lactancia a demanda es difícil cuando el bebé está en los nidos, mientras que la restricción de las mamadas es difícil en el alojamiento conjunto.

En hospitales con alojamiento conjunto se ha demostrado que determinadas enfermedades como la diarrea, la otitis media, la sepsis neonatal y la meningitis disminuyeron, tanto en los recién nacidos a término como en los de bajo peso, así como la mortalidad por infecciones.

También se detecta que el consumo de leche artificial en polvo desciende en estos centros hospitalarios, y que la estancia media en el hospital se reduce hasta en más de dos días para las madres y los bebés que han estado juntos en la misma habitación.

Maternidad Chagall

Los recién nacidos lloran más en nido

Además, según la Declaración conjunta de la OMS y UNICEF sobre los “Diez pasos para una feliz lactancia materna” los recién nacidos en los nidos, lloran más, y sus cuidadores no responden tan a menudo como las madres que están en la misma habitación.

Esto es totalmente lógico, no solo porque quién mejor que la madre, el padre o la familia del bebé para atenderle en el momento. Siempre será mejor a que lo haga un desconocido sin ningún tipo de vínculo con el bebé, que además tiene otros diez, quince o veinte niños para atender en la misma sala al mismo tiempo.

Además, el nido se convierte en la antítesis del entorno acogedor que deseamos y desea cualquier bebé recién nacido: lejos del contacto humano y en un entorno ruidoso de llantos que, además, se contagian.

No es extraño que ese ruido que para ellos resulta atronador (si a nosotros ya nos lo parece a menudo, qué será para alguien que proviene del útero materno) les dé miedo y respondan con el mismo llanto. Entre los factores que ayudan a recibir al bebé en un entorno acogedor se encuentra esa compañía y proximidad materna, junto a un ambiente silencioso.

Los argumentos habitualmente aducidos para no practicar el alojamiento conjunto en la misma habitación, como la posible interferencia con el sueño de la madre, no parecen ser válidos según estudios recogidos por la OMS.

No obstante todo lo dicho, siempre habrá que considerar situaciones especiales, pues cada caso particular es un mundo, como madres cuyo estado de salud no les permita hacerse cargo del bebé y no tengan otra ayuda familiar.

Pero en general, los recién nacidos, amamantados o no, deberían permanecer en la habitación con sus madres las 24 horas de día. Las ventajas para la madre y para el bebé son múltiples y evidentes, pero tan solo para evitar que los pequeños lloren más en el nido, como se ha demostrado que sucede, creo que vale la pena.

Foto | Herkie en Flickr-CC En Bebés y más | El recién nacido, ¿en la habitación o en el nido?, La importancia del contacto precoz, ¿Qué es un hospital amigo de los niños?, ¿Cómo elegiría nacer un bebé?

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Comentarios cerrados
    • Mi hijo nació en un hospital privado. Una amiga me comentó que una de las cosas malas que tenía era el nido, que casi lo llevaban por norma, a menos que la madre o el padre se opusieran. Yo lo hablé con mi pareja antes de parir y nos pusimos de acuerdo.

      Pensé que no había esperado 9 meses para ver la carita de mi hijo, para soltarlo a la primera por las buenas. Además, me daba mucha pena que se lo llevaran y se quedara solito, y ¿qué haríamos al volver a casa donde no hay nido ni nadie más que lo cuide? No lo veía lógico.

      Cuando mi hijo nació, he de decir que las enfermeras se portaron extraordinariamente. Me ayudaron con la lactancia (todas ellas) y no me juzgaron cuando les pedía un bibe porque mi hijo no se quería enganchar a la teta. Me aconsejaron que lo llevara al nido para que descansáramos, pero yo les dije que quería que el bebé se quedara. Mi acompañante (pareja, madre, hermana...) lo cuidaría para que yo descansara un poco. No insistieron. Me lo comentaron un par de veces más a lo largo de mi estancia pero respetaron nuestra decisión.

      De todas maneras, las dos primeras noches no pude dormir por el subidón hormonal. Si estaba dormido en la cuna transparente, lo miraba embobada. Si lloraba despertaba a mi acompañante para que me lo pusiera en brazos. Pero la tercera noche me dió el superbajón y el bebé espabiló de su letargo post natal. Ambos llorábamos como magdalenos, yo necesitaba dormir pero no podía y mi pobre madre apenas pudo dormir. Mi hijo y yo nos dimos la bienvenida a la realidad.

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    • Avatar de ainara27 Respondiendo a ainara27

      En el hospital donde yo di a luz, también privado, desconozco si tienen nido, en ningún momento nos dijeron nada. Al principio lo de dormir es complicado, entre q no quieres perderte nada mientras duerme el bebé y el cansancio q hace q "se pase de rosca" el sueño...

      Gracias por contarnos tu experiencia!

    • bufffffff cuando nació mi hijo me era impensable separarme de él.Lo necesita conmigo, encima de mí, olerlo, acariciarlo, verlo, admirarlo. Las pocas veces que lo puse en la cunita en mi habitación del hospital era porque yo iba albaño o comío, etc. De resto necesitaba tenerlo encima porque me suponía un vacío espantoso no tenerlo conmigo. Si no estaba en mis brazos, estaba en los de algún familiar. Para dormir, como madre primeriza que creía que los bebés eran como en los libros, lo ponía en su moisés pero no duraba ni media hora: lloraba siempre y sólo se calmaba y dormía a gustito si lo ponía en la cama conmigo y así además intentabamos aclararnos los dos con la lactancia.

      A el nido la verdad es que nunca se me ocurrió llevarlo porque no lo ví una necesidad. Después del parto tenía energía como para correr una maratón, podía moverme perfectamente así que no fue necesario.

      La verdad es que no me imaginaba al niño en un nido solito. La idea de que llorara y tardaran en atenderlo porque estaban con otro bebé me da tanta pena... el pobre no entendería nada de lo que estaba pasando: en menos de 24 horas habría pasado de un lugar caliente, oscuro y conocido a un sitio sin ninguna referencia porque su madre no está.

      Y esa imagen de las películas en la que a los padres le enseñan a sus hijos a través del cristal ya me parece de risa

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    • Avatar de mamita2010 Respondiendo a mamita2010

      Yo tuve esa misma sensación las primeras horas, aunq con menos energía, jejeje... Pero no hubiera concebido una separación, la verdad, q ya sabemos lo duro q es cuando es por necesidad (vamos, me lo imagino por lo q me han contado, porq no lo he vivido).

      Un saludo!

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