Imagina que viene a visitarte una mujer nórdica con su bebé en un frío día de invierno. Es un día tan frío, tanto, que en el exterior el termómetro marca cero grados y has decidido no salir de casa con tu bebé por el riesgo a que te coja algo que no tiene. Acabáis de comer y como su hijo tiene sueño y se ha quedado dormido al pecho, lo deja en el cochecito. En ese momento se acerca a tu balcón y te pide permiso para abrirlo. Sorprendida accedes. Lo abre, saca el cochecito, entra y lo cierra de nuevo.
Seguro que en ese momento estás pensando que esta madre está "de loca para arriba", sin embargo, si la visitante al país nórdico fueras tú, la rara serías tú, al no ofrecer a tu hijo lo mejor para evitar enfermedades: sacarlo a temperaturas bajo cero para que duerma ahí la siesta.
Nunca he estado en un país nórdico, así que si alguna sois de ahí o lo habéis visto lo podréis verificar. Según se cuenta, es habitual ver varios cochecitos alineados en la entrada de las cafeterías con los niños durmiendo, mientras los padres pasan el rato dentro. De igual modo, en las guarderías también sacan a los niños en la hora de la siesta y, evidentemente, los padres en sus casas hacen lo mismo.
Las temperaturas a las que pueden llegar a estar varían, según el día, pero es habitual que estén a temperaturas de entre -5ºC y -15ºC. Es entonces cuando "abrigan" un poco más al cochecito, para evitar el viento, o ponen un poco más de esmero en abrigar al niño, que ya de por sí está muy bien tapado (en eso seguro que podrían darnos unas cuantas lecciones).
Esto no es novedad
No se trata de una tendencia actual, pues hace ya décadas que se lleva a cabo y, como digo, ahí es lo más normal del mundo. Ya prontito, al poco tiempo de nacer, empiezan a pasar ratitos fuera en el exterior, llegando a estar hasta dos y tres horas cuando son bebés más grandecitos.
El tiempo, lógicamente, lo marca el bebé, pues cuando se despierta vuelve al interior (aunque algunas guarderías proponen sus actividades mayoritariamente en el exterior, siendo la excepción las que se llevan a cabo en el aula). Según comentan cuando los bebés duermen fuera duermen más tiempo que cuando están dentro, siendo una posible explicación que están muy "recogidos", abrigados y físicamente contenidos, sin llegar a sudar.
Más sanos que si durmieran dentro
El motivo de hacer algo así es que tienen claro que en invierno las enfermedades están al acecho. Como la mejor manera de lograr que un niño se contagie de algo es metiéndole en un sitio cerrado y caliente con un montón de niños o personas que le pueden contagiar tienen la teoría de que al aire libre las probabilidades de enfermar son mucho menores.
Claro, lo ideal sería saber hasta qué punto es esto cierto. Según algunos estudios realizados por la Agencia de Protección del Medio Ambiente en Suecia esta teoría no está del todo clara. En algunos estudios se evidencia que los niños que pasan más tiempo al aire libre, tanto en siestas como en general, se ausentan del colegio menos días que los niños que pasan la mayor parte del tiempo en el interio. En otros estudios, en cambio, no se observan diferencias a la hora de comparar a los niños que duermen dentro y a los que duermen fuera.
Evidentemente, ponen mucho énfasis en conseguir que el niño, aún estando fuera, no pase frío. Como dicen habitualmente, "no hay mal tiempo, sino mala ropa". Un bebé de semanas o meses no tiene la misma capacidad de regulación de temperatura que los adultos, por lo que si nosotros hiciéramos lo mismo y no abrigáramos bien a nuestros hijos correríamos el riesgo de poner su salud en riesgo.
Como allí los abrigan bien no sucede nada de lo que nosotros más tememos (que "cojan lo que no tienen", que "pillen una pulmonía" o cualquiera de las cosas de las que nuestros padres nos advertían cuando salíamos con un frío de aúpa), así que como aquí hace menos frío y raramente llegamos a temperaturas bajo cero, podríamos hacer lo mismo y empezar a sacar a los bebés a dormir al exterior. Así evitaríamos los sitios cerrados cerca de los niños y adultos que tantas enfermedades contagian a nuestros hijos.
Sin embargo, no sé por qué, dudo mucho que esta técnica preventiva se acabe extendiendo en nuestra población.
Vía | BBC Foto | Qole Pejorian en Flickr En Bebés y más | Los efectos del frío en la salud de los niños, ¿Por qué con el frío hay más catarros y gripes?