Todos sabemos lo importante que es comenzar cada día con buen pie. La base fundamental en el inicio del día es empezar con un buen desayuno, considerado como la comida más importante del día. Los alimentos que ingerimos a primera hora nos darán energía para el resto del día y hacen también que recuperemos las fuerzas perdidas tras tantas horas de ayuno.
Aproximadamente, un 15 por ciento de nuestros niños padecen obesidad. Ya hemos comentado en varias ocasiones la importancia de atajar el sobrepeso en los niños lo antes posible por las múltiples consecuencias que pueden reportar acuando lleguen a adultos.
Una de las claves en la lucha contra la obesidad es realizar un buen desayuno. Se conseguirá que el niño no tenga tanta hambre a lo largo de la mañana y así evitaremos que picotee, uno de los mayores responsables del sobrepeso infantil.
Lamentablemente, sólamente el 25 por ciento de los niños y adolescentes españoles desayuna correctamente. Hay muchos motivos que explican el porqué. Uno de los más frecuentes en nuestros días es la falta de tiempo. Muchos niños se tienen que levantar a horas muy tempranas para ir a su colegio, y no tienen tiempo para estar desayunando los 15 o 20 minutos que los expertos recomiendan.
Aunque os parezca mentira, hay niños que desayunan pizza o croquetas. Algunos padres optan por dar al niño el alimento que él pida con tal de que no se vayan a clase sin comer. Esto tampoco es la solución. También son muchos lo que se van a clase sin tomar nada por que no tienen hambre nada más despertarse. Según los últimos estudios, alrededor del 8 por ciento de los niños no desayunan.
Los niños al estar en continúo desarrollo tanto físico como intelectual, necesitan un correcto aporte nutricional desde el primer minuto del día.
La alimentación de la primera comida del día debe ser al igual que la del resto del día, variada y equilibrada. Los alimentos que debería incluir son:
- Lácteos: se incluyen leche, yogures, quesos... Si el niño padece sobrepeso, lo ideal es que sean semidesnatados. Recordemos que a lo largo del día se debe tomar medio litro de leche o sus equivalentes para cubrir las necesidades de calcio.
- Hidratos de carbono en forma de cereales, galletas o pan. Respecto a los famosos cereales infantiles, se recomienda olvidarse de los chocolateados y los de arroz inflado, y volver a los de toda la vida, ya que estos contienen demasiados azúcares y grasas saturadas. Los hidratos de carbono aportan la energía necesaria para que el cuerpo se ponga en marcha y sobre todo para el funcionamineto del cerebro que sólo puede usar esta fuente de energía. El pan se puede poner en tostada con aceite de oliva y/o tomate, y apartar las mantequillas y mermeladas.
- Frutas: para aportar una buena ración de vitaminas. Hay que intentar evitar en la mayor medida posible los zumos industriales y volver a los caseros.
- Otros alimentos que se pueden incorporar son huevos o fiambres bajos en grasas como el jamón serrano o cocido. Respecto a la bollería se debería incluir sólo en ocasiones excepcionales. La repostería casera como bizcochos y magdalenas son una buena alternativa de la que se puede abusar más a menudo.
En total, se deben incluir entre el 20 y el 25 por ciento del total de las calorías de todo el día.
Para fomentar el que nuestros hijos se incoporen a este hábito tan saludable, lo mejor el sentarse a desayunar con ellos, para que también lo asimilen por imitación, y prolongar este momento durante 20 minutos aproximadamente, 15 como mínimo. Con irnos a la cama cada noche 15 minutos antes es suficienite y será más fácil.
En la actualidad, la media de minutos que se dedica al desayuno es de tan sólo cinco minutos. Tenemos que olvidarnos de la costumbre de un rápido café y a trabajar.
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