Después de tres días de hablar de todo lo relacionado con la homeopatía para bebés y, de hecho, con la homeopatía en general, hoy quiero dar una vuelta más a la tuerca con un vídeo para mostrar que las diluciones homeopáticas acaban siendo agua y nada más que agua.
Seguro que más de uno habéis oído hablar de esos “taraos” que un día decidieron realizar un suicidio homeopático, tomándose no sé cuántas bolitas y preparados sin notar efecto alguno. Pues bien, yo he querido jugar con lo mismo pero no con un preparado homeopático comprado, sino con uno que hice yo mismo.
Como estamos en Bebés y más y el objetivo es siempre hablar de bebés hasta los seis años o de las madres y padres, pensé en darle el preparado a uno de mis hijos, pero enseguida me arrepentí. Sólo le iba a dar agua del grifo, que es lo queda cuando diluyes algo hasta la saciedad, pero no me pareció ético preparar un “veneno” homeopático y mostrar al mundo entero cómo se lo bebe uno de mis hijos, que no tiene ni idea de qué va el tema. Así que para evitar tener que dar explicaciones a nadie decidí que me lo bebería yo mismo.
En el vídeo está todo más o menos explicado, pero hago un resumen:
Compré un veneno para cucarachas, hormigas y otros insectos y lo fui diluyendo hasta llegar a la concentración 20 CH, que me bebí. Luego seguí hasta 30 CH, que según los homeópatas hace más efecto en el cuerpo, y me la bebí también. No me pasó nada, lógicamente, porque un preparado a partir de 12 CH es sólo agua. Agua y nada más.
Dirán los que defienden la homeopatía que si lo que me tomé provoca inconsciencia, dolor abdominal, problemas respiratorios, diarreas y vómitos tomándolo sin diluir, diluido hasta 30 CH debería ser algo así como un tratamiento para síntomas como el dolor abdominal, problemas respiratorios, diarreas y vómitos. Pero, ¿cómo me va a tratar algo que es sólo agua? ¿Cómo es posible que algo que no hace ningún efecto cure? Pues de ningún modo, porque el agua no cura.
Si creyéramos que lo que preparé es un remedio homeopático realmente para todo lo comentado deberíamos creer cosas tan absurdas como que a una persona con ardor de estómago le tenemos que dar algo que produzca aún más ardor, pero diluido, que a un niño con una bronquitis de caballo con una saturación de oxígeno baja, en vez de darle a respirar oxígeno, le tenemos que dar a respirar un poquito de dióxido de carbono (o alguna sustancia que provoque problemas respiratorios diluida), que hay que tomar café diluido para dormir (bueno, esto es cierto, existe la coffea como remedio homeopático) o que si nuestro hijo es alérgico a algo y por alguna razón entra en contacto con el alérgeno y hace una reacción bestial, en la que su cuerpo está liberando histamina a mansalva, hay que darle histamina (aunque ahora que lo pienso esto también es cierto, existe la histamina como remedio homeopático para los alérgicos).
No quiero imaginar la cara que se les pondría a los del servicio de Urgencias de un hospital si ante una reacción de ese tipo voy y saco el kit de rescate para alérgicos. Ellos preparando antihistamínicos, corticoides o adrenalina, si es una reacción severa, y yo sacando mi tubito de Histaminum 30 CH:
La homeopatía es mentira. Ya dije el primer día que el primer apenado era yo, porque una medicina sin efectos secundarios era una maravilla. El problema es que tampoco tiene efectos primarios más allá del placebo, como vimos en las anteriores entradas, donde cientos de estudios bien hechos no han sido capaces de demostrar ningún efecto.
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Foto | Boiron
En Bebés y más | Homeopatía para bebés: por qué no funciona incluso cuando “a mi hijo le funciona” (I) y (II), Homeopatía para bebés: por qué no funciona, ¿Confías en la homeopatía para las dolencias de tus hijos?