Los nueve mejores deportes para practicar en familia
Practicar deporte en familia no solo es un plan de ocio divertido, sino que tiene incontables beneficios para todos, entre los que se incluye el fortalecimiento del vínculo padres-hijos, y el impacto positivo para nuestra salud, tanto física como emocional.
Pero ¿qué deportes son los más indicados para hacer con niños? Hoy te damos algunas ideas en función de su edad, así como los beneficios que aporta la práctica de cada una de estas actividades físicas. ¡Preparados, listos... ya!
Running
Cada vez son más las personas que se apuntan al runnning; un deporte que no solo "engancha" sino que además podréis practicar desde el principio con vuestro bebé, gracias a los modelos de carritos para padres corredores que podeis encontrar en el mercado.
A medida que vuestro hijo vaya creciendo podeis iniciarle en la práctica de este deporte participando, por ejemplo, en carreras solidarias o benéficas (en las que además, aprenderán la importancia de unir esfuerzos para contribuir a una buena causa), así como en maratones familiares que con frecuencia organizan ayuntamientos, instituciones o colegios para conmemorar alguna fecha o dar importancia a la práctica del deporte en familia.
No hay una edad para comenzar a correr con niños, si bien suelen empezar a apreciar este deporte a partir de los seis o siete años. Si corres con tu hijo es importante mantener un ritmo acorde a su resistencia, comenzar poco a poco y cuidar especialmente su calzado.
Senderismo
Al igual que el running, cuando nuestro hijo sea pequeño podemos practicar senderismo porteándole en una mochila ergonómica, que le permita disfrutar de la naturaleza y de nuestro contacto piel con piel. A medida que vaya creciendo podrá incorporarse a nuestras rutas, teniendo muy en cuenta tanto la duración de la misma como el grado de dificultad del terreno.
El calzado, la indumentaria y el peso de sus mochilas son fundamentales para practicar este deporte con seguridad, que además ayudará a los más pequeños a conocer todos los detalles del entorno natural, su flora y su fauna.
Ciclismo
Además de ser una de las actividades preferidas por los niños, el ciclismo es un deporte muy completo, pues es beneficioso para el corazón y ayuda a mejorar la coordinación.
Por eso, si la distancia y la climatología lo permiten, deberíamos incorporar la bicicleta a nuestra rutina diaria, adoptándola como un medio de transporte habitual, tanto para ir al colegio, como para visitar a la familia, ir a comprar, o desplazarnos de un sitio a otro.
Si el niño está acostumbrado a montar en bici con frecuencia, podemos aprovechar los fines de semana para hacer rutas por el campo y disfrutar de un excelente plan de ocio en familia. También es posible montar en bici por entornos urbanos, siempre que se haga por el carril habilitado para ello y se respeten las normas de circulación. Recuerda, así mismo, la importancia de equipar al niño con un buen casco para evitar accidentes en caso de caída.
Patinar
Son muchas las familias que deciden apuntar a sus hijos a patinaje por los múltiples beneficios que aporta este deporte, ya que ayuda a mejorar el equilibrio, la coordinación y la expresión corporal.
Como ocurre en la mayoría de las disciplinas deportivas, la edad de inicio dependerá de las destrezas y habilidades motrices del niño, aunque por lo general se suele comenzar a practicar patinaje a partir de los cinco o seis años.
Al igual que si montamos en bicicleta, el niño que patine debe tener todas las protecciones necesarias, en cabeza, codos, rodillas y muñecas, para evitar lesiones en caso de caída.
Natación
Es muy importante que los niños aprendan a nadar cuanto antes, con el objetivo de reducir el riesgo de accidentes en el agua. Por eso, si el pediatra lo recomienda, a partir de los cinco o seis meses ya podemos asistir con nuestro bebé a clases de matronatación, una excelente actividad que le ayudará a familiarizarse con el entorno acuático y a ir adquiriendo las destrezas necesarias para aprender a nadar más adelante.
La natación tiene un sinfín de beneficios para nuestro cuerpo. Cuando nadamos, intervienen un gran número de músculos de las extremidades superiores, inferiores, abdómen y espalda, ayudándonos a fortalecerlos, a hacerlos más flexibles y a ganar resistencia.
Al tratarse de un deporte aeróbico, estaremos ayudando a nuestro sistema circulatorio y respiratorio, fortaleciendo el corazón y los pulmones. Además, favoreceremos la alineación postural, mitigando, en muchas ocasiones, los dolores de espalda.
Cuando el niño haya aprendido a nadar correctamente y se desenvuelva con soltura en el agua, podemos practicar deportes acuáticos en familia, como el waterpolo; una actividad muy divertida, que además aportará grandes beneficios a nuestra salud.
Tenis
El tenis, así como otros deportes de raqueta, beneficia la coordinación y la agilidad (especialmente la coordinación ojos-manos), además de ayudar a controlar la fuerza con la que golpean a la pelota, mejorando el dominio de los espacios y las distancias.
A partir de los cinco o seis años los niños ya empiezan a estar preparados a nivel psicomotriz para jugar al tenis, y los partidos de dobles en familia pueden ser una alternativa de ocio especialmente divertida.
Baloncesto
A diferencia del fútbol, el baloncesto es un deporte que permite muy pocos jugadores para poder pasar un excelente rato, de manera que resulta perfecto para disfrutarlo en familia. Además, es muy fácil encontrar en las calles canchas deportivas para la práctica de esta actividad, o incluso instalar una canasta en el jardín de vuestra casa.
Entre las muchas habilidades que requiere su práctica destaca la velocidad, la agilidad y la coordinación, especialmente la coordinación óculo-manual y de pies.
Podemos enseñar a los niños a practicar baloncesto desde muy temprana edad, y a disfrutar de un partido en familia, ya sea en la modalidad de uno contra uno, dobles o equipos completos de cinco jugadores.
Yoga
El yoga es una práctica muy recomendable, tanto para el cuerpo como para la mente, y los más pequeños también pueden beneficiarse de ella. Les aporta fuerza, movilidad y elasticidad, algo muy importante para sus músculos y huesos en desarrollo, y por supuesto, también les ayuda a relajarse y recargar energías.
Los niños pueden comenzar a practicar yoga a partir de los tres o cuatro años, y aunque hay centros especializados que ofrecen clases de yoga en familia, desde casa podemos comenzar a inculcarles esta disciplina con posturas sencillas, que poco a poco iremos variando según se vayan mostrando receptivos.
Lo bueno de este deporte es que no necesitamos nada para practicarlo. Basta con un rincón acogedor y tranquilo, música relajante y una colchoneta.
Bailar
Además de ser una actividad muy divertida, bailar tiene múltiples beneficios para la salud, ya que ayuda a mitigar el estrés, quemar el exceso de grasa corporal y mantener en forma nuestro esqueleto, músculos y corazón.
Podemos bailar con nuestros bebés mientras les porteamos, o apuntarnos con ellos a clases de "Música y movimiento" donde además de favorecer su expresión corporal, aprenderán a identificar los diferentes ritmos musicales.
A medida que nuestros hijos vayan creciendo podemos seguir disfrutando junto a ellos de esta disciplina deportiva en academias de danza especializadas. Aunque si no teneis esas opción siempre se puede recurrir a bailar en casa. Basta con contar con música y un amplio espacio donde poner en práctica nuestra creatividad.
Gimnasia
La gimnasia enfocada al fitness y al ejercicio aeróbico es otro de los deportes que podemos practicar con niños, y que les ayudará a mejorar la elasticidad, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación.
Los niños pueden comenzar a practicar gimnasia a muy temprana edad, aunque para evitar lesiones es importante que hagamos los ejecicios bajo supervisión especializada. Cuando tengamos suficientes conocimientos podemos practicar gimnasia en cualquier sitio, como por ejemplo en nuestra casa o al aire libre, pero siempre respetando los límites del niño, su grado de flexibilidad y fuerza física.
Fotos | iStock