La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el 80 por ciento de los adolescentes no hace suficiente ejercicio y que la actividad física insuficiente es uno de los principales factores de riesgo de muerte en el mundo.
El informe 'Mujer joven y actividad física', de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Fundación Mapfre, detalla más la situación al confirmar que el 76% de las chicas jóvenes de entre 12 y 25 años no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física de la OMS, que implican al menos 60 minutos de actividad física al día y actividades que fortalezcan los músculos y los huesos, mínimo tres veces por semana.
Entre los chicos, el 59 % no llega al mínimo de ejercicio marcado, lo que supone un 16,7 % menos que las chicas. Entre las causas, la gran carga académica. Pero hay más.
Miedo al ridículo, entre las razones de la brecha por sexo
El informe es resultado de una encuesta realizada a más de 10.500 jóvenes entre 12 a 25 años. Los datos hablan de que las chicas comienzan a abandonar la práctica deportiva, principalmente a partir del Bachillerato, debido a su madurez y sentido de responsabilidad, una franja de edad mayor que la de los chicos.
Según las conclusiones del informe, esto se debe a que:
Se preocupan más de su futuro y sus estudios que de hacer ejercicio.
No encuentren una oferta deportiva adaptada a sus motivaciones.
Cuentan con menor apoyo de la familia y de su entorno próximo para seguir haciendo deporte.
Creen que tienen menos habilidades y destrezas para el deporte.
Poseen un sentimiento de miedo al ridículo al interactuar con los chicos en actividades físicas.
Según el estudio, dirigido por el catedrático de la URJC, Fernando del Villar y realizado por investigadores del Centro de Estudios del Deporte de la URJC y del Observatorio de Investigación de la Fundación España Activa:
"La oferta deportiva que existe actualmente fomenta en mayor medida la competitividad que las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo, dos valores con los que se identifican más ellas y que, según las encuestas, contribuirían a incrementar su interés y motivación hacia la realización de actividad física".
Medidas para fomentar el deporte
El estudio también revela que la tasa de abandono de la actividad física es más elevada entre los 16 y 18 años, una tendencia que se mantiene desde hace 15 años y que según los investigadores no parece que vaya a cambiar.
Para remediar esta situación, el informe propone algunas medidas:
Planificar una oferta deportiva diferenciada por género, especialmente entre los 16 y 18 años, para promover la continuidad de la práctica deportiva de los adolescentes fuera del entorno escolar, y reducir la brecha de género existente.
Que la administración pública, centros y clubes deportivos, entre otros, reformulen la oferta según las preferencias de las chicas, con programas que favorezcan las relaciones interpersonales, la superación de retos asumibles y que fomenten la expresión de habilidades y capacidades personales, el trabajo colectivo y la recompensa grupal.
Que los centros educativos animen a los adolescentes a ser físicamente activos (para convertirse en adultos activos).
Que las familias sean figuras de referencia, que sean conscientes y transmitan los beneficios que conlleva la práctica de ejercicio para la salud, así como para incrementar el rendimiento académico y adquirir valores como la responsabilidad y la disciplina.
Beneficios de la actividad física en los adolescentes
La OMS señala estas razones por las que el ejercicio es vital para los jóvenes:
Ayuda a desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano.
Promueve un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) saludable.
Enseña a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos).
Logra mantener un peso corporal adecuado.
Aporta efectos psicológicos beneficiosos en los jóvenes, gracias a un mejor control de la ansiedad y la depresión.
Puede contribuir al desarrollo social de los jóvenes, dándoles la oportunidad de expresarse y fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración.
Los jóvenes activos pueden adoptar con más facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor rendimiento escolar.
Vía | Fundación Mapfre
Fotos | iStock
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