No nos sorprende en exceso el resultado del estudio realizado por un equipo de la University Medical Center Groningen, de Holanda, sobre los riesgos de los bebés de madres con enfermedades cardíacas congénitas, pues hay que comprender que el cuerpo no es una máquina perfecta y cuando se fuerza, puede fallar. Aunque esperamos que los datos pueden cambiar gracias a nuevos cuidados y tratamientos.
Publicado en el Journal of the American Collage of Cardiology, nos dan cifras sobre las complicaciones en el embarazo de un seguimiento realizado a 2.491 mujeres con alguna de las cardiopatías congénitas existentes, en el 5% de los casos sufrieron insuficiencia cardiaca y el 11% arritmias y otros problemas cardíacos.
El equipo investigador, dirigido por el Dr. William Drenthen nos dice que los casos de insuficiencia cardiaca son más, pero cuando se sufre precozmente, suele terminar con un aborto electivo.
El 8% de los bebés nacidos adquirió esta enfermedad congénita, el 16% nacieron prematuros y el peor dato es que la mortalidad ascendió al 4%.
De todas formas, los investigadores recalcan que la mayoría de los embarazos tuvieron un final feliz, así que tener una enfermedad cardiaca congénita no tiene por qué impedir ser madre.