Con el avance tecnológico de los ecógrafos e incluso con la posibilidad de hacer un análisis de sangre cerca de la semana 8 de gestación el sexo de los bebés ha dejado de ser una incógnita para los padres que esperan un hijo.
Hacia el cuarto o quinto mes, la mayoría de madres y padres saben ya si lo que esperan es niña o niño y es muy habitual que las personas del entorno lo pregunten: “¿sabéis ya qué es?”.
Lo más habitual, como digo, es que los padres quieran saber cuanto antes si comprarán ropa de niña o de niño, si pintarán la habitación de uno u otro color e incluso el nombre que utilizarán de los escogidos. Sin embargo, hay algunos padres, más pacientes, que eligen llegar al momento del parto sin conocer el sexo del bebé.
La mamá de Berta
Berta es una compañera de clase de mi hijo Jon, y su mamá está embarazada esperando a su tercer hijo (o hija). Un buen día le preguntamos si ya sabía el sexo y nos respondió: “No, es que no lo queremos saber”.
Me pareció algo extraño, aunque emocionante a la vez, y recordé que cuando mi mujer me sugirió algo similar para nuestro segundo hijo tuve que negarme, porque yo no sé si podría soportar la incertidumbre.
El ginecólogo que acertaba siempre
Para que os imaginéis cómo se solucionaba antiguamente la duda del sexo del futuro bebé os explicaré una anécdota curiosa de un ginecólogo al que acudieron mis padres en algunas de las visitas prenatales.
Según lo que observaba en la visita, les decía a los padres el sexo: “es niño” o “es una niña”, y cuando se sentaba a escribir en el historial la visita realizada, anotaba lo contrario a lo que decía.
Así, cuando los padres venían a la visita de control después de parir y le decían que se había equivocado, él se defendía con un “imposible… si aquí en la historia lo dejé apuntado. ¿Veis?”. Así siempre acertaba (aunque imaginad la cara de los padres, que habían preparado el nacimiento pensando en un hijo con un sexo contrario al que tenía en realidad).
¿Lo haríais? ¿Lo habéis hecho?
Yo no me vi capaz en el segundo embarazo de esperar hasta el momento del nacimiento para saber si venía niño o niña, sin embargo, tras hablar con la mamá de Berta, no me importaría hacerlo en caso de esperar un tercer hijo y, de hecho, ahora mismo, me parecería hasta divertido y emocionante.
Y vosotras, ¿habéis esperado hasta ese momento? ¿Lo haríais con el siguiente?
Foto | Flickr – Katie Tegtmeyer
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