La confianza mutua es un valor de las relaciones personales que se construye día a día, y a veces una sola mentira basta para resquebrajar esa confianza. ¿Tu hijo adolescente te ha mentido? Si es así, además de sentir tristeza, decepción o enfado, tal vez te dé miedo haber perdido la confianza en él.
Además, si creías que había confianza entre vosotros es probable que este hecho te haya sentado como una jarra de agua fría, pero mantén la calma. Vamos a ofrecerte algunas claves para abordar una situación de este tipo e ideas para recuperar la confianza en nuestros hijos.
Mi hijo adolescente me ha mentido: cómo recuperar la confianza en él
Los adolescentes, igual que los adultos, pueden mentir por múltiples causas. Algunas de ellas son; miedo a decepcionar, vergüenza, evitar el sufrimiento ajeno, necesidad de mantener su independencia y falta de habilidades para gestionarlo... Sea cual sea la causa, te damos algunas ideas para afrontar la situación de la mejor forma posible.
1. Valida tu emoción
Seguramente, te frustre, te duela o te moleste que tu hijo te haya mentido. Y es normal. Tal vez te haya decepcionado, y era algo que no te esperabas. Por eso es tan importante validar tu emoción ahora mismo, porque es algo que sientes y que merece ser escuchado. Además, esto te ayudará a enfocar la situación de forma más serena.
Sin embargo, no dejes que esa emoción te haga ver las cosas peores de lo que realmente son. Y recuerda, relativizar lo sucedido no significa que no te haya dolido la situación, sino que, a pesar de ello, decides ir más allá y volver a confiar en tu hijo.
2. Relativiza
Así, el segundo paso que te ayudará a volver a confiar en tu hijo es relativizar lo sucedido. Analiza la situación y pregúntate: ¿en qué te ha mentido? No es lo mismo haber mentido en una situación banal o sin importancia (o haber recurrido a una "mentira piadosa"), que haber mentido en una situación de vital importancia.
Por otro lado, tampoco es lo mismo mentir directamente, que ocultar alguna información. No estamos diciendo que una cosa sea más grave que la otra, pero son dos circunstancias que llevan a situaciones diferentes, y que también conviene tener en cuenta.
3. Pregúntate por qué te ha mentido y valora esa posibilidad
Analiza también el por qué de esa mentira. Esto puede ayudarte a entenderle mejor (que no a justificarle). Pero, por ejemplo, quizás te ha mentido para evitar que te enfadaras por algo.
O quizás, para evitar que te preocuparas. Si lo ha hecho para protegerte de algo, valora la posibilidad de no tenérselo en cuenta (o de restarle gravedad al asunto), aunque eso no quite que podáis hablar del tema de forma sincera y honesta, exponiéndole cómo te has sentido.
4. Ponte en su lugar
A nadie le gusta que le mientan, y menos que lo hagan sus hijos, pero, ¿has probado a ponerte en su lugar? Prueba a recordar cuando tenías su edad. ¿Jamás de los jamases mentiste a tus padres?
¿Ni siquiera una mentira más "light"? Quizás no pero quizás sí. En ese caso, trata de recordar cómo eras tú a esa edad, qué te llevó a mentir... Este ejercicio puede ayudarte a comprenderlo mejor y a relativizar lo sucedido.
5. No te centres solo en la mentira
Recuerda las veces en las que tu hijo adolescente ha sido sincero contigo, o te ha contado algún secreto que para él era importante. Seguramente, son muchísimas más que las veces en las que te ha mentido (tal vez incluso, solo te ha mentido una vez). Por ello, ver la situación con una mirada más amplia, y centrarte en las veces en las que sí ha sido sincero, puede ayudarte a recuperar poco a poco la confianza en él.
6. Habla con él
Que puedas volver a confiar en tu hijo no depende solo de ti, sino también de él. Es un trabajo en equipo, por lo que ambos deberéis hacer un esfuerzo para recuperar la relación que teníais y la confianza mutua.
Para abordar esta conversación, podemos preguntar directamente, ¿por qué te ha mentido? ¿Ha sido la primera vez? Y en esta conversación, no se trata solo de entender qué ha ocurrido, sino de sentar las bases de cómo queréis que sea vuestra relación.
Remarca las cosas que para ti son importantes, y proponle dar y recibir lo mismo; sinceridad y honestidad. Puedes aprovechar también para decirle que, es normal que haya cosas que no te quiera contar, y que tiene derecho a tener su parcela de intimidad. Pero que, sin embargo, las cosas importantes sí te gustaría saberlas. Eso sí, evita hacerle un interrogatorio.
7. Cierra el conflicto y crea un clima para volver a construir la confianza
Si realmente quieres volver a confiar en tu hijo, perdona esta conducta y cierra esta etapa o conflicto. Es hora de avanzar, y para volver a confiar en tu hijo, tienes que comprometerte con ello. No solo a nivel de palabra, sino fomentando situaciones y conductas para que pueda ganarse tu confianza de nuevo.
Y para ello, deberemos crear un clima de confianza bidireccional, en el que tú puedas volver a confiar en tú hijo, pero él también en ti (porque si te ha mentido, una de las causas posibles es que no confíe en ti, aunque no tiene por qué ser tu culpa).
Para ello puede ayudarte compartir alguna actividad (pasando tiempo de calidad, juntos, y dándole oportunidades para que recupere tu confianza), hacerle saber que puede contar contigo, reforzarle mucho cuando te cuente algo, practicar la escucha activa (que note que muestras interés por sus temas), no contar nunca sus secretos, no juzgar sus decisiones, etc.
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