Lo hemos dicho muchas veces, por activa y por pasiva: las bofetadas, los cachetes, los azotes, no son un método educativo y puede acarrear graves consecuencias psicológicas y físicas para los niños.
A pesar de los momentos de crisis que los adultos vivimos en esos momentos complicados, no nos damos cuenta de que nos ha superado la situación, nos hemos desbordado y actuando con violencia no le enseñamos nada al niño, posiblemente lo que hacemos es complicar las cosas en el futuro.
Los niños ven que no hemos sabido resolver el conflicto y le estamos restando posibilidades para que ellos mismos sepan resolver conflictos en su entorno, con sus amigos... La violencia como recurso será probablemente usada por este niño con otros niños y, cuando crezca, tal vez con otros adultos, incluso con sus propios padres.
A pesar de todo, aún queda mucho camino por recorrer para que buena parte de la población entienda que pegar a los niños no está bien y es un delito como lo es pegar a cualquier persona.
Este vídeo de Faros (el portal del Hospital Maternoinfantil Sant Joan de Déu de Barcelona) me ha parecido estupendo porque en poco más de tres minutos una experta psicóloga clínica y jefe de sección de Psicología nos explica de manera clara por qué no sirven las bofetadas y ofrece alternativas.
La reflexión, el pararse un minuto a pensar qué está pasando, el diálogo con el niño, tomar distancia, son actitudes que podrían evitar estas situaciones que a menudo también duelen a los padres una vez han sucedido. Tal vez sea uno de los propósitos que os habéis hecho recientemente y nunca viene mal recordarnos estas cosas...
Vídeo | Youtube
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