Los hornos están encendidos, emanan aromas golosos con frutas y azahar, también se ha incorporado el chocolate, la crema y el cabello de ángel al dulce que reinará en las mesas el Día de Reyes, el Roscón de Reyes.
Hemos llegado tarde para explicaros cómo hacer con los niños este dulce tradicional, nuestra masa para el roscón que estamos elaborando está reposando y no tenemos todavía una imagen casera que mostraros, mañana intentaremos fotografiar nuestro Roscón de Reyes antes de hincarle el diente.
Pero no sólo es la satisfacción de degustar un bizcocho aromatizado, suave y jugoso, el Roscón de Reyes invita también a jugar, pues entre todos los comensales hay como mínimo dos sorpresas que hallar, la figurita del Rey y el haba. La creencia tradicional dice que quien recibe la figurita del Rey tendrá suerte todo el año y es coronado como tal, y quien descubre el haba en su porción de Roscón es el que debe pagar el dulce de Reyes (hay quien dice que el del próximo año, pues esto no se fía), tampoco funciona si el Roscón de Reyes se hace en casa, así que habrá que hacerle pagar otro postre ¿no?.
En fin, a continuación os reescribimos el poema que hay que citar cuando se sirve el Roscón de Reyes:
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