Calambres en pies y piernas durante el embarazo, ¿se pueden prevenir?
De entre las múltiples y variadas molestias que puede ocasionar el embarazo, los calambres en pies y piernas son muy habituales y generan una gran incomodidad, a menudo cuando más relajadas estábamos, interrumpiendo el reparador (¡y tan necesario!) descanso. Vamos a ver por qué se producen los calambres en el embarazo y cómo prevenirlos.
Los calambres musculares, también conocidos como "rampas", se producen cuando un músculo se tensiona o se contrae involuntariamente, y no se relaja, provocando un dolor intenso. Los calambres pueden afectar a todo o parte de uno o más músculos, y aunque se pueden producir en muchos lugares, los más comunes durante el embarazo son en pies, piernas y en las ingles.
Los calambres en pies y piernas durante el embarazo son muy molestos y a menudo se presentan cuando un músculo se sobrecarga o se lesiona. Esto puede suceder comúnmente si se hace ejercicio cuando no se está bien hidratado, o cuando el organismo tiene niveles bajos de minerales como potasio o calcio. Todos son factores que hacen que una persona sea más propensa a tener un espasmo muscular.
Además, en el caso de la embarazada, en el tercer trimestre muchos factores se combinan para que la madre duerma mal y acumule cansancio, de modo que la fatiga puede favorecer la aparición de calambres. Precisamente muchos calambres llegarán para interrumpir el sueño, lo cual hace más difícil el descanso.
El aumento de peso puede llevar a una sobrecarga muscular que presione los nervios, debilite los músculos y favorezca los calambres. Además, los cambios hormonales y en la circulación sanguínea también podrían aumentar el riesgo de rampas. Todo ello causa que hasta la mitad de mujeres embarazadas sufran los molestos calambres o rampas, sobre todo en el segundo y tercer trimestres.
Prevenir (y calmar) calambres en el embarazo
Los calambres musculares se pueden detener y calmar estirando el músculo afectado, una zona que se sentirá dura o abultada. Se suele producir en los dedos de los pies (uno o varios), en el gemelo o pantorrilla o en el muslo.
- Flexiona y estira suavemente el pie para estirar los músculos. Ayúdate d elas manos si es necesario, o ponte de pie.
- Realiza el mismo ejercicio, incorporada, en la pierna si se produce en la zona del gemelo, flexionando la pierna afectada hacia atrás con el pie de puntillas de modo que se estira el músculo.
- El calor puede venir bien al principio del calambre para soltar los músculos y mejorar la circulación (aplicar una toalla caliente...). Después, una vez calmado, se recomienda aplicar frío (puede servir una toalla en agua fría o colocarnos de modo que el suelo frío toque el músculo).
- Una vez calmada la rampa, reposa el pie sobre una superficie fría. Esto es más fácil que hacer que el gemelo o el muslo toquen el suelo si estás en el tercer trimestre, pero si te sientes cómoda y flexible y cuentas con un buen apoyo para reincorporarte o tienes ayuda, puedes hacerlo también.
- Masajea suavemente la zona afectada.
- Realiza ejercicio habitualmente, de modo que los músculos no estén aletargados.
- Pero evita el cansancio excesivo a la hora de la actividad física. No es bueno forzar los músculos ni el corazón.
- Mantén una correcta hidratación.
- Incluye en tus ejercicios diarios los estiramientos y rotación de pies. También se pueden rotar los tobillos y mover los dedos de los pies cuando estemos sentadas o recostadas descansando, viendo la televisión...
- También conviene estirar las piernas, flexionarlas y hacer elevaciones.
- Caminar es un ejercicio estupendo en cualquier caso, para mejorar la circulación, el tono muscular...
- Lleva un calzado adecuado, firme, que no apriete y sea cómodo.
- No lleves pantalones ajustados que compriman las piernas.
- Lleva una dieta sana y equilibrada. Las frutas y verduras aportan muchos minerales y los lácteos te proporcionan calcio, importante en esta etapa.
- Consume alimentos ricos en potasio: plátano, legumbres, frutos secos, aguacate, patata...
- Toma los suplementos vitamínicos recomendados por el ginecólogo.
- Después del ejercicio físico y cuando lo necesites, practica relajación en casa.
- Evita estar de pie o sentada por largos periodos de tiempo.
- Evita cruzarte de piernas cuando estés sentada, ya que esta postura puede restringir la circulación.
Esperamos que estos consejos te ayuden a prevenir los calambres en los pies y la piernas durante el embarazo. Y recuerda que si son muy fuertes, no desaparecen con el simple estiramiento, duran mucho tiempo, o si observas hinchazón, enrojecimiento o sensibilidad en la pierna, debes consultar al médico.
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