Chucherías en el cole

Chucherías en el cole
11 comentarios

Recientemente me he encontrado con la cuestión de que se ofrezca a los niños en la guardería o la escuela infantil alimentos, especialmente chucherías, que los padres no quieren que sus hijos tomen.

Me quiero referir en primer lugar, obviamente, a las chucherías, pues son el “alimento” más controvertido y es habitual todavía llevarlas como regalo en los cumpleaños, pero también a otros productos que, por el motivo que sea, no siendo el niño alérgico o padecer algún problema de salud, los padres deciden libremente que sus hijos no coman.

La primera persona a la que le escuché hablar del tema era una madre que no quería que su hija comiera galletas con azúcar blanca, harina no integral o grasas hidrogenadas a pesar de que en la guardería insistían en que se les daban a todos los niños en la merienda.

Las chucherías, caramelos y otros dulces siguen siendo habituales en muchas casas y se acostumbra a llevar un paquetito al cole en los cumpleaños. Sin embargo cada vez hay una mayor conciencia de que no son muy buenos para la salud de los niños y son bastantes los padres que dejan de ofrecerlos.

La decisión debe ser de ellos y nadie debería juzgar a quien decida no incluir estos productos en la alimentación de su hijo, ni, por supuesto, dárselos a los niños sin que los padres lo sepan y den su permiso.

Si vamos un poco más allá, también existen razones para evitar la bollería industrial, los zumos de bote, los refrescos industriales y, en general, cualquier alimento que lleve azúcares o grasas hidrogenadas. La decisión, igual que con la cuestión de las chuches, debe ser de los padres.

Yo creo que en las escuelas infantiles y guarderías, así como posteriormente en las escuelas, debería evitarse el reparto de alimentos en los cumpleaños y, en lo posible, atender las decisiones sobre la alimentación de sus hijos que los padres quieran plantear.

Se trata de una costumbre bastante extendida. Cuando yo era niña era normal llevar una bolsa de caramelos y repartirla entre los niños. Nos hacía mucha ilusión. Pero es verdad que entonces el comer dulces no era algo tan habitual, formaba parte de la fiesta y tampoco se era tan consciente como ahora de los efectos adversos de los dulces industriales, sus conservantes y colorantes, o de lo que hace la misma azúcar en el organismo.

¿Como se podría plantear esta cuestión en un colegio? Para algunos será exagerado prohibirlo, pero para otros sería la manera más sencilla de evitar que el niño que no los come se sienta triste o los padres se encuentren con que se ofrecen alimentos a su hijo sin que ellos lo autoricen.

En la escuela infantil a la que yo llevaba a mi hijo no dejaban dar caramelos hasta los seis años, pero la alternativa no es que fuera muy buena, pues se repartían zumos de bote y bollos.

Pensemos lo que pensemos cada uno de esta decisión, lo que creo es que no tenemos derecho ni a juzgar ni a entrometernos, y hay que respetar la decisión de los padres sobre la alimentación de sus hijos, sobre todo si se plantean cuestiones saludables.

Se habla mucho de la educación personalizada, la atención individual, el respeto y la diferencia, pero a la hora de la verdad, en estas cuestiones queda mucho por avanzar. Para empezar creo que lo de repartir chucherías en el cole tiene que acabar.

En Bebés y más | Muchas chuches y poco cepillarse los dientes, Premiar con dulces a los niños, Las golosinas: ¿Cómo utilizarlas?

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Yo entiendo que es una decision personal de cada padre, en mi caso no pretendo que mi hijo no tome azucares refinados ni grasas ni harinas blancas porque vivimos donde vivimos, pero si intentar formarlo en una alimentacion lo mas sana posible restringiendo en la medida de lo posible este tipo de "alimentos"

      Ni calvo ni siete pelucas, ni le voy a negar un paquete de aspitos por un cumpleaños ocasional de un compañero, ni voy a llevar gusanitos y chucherias encima como metodo para que deje de llorar.

      Yo he crecido con unos padres que me compraban algunas chucherias, pero claro, en mi epoca lo mas atrevido eran los chupachups de chicle y los regaliz con picapica (o los peta zetas)

      Desde luego no con 10 o 12 meses, porque aun es un bebe, pero cuando se habla de un niño las chuches forman parte de la infancia (al menos lo fueron de la mia) y mientras no sea una constante sino algo esporadico no considero qeu sea malo.

      Un saludo.

      P.D: A dia de hoy estoy sanisima, sin sobrepeso y no me llaman la atencion para nada las chucherias (al contrario qeu a mi marido a quien se las restringieron bastante en la infancia)

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    • Avatar de reyrey Respondiendo a reyrey

      Sí, tienes mucha razón y el enfoque que le has dado es el correcto, llegará un día en que las chucherías serán inevitables, y sin dramatizar y con una alimentación equilibrada, no van a estropear su organismo.

      Pero cuando son tan pequeños como para ir a la guarde (de 1 a 3 años), me parece innecesario. Y como calmante ante un enfado tampoco lo veo bien.

      Imagino que un día mi hijo me las pedirá, entonces las compraré, claro, porque si no le permito comerlas provocaré, como tú bien dices, el efecto contrario. Trataré de que sea con mesura y ya.

      Yo tuve también mi época de chuches, y hasta de sisar del monedero de mi madre para comprarlas, y estoy muy sana y no he atracado ningún banco a pesar de esos comienzos como raterilla :-)

    • interesante

      Yo también creo que es tan malo prohibirlo como fomentarlo, pero es que los tiempos han cambiado mucho. Antes no recuerdo que los niños tomáramos caramelos o chucherías con menos de seis o siete años, pero es que ahora se habla de ofrecerlas a bebés! Lo más sencillo sería celebrar los cumpleaños con un obsequio que no fuera comida, con la de cosas que hay que no todos pueden tomar por alergias o por muchos otros motivos.

      Unos amigos me comentaron que en el colegio de su hijo han sugerido que cuando se lleven dulces, mejor los comprados, porque hay padres que no se fían de lo que otras familias puedan cocinar en casa y prefieren algo industrial que haya pasado controles de calidad.

    • Pues ya van más de dos veces que me preguntan "¿ya come gusanitos?". Mi hija va a hacer 13 meses, no, no come gusanitos porque no me pide, de momento come lo que le doy a probar, e intento que sean cosas nutritivas. Cuando me pida chuches ya lidiaré con ello como pueda, pero vaya una forma de buscarse problemas antes de tiempo.

    • Estoy de acuerdo con #3 y con #5, no podemos demonizar las golosinas como tampoco ofrecerlas a mansalva, forman parte del mundo infantil y a quienes se les prohíben demasiadas cosas el día que las descubren tal vez se lanzan a ellas de mala manera...otra cosa es según qué golosinas porque no es lo mismo un aspito, que al fin y al cabo no es más que maíz horneado que una piruleta. En cualquier caso es preferible que las descubran lo más tarde posible. A mi hija de casi 20 meses el otro día una farmacéutica le ofreció una piruleta! lógicamente la rechacé alegando que la niña aún no conocía este tipo de chuches y que yo prefería esperar por lo menos a que sepa lavarse los dientes. En fin, como en todo se impone la lógica y la mesura.

    • No creo que prohibirlas sea correcto ni que darla sin ton ni son tampoco. Mi niña 19 meses come chuches si solo gusanitos, intento que sean de los de toda la vida que llevan menos aditivos. No come caramelos ni gominolas, simplemente porque no le gustan, los ha probado. En el cole cuando es algún cumple se llevan chuches y si las come ya digo que solo los gusanitos, aun es pequeña vale, puedo entenderlo, pero no creo que una vez a la semana por ejemplo o dos, le haga más daño que tragarse el humo del tabaco de un mayor o tirarse frente al televisor 3 horas, lo que quiero decir con esto es que todo en exceso es perjudicial.

      En mi caso llebaba a mi niña al parque todas las tardes, los demás niños comían chuches y mi niña pues no quería ser menos. Como yo no quería que las chuches se convirtieran en la merienda ya que los nenes las compartían, decidí llevarla un par de tardes al parque y las demás jugar en la calle con los vecinos (de una edad similar) o en casa con mama y luego salir solo a dar un paseo.

      Lo que quiero decir es que todas o casi todas las prohibiciones acaban mal.

      La virtud está en el término medio, dice mi abuela.

    • Durante este primer año en la guarde, menos en 1 cumpleaños, el resto, todas las mamas han llevado "gusanitos" a los bebes. Por nuestra parte, ya saben en la guarde que mi hijo no come gusanitos y no los come porque yo no quiero. Solo tiene 11 meses y considero que si no le doy sal en las comidas, no tengo porque darle todavia "gusanitos", ya tendra tiempo de probarlo pero es algo que se ve estraño. Ahora me toca a mi llevar "algo" por el cumple de mi hijo, cuando he consultado en la guarde, ellos mismos me han dicho "no te preocupes con unos aspitos...". Pero no, no pienso llevar aspitos, les llevare a cada compañero un botecito para hacer pompitas y que sus mamis les hagan pompitas y jueguen con ellos.

    • No sabéis cuán de acuerdo estoy con vuestras opiniones. Mi chico y yo hemos hablado muchas veces sobre ello, no queremos, ni nos apetece, que nuestro hijo empiece a comer guarrerías sin ton ni son. Mucha gente nos dice que no vamos a poder evitarlo, que él las pedirá. Muy bien, que las pida, ya veremos cómo bregamos con ello cuando eso suceda. Afortunadamente come muy bien, le gusta todo, tiene 11 meses y antes de comer su puré o su verdura cocida, le damos un trozo de rico y sano pan. Lo devora. También come galletas María o fruta en trocitos como "golosinas". Y nunca para que se calle o no nos moleste. Para alimentarle.

      Hace poco estuve con una amiga, también mamá, tiene un niño encantador y bien criado, sin embargo me sorprendió muchísimo. Íbamos paseando con los 2 nenes y Martín, mi hijo, estaba un poco llorón. Había olvidado en casa su chupete y le propuse acercarnos a una farmacia y comprarle uno nuevo. Ella me dijo: "¿Le das gusanitos?" Le dije que no, claro, con 11 meses y si no le doy sal, ni azúcar y además porque no quiero. Me contestó: "en estos casos vienen muy bien".

      Al rato fue su hijo el que se puso a llorar. Ella sacó un tuper llenó de gusanitos y el niño los devoraba, se calmó, pero más tarde de nuevo se puso guerrero. Entonces también sacó jamones (esa especie de gominolas rosas). Yo alucinaba. Me dijo que siempre llevaba encima.

      Este año empezamos la guardería, en septiembre. Pienso recalcar que no quiero que le den gusanitos y si hay que llevar algo de cumpleaños, ya pensaré algo más sano y nutritivo. Y si no, como dice Eva, el bote de pompitas, que es mágico para cualquier niño.

    • La solución pues que la asociación de padres y madres se ponga de acuerdo y se lo comunique al consejo escolar. La forma más organizada, en mi opinión.

      Les dejo mi blog, por si les apetece leer algo diferente: http://ayopiensaveces.wordpress.com/

    • En el término medio es donde hay que situarnos: no a diario, pero en los cumpleaños anda, que todos y todas hemos sido críos.

    • Hola, personalmente, creo que está mal que en una guardería o en un colegio les den a los niños dulces –o cualquier tipo de comida no saludable– habitualmente, pues esto crea una costumbre en los niños que cada día es más difícil de modificar, pero tampoco creo que lo deban prohibir del todo, pues un dulce de vez en cuando es bueno, los niños lo disfrutan y no causa mayores daños. Lo verdaderamente importante es saber medirse.

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