Una escena muy frecuente: el bebé se ha quedado dormido en brazos y queremos acostarlo en su cuna. ¿Cómo hacerlo sin interrumpir su plácido sueño? Algunos padres lo consideran una misión imposible, basta con apoyarlo en la cuna y comienza a llorar. Normal.
Es normal que al separarlo de tus brazos calentitos y apoyarlo en una superficie fría el bebé perciba la diferencia y se despierte, pero con un poco de delicadeza y algo de entrenamiento se puede dejar al pequeñín en la cuna sin que se entere.
A casi todos los bebés (sino a todos) les encanta dormirse en brazos dando un paseo (¿a quién no?). El paso de los brazos de papá o mamá a la cuna, o de los brazos a la cama o al cochecito es una transición que hay que hacer con decisión pero a la vez con mucha suavidad y acompañada de palabras cariñosas.
Por empezar, el ambiente debe ser acogedor y tranquilo. Debe estar todo preparado cuando vayamos a acostar al bebé: el bebé cambiado (no es hora de ponerse a cambiar pañales ni pijama; seguramente se despertará), las luces deben ser tenues, la habitación sin ruidos, si acaso una música tranquila y la cuna preparada. Lo mejor es esperar a que el bebé haya pasado la primera fase de sueño y esté profundamente dormido.
Cuando tenemos al bebé dormido en brazos, una de nuestras manos sujeta su cabeza y la parte alta de su espalda, mientras que la otra lo sostiene la parte baja de la espalda.
Demás está decir que cuando tenemos un bebé en brazos es mejor quitarnos pulseras, relojes o anillos que al rozar puedan hacerle daño.
Cuando vamos a acostarlo lo último que debemos soltar es su cabeza. La mano que la sujeta debe acompañarlo hasta que está acostado ya que si la soltamos el bebé se sentirá inseguro y se despertará.
Por eso tenemos que acercarnos a la cuna agachándonos lo más posible y apoyar al bebé boca arriba o de costado en el colchón sin dejar de sujetarlo. Entonces sacar la mano de debajo del culete y deslizar muy suavemente (pero muy suavemente) el brazo de debajo de la cabeza.
En ese momento, las caricias y las palabras cariñosas son fundamentales para que el bebé sienta que sigues allí. Acomódale en la cuna, arrópalo y si se ha despertado acompáñale hasta que vuelva a dormirse. Si lo coges nuevamente en brazos seguro que volverá a quedarse dormido enseguida.
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