Vuelta al cole: cómo ayudarles a superar el síndrome de la normalidad tras las vacaciones
Seguro la mayoría de nosotros ha escuchado hablar del síndrome postvacacional, ese conjunto de síntomas de desánimo, tristeza y hastío al volver al trabajo tras las vacaciones. Y es que "volver a la realidad" después de haber pasado muchos días de relax no siempre es algo sencillo y requiere de un proceso de adaptación.
En los niños, existe algo similar al síndrome postvacacional: el síndrome de la normalidad. Te contamos de qué se trata y te compartimos algunos consejos para superarlo y puedan prepararse mejor para la vuelta al cole.
Qué es síndrome de la normalidad
Tal y como comentaba al inicio, el síndrome de la normalidad sería la versión infantil del famoso síndrome postvacacional, y suele aparecer durante los primeros días de clase, es decir, en esa vuelta a la normalidad.
Este síndrome, que si bien no es una enfermedad pero sí presenta varios síntomas, puede causar en los niños un estado de cansancio, hastío y ansiedad, que en casos extremos puede llegar a causar depresión. Si para nosotros como adultos puede ser difícil la vuelta a la rutina, para los niños, que posiblemente han estado sin rutinas durante las vacaciones, puede ser aún más.
El síndrome de la normalidad puede manifestarse con un desánimo en general, pero es posible que los síntomas no se expresen a través de la tristeza, por lo que es importante que tengamos los ojos bien abiertos ante posibles actitudes de alerta, como que el niño se vuelva irritante o agresivo.
Consejos para superar el síndrome de la normalidad
Para evitar que los niños presenten síntomas del síndrome de la normalidad y facilitar la vuelta al cole, deberemos ayudarles y acompañarles para que poco a poco vayan adaptándose y el regreso a la rutina no sea tan difícil.
Hazles partícipes en la compra
Trata de que tus hijos participen en la compra de las cosas que necesitarán para la vuelta al cole: ropa, mochila, útiles escolares, etcétera. Si es posible, puedes permitirles que te ayuden a elegir las cosas que usarán, para que se sientan más entusiasmados.
Recuerda que la mochila debe ser ligera, y que el peso máximo que deben llevar los niños en sus mochilas en la espalda, debe ser el 10% del peso total de cada niño. En el caso de las mochilas con ruedas, el peso máximo que deben llevar, es el 20% del peso total del niño.
Rutina de sueño
Lo ideal es tratar de seguir la misma rutina de sueño en verano, aunque sin la presión de seguir un horario es fácil relajarse un poco y dejar de hacerlo. Si la rutina de sueño ha desaparecido, comienza a retomarla de forma gradual con ayuda de algunos trucos:
- Anímales a que hagan alguna actividad física al finalizar la tarde.
- Dales un baño tibio al terminar el día, para que se relajen y vayan preparando para la hora de dormir.
- Una cena ligera pero nutritiva ayudará a que les resulte más fácil conciliar el sueño y no vayan a la cama con el estómago muy lleno.
- Comienza a bajar las persianas o cierra las cortinas poco antes de que sea su hora de ir a la cama, para que la luz exterior no les moleste.
- Establece (o recupera) un horario específico para el uso de dispositivos como móviles, tablets y televisión, y déjalos fuera de la habitación.
Planifica su semana
Ayúdales a planificar sus semanas, de modo que tengan períodos de trabajo y de tiempo libre todos los días. Dales tiempo para que se relajen después del colegio antes de empezar los deberes y trata de que aprovechen al máximo los fines de semana para divertirse y descansar.
Ten presente también que debes ser flexible, pues las circunstancias y necesidades irán cambiando sobre la marcha para adaptarse a sus horarios y responsabilidades.
Ayúdales a organizar sus tiempos
Hablando de organizar horarios, puedes ayudarles a organizar los tiempos que dedicarán a hacer los deberes y enseñarles a repartir el trabajo en partes pequeñas y asequibles. Al principio (y cuando lo requieran) ayúdales con los deberes para que no se sientan agobiados y les resulte más fácil acostumbrarse a realizarlos.
Reconoce sus logros
La readaptación a la rutina puede no ser sencilla y los niños pueden estar un poco renuente a algunos cambios, por lo cual es importante motivarlos. Una forma de lograrlo es reconociendo y dando valor a sus logros, dentro de un contexto cariñoso y positivo.
Vigila sus hábitos alimenticios
Si a tus hijos les preocupa mucho la vuelta al cole, es posible que recurran a la comida para consolarse. Presta atención a su dieta, para asegurarte de que estén alimentándose bien y habla con ellos para que no coman muchas chucherías entre comidas.
Planifica una experiencia especial
La primera semana de vuelta al cole suele ser la más difícil, por lo que además de seguir estos consejos y apoyar a tus hijos puedes considerar planificar una experiencia especial al término de esa primera semana, como una excursión a un parque temático o ir al cine.
Esto puede ser genial para la primera semana de clases, sin embargo no quiere decir que después no sea beneficioso. Incluso, pueden organizar paseos un par de fines de semana al mes para salir un poco de la rutina y además, tener más tiempo de calidad en familia.
Tranquilízalos y dales apoyo emocional
A muchos niños les pone nerviosos la vuelta al cole por diversos motivos. Ayuda a tranquilizarlos diciéndoles que sus amigos seguirán en el colegio si es así, o bien, si han tenido que cambiar a un colegio nuevo, trata de animarles diciéndole que otros niños nuevos se sentirán igual y tendrá la oportunidad de hacer nuevos amigos.
Mantén una actitud positiva
Por último, pero no menos importante, trata de mantener una actitud positiva. La vuelta a la rutina puede ser difícil y tediosa para todos, pero deberás hacer lo posible por mostrarte entusiasmado por el regreso a clases para así contagiar de buena energía a tu familia.
Lo ideal es comenzar a prepararnos con antelación para que el inicio de clases no represente un cambio muy dramático para los niños y así evitar que aparezca el síndrome de la normalidad. Sin embargo, si no lo has hecho, siempre puedes poner en práctica estos consejos incluso si ya comenzaron las clases.
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