Según apunta un estudio de la Liga Española de la Educación, el 24% de los jóvenes ha tenido su primera pareja con solo 12 años. Puede que 12 años nos parezca demasiado pronto para iniciar una relación. Puede que pensemos que no están preparados. Puede que estemos absolutamente en contra. Pero prohibir o negar la situación solo jugará en nuestra contra y en la del bienestar de nuestros hijos. Si con 12 años nos cuenta que tiene una relación, ¿qué podemos hacer?
Es absolutamente normal sentir cierto pánico si tu hijo de 12 años te llega con la noticia de que tiene una relación. ¿Cómo es posible? ¿Qué ha sido de mi peque? ¿Qué hago ahora?
12 años… ¡12 años!
La edad, esos 12 años, puede darnos, leído así, un poco de vértigo, pero conviene que, más que una simple cifra, tengamos en cuenta el grado de madurez de nuestros hijos. ¿Cómo les ves de preparados?
Por otra parte, piensa que quizá el concepto de relación que manejan nuestros hijos no es el mismo que el que tenemos nosotros. Hoy en día, para ellos, una “relación” puede consistir en mandarse mensajes por Facebook (y poner “En una relación”), puede ser quedar para ir al cine o simplemente pasar más tiempo juntos que con el resto de amigos.
Sí, también puede ser “ser novios a la antigua usanza”. Pero para saber qué es exactamente qué es lo que nos está diciendo nuestro hijo lo mejor es empezar por preguntarle en qué consiste esa relación que dice que tiene… y mantener la calma.
Comunicación: habla con tu hijo sobre las relaciones de pareja… y más
Queremos que nuestros hijos tengan relaciones sanas, así que debemos hablar con ellos para asegurarnos de que su noción es ajustada. Qué entiende por relación, en qué consiste para ellos ser novios (¿ir a pasear, besarse, hacer planes también con amigos o estar solo con esa persona…), qué conductas ven apropiadas o no, qué esperan de ellas, etc. Es importantísimo este punto para garantizar que no están iniciando relaciones tóxicas.
¿Lo ideal? Haber hablado de este tema antes de que se nos presente la situación, desde bien pequeños. De relaciones, amor, sexo, etc. no se habla un día, no es “la conversación”, es un continuo que va casi desde el nacimiento, porque si esperamos a la adolescencia ya será tarde.
¿Qué debe tener claro?
- Como decía, ha de tener claro en qué consiste una noción de relación sana, igualitaria, libre…
- No abandonar las relaciones sociales: si queremos una relación sana aislarnos de los demás y centrarnos exclusivamente en la pareja es muy mala idea con 30 años o con 15. Vamos a asegurarnos de que lo tienen claro, porque quizá entren en modo “tengo ganas de estar con la pareja todo el rato y lo demás ya no me importa” tan propio de estas edades.
- Sexo seguro. Por mucho pánico que te de la idea de que “tu peque” tenga relaciones sexuales evitar el tema no hará que no suceda, lo que hará es que suceda sin que tenga la información necesaria y por tanto que corra riesgos. Hablar de sexo con nuestros preadolescentes no les lleva, como muchos creen, a que “tengan más ganas”, no “les damos ideas”, no, lo que hacemos es garantizar su bienestar físico y emocional dándole información y herramientas.
Algunos consejos
- Normas: al igual que para muchas otras cosas hay normas en casa, ha de haberlas para esto. ¿Significa eso que hay que convertirse en un dictador o sacarse plaza en el Cuerpo Nacional de Policía? No, pero que tenga una relación no hace que haya dejado de tener 12 años, que tenga una relación, si es chica, no nos garantiza “que no le vaya a pasar nada porque la acompañan a casa” (basta ya de esto, por favor)… Horarios, normas sobre la conducta cuando ambos estén en casa… estas son las cosas que debemos pactar.
- No fiscalizar la relación: cuando nos prohíben algo… ¿qué sucede? Pues eso, que nos polarizamos y lo queremos con más fuerza. Estés o no de acuerdo con esto, la realidad es que está sucediendo, así que, ¿no es mejor abordarlo acompañando a nuestro hijo que rechazando esta relación frontalmente? ¿Acaso no es mejor que sienta que puede hablarnos de ello a que nos evite?
- Transparencia: al igual que sucede con los amigos, es recomendable conocer a la pareja, que venga a casa, que sepa que puede venir a casa. Nada de oscurantismo, nada de mantenerlo alejado (“es que prefiero no verlos”) por mucha vergüencita que nos de a todos. ¿Por qué? Por normalizar, por integrar esa relación en su día a día familiar, por no hacer que sea algo “secreto”, porque ya sabemos que los secretos no conducen a nada bueno, porque si sienten que pueden estar en casa sin censura, sin juicios, vendrán tranquilamente y sentirán la libertad de hablarnos del tema, que es lo que queremos. ¿O es que prefieres que te lo oculte o que no te diga a dónde va? Pues eso.
Si tu peque de 12 años te llega diciendo que tiene una relación, calma, no hiperventiles: respira y habla con él/ella, acompáñale, guíale… Porque quizá no sea buena idea, quizá la relación termine dos días después, pero mejor estar ahí y ayudarle en el camino que negar esta realidad y dejarle a su suerte, ¿no te parece?
Fotos: Pixabay.com; Toy Story 3
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