Ha llegado el momento. Su primer verano y el tan ansiado primer contacto del bebé con el agua. Los pequeños suelen disfrutar muchísimo del medio acuático y es muy beneficioso para su estimulación, pero hay nueve consejos que debes tener en cuenta a la hora del primer baño del bebé en la piscina.
Ir con el bebé a la piscina no es algo que se haga a la ligera. Requiere casi tanta preparación que para organizar una salida y por supuesto, una bolsa tamaño XL para todo lo que tienes que llevar.
Primero, imprescindible para llevar al bebé a la piscina: crema con protección solar si tiene más de seis meses, gorro, pañal de agua, e idealmente gafas de sol.
Procura que sea un momento del día en el que el bebé no tenga hambre ni sueño. Lo mejor es por la mañana, antes de comer, o por la tarde, después de su siesta. No queremos que esté fastidioso e incómodo, sino que disfrute al máximo de su experiencia en el agua.
Procura que en ese momento no haya niños gritando, salpicando y tirándose al agua muy cerca, ya que el bebé podría asustarse.
No lo metas de golpe: hazlo poco a poco. Primero mójale los pies, las piernas y los brazos con tus manos y luego mételo poco a poco.
Sujétalo muy bien: manténlo siempre sujeto por las axilas, no lo sueltes ni por un momento, aunque tenga los manguitos, un flotador o esté encima de una barca. Puede hundirse o moverse y caer al agua. No lo desatiendas ni un segundo.
Juega con tu bebé. Es una experiencia muy bonita disfrutar del agua con tu bebé, y para él no hay nada mejor que las risas y las frases cariñosas de mamá y papá, así que... ¡A disfrutar del baño! Podéis jugar al barquito, chapotear en el agua, jugar con una pelota, lo que sea.
No extiendas el baño más de 10 minutos para que no coja frío ni se canse.
Si en algún momento empieza a llorar, sácalo del agua y vuelve a intentarlo más tarde. Tiene que ser una experiencia placentera, no una tortura. Si lo pasa mal, no querrá repetir.
Cuando salgáis del agua, ten a mano una toalla para secar el bebé. Luego cámbiale el bañador y el pañal de agua por uno nuevo y ropa seca para que no se le irrite la piel ni coja frío.
Espero que con estos consejos el primer baño del bebé en la piscina sea una experiencia inolvidable y que la repitáis unas cuantas veces.