Los padres tenemos una enorme influencia en nuestros hijos y usarla bien es indispensable para darle las herramientas que necesita para crecer como una persona equilibrada y feliz. Y lo más importante que vamos a enseñarles es el amor en todas sus dimensiones. Y aqui van mis seis consejos sobre las cosas que deberíamos enseñarles a amar a nuestros hijos.
Más que recetas complicadas y teorías psicológicas que parecen necesario tener un guía o hacer un máster, la educación es algo bastante más sencillo para lo que los seres humanos, si superamos nuestros prejuicios y malos hábitos, estamos preparados para hacer. Basta tener sentido común y empatía.
La clave de la educación es el amor. Amor que nace dentro de uno mismo y se extiende hacia nuestro entorno. Enseñar a amar, a respetar, a apreciar las cosas buenas de la vida y a valorarlas, es el primer deber que todo padre y madre tendría que proponerse.
Y como todas las cosas importantes que los niños aprenden lo que realmente tiene impacto en ellos no es lo que digamos, ni las reglas complejas, ni mucho menos el autoritarismo o los castigos. Lo que hace que los niños aprendan de nosotros es, ante todo, nuestro ejemplo. Lo que creemos que es importante para ellos debemos realizarlo y mostrarlo nosotros en nuestra propia vida.
Con el ejemplo y una buena comunicación gran parte del camino estará ya hecho, los problemas posibles se minimizarán y se podrán solucionar en un clima de confianza y respeto mutuo. Nuestros hijos, mediante el amor recibido y asimilado, serán personas llenas de amor que dar y transmitir.
Que se sepan amados
Lo más poderoso es que nuestros hijos se sepan y se sientan amados. Dadles amor sin límites, abrazos sin medida, besos y arrumacos, muchas caricias, escucha activa, atención cuando la pidan y cuando la necesiten.
No les neguéis vuestra compañía y consuelo, de día y de noche también. No descarguéis en ellos vuestras frustaciones. Decidles lo mucho que los amáis, que siempre estaréis a su lado. Tratadlos como deseáis ser tratados por los que os aman y veréis como la seguridad de saberse queridos, valorados e importantes hace nacer en ellos el amor verdadero.
Amarse a ellos mismos
El amor y la aceptación que los padres le ofrezcamos serán la base de su autoestima. El amor a uno mismo es indispensable, pues asi comprenderán que son válidos y valiosos, que merecen ser tratados con respeto y no aguantar relaciones o tratos dañinos. Con seguridad en ellos mismos se enfrentarán a los retos y dificultades de la vida con la mejor herramienta que existe.
Y puesto que los niños asimilan lo que les transmitimos siempre debemos hacerles saber que creemos en ellos y en su capacidad, y que nadie tiene derecho a dañarlos, ni nosotros mismos.
Amar su cuerpo
Cuidar nuestro cuerpo es amarlo. El saber que nuestro cuerpo es, por naturaleza, sano y hermoso, les ayuda a sentirse mucho más seguros y evitar sentirse mal si alguien les quiere transmitir presiones sobre una imagen artificial o dañina. Además, cuidar el cuerpo implica alimentarlo correcta y equilibradamente, darle el ejercicio y el aire libre que precisa y, en un futuro, huir de adicciones peligrosas.
Y eso, como todo, se lo vamos a enseñar con nuestro ejemplo, evitando hacer comentarios desagradables sobre el aspecto de los demás y llevando una vida sana, con ejercicio, cuidado de la salud y de la alimentación.
Amar el conocimiento
Los niños son extraordinariamente curiosos y desean saber y descubrir todo sobre el mundo que les rodea. Eso es el amor al conocimiento y lo traen de serie. En realidad, si respetamos sus ritmos e intereses, acompañándolos más que forzándolos, ese amor al conocimiento pervivirá. Todo aprendizaje debería ser feliz y nacer de la motivación personal, algo que en los niños más pequeños es evidente pero que a veces se aletarga por una educación demasiado rígida. Debemos responder sus preguntas, mostrarles nuevas áreas de saber y disfrutarlas a su lado.
Además, para que los niños amen en conocimiento, nosotros, sus padres, debemos hacerlo también. Mostrándonos como personas motivadas, creativas, con espíritu crítico, con ganas permanentes de aprender cosas nuevas y con una amplia gama de intereses les transmitimos que el saber es algo maravilloso.
Amar la Naturaleza
Cuidar nuestro entorno es importantísimo para el futuro de la especie humana y para las demás también. Y dependerá en gran medida de como se comporte la próxima generación. Además, como seres vivos, nuestro lugar es la Naturaleza y estar en ella armoniosamente nos produce gran felicidad. Apreciarla, respetarla y saber disfrutar de la Naturaleza les ayudará a ser personas más equilibradas y sanas. También somos los padres responsables de ello con nuestro ejemplo.
Amar a otras personas
Y desde luego no cabe duda que amar a otras personas es una de las experiencias que más sentido dan a nuestras vidas y que mayor felicidad nos proporciona. Nuestra manera de tratarlos y de tratar a otras personas, con respeto y con un cariño sin violencia ni dominio, es una enseñanza vital.
La capacidad de amar y, sobre todo, de amar bien, sin querer poseer ni dominar, es algo que nuestros hijos merecen aprender y experimentar, enlazando de nuevo con lo primero que os conté, amarlos sin medida es la mejor enseñanza sobre el amor posible. Con esto termino mis seis consejos sobre las cosas que debéis enseñar a vuestros hijos a amar.
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