A partir de los 4 o 6 meses, es necesario aportar más energía a la dieta de nuestro bebé introduciendo alimentos nuevos, pero sin dejar la lactancia, ya sea natural o artificial. En muchas ocasiones se recurre a los potitos, pues además de cumplir esta función, ayuda al bebé a descubrir nuevos sabores, le enseña a masticar y tragar y no tiene ninguna preparación, lo tienes listo en cualquier momento y en cualquier lugar.
Pero esta comodidad no debe llevar a un uso continuo de ellos, siempre son más saludables en cuanto a calidad y a variedad los purés preparados en casa. Si preparamos nosotros los purés a nuestro hijo, podremos satisfacer mejor sus gustos y cuidaremos que no reciba un exceso de azúcar en su dieta.
Los potitos de frutas poseen azúcar añadido, un aporte innecesario, pues la fruta ya contiene azúcares en su estado natural. Si observas la etiqueta de un potito de frutas, podrás ver que los hidratos de carbono son mayoría, y en estos productos son fructosa y sacarosa. Una cantidad elevada de azúcar en la dieta de los bebés, en primer lugar hará que se acostumbre al sabor dulce y le resultará más difícil aceptar otros sabores, además recibirá calorías vacías, es decir, calorías que no le aportan vitaminas, minerales, ni ningún otro nutriente aparte de la sacarosa.
Si no se es un entendido en cuestiones dietéticas, no resulta fácil comprobar los datos de azúcares añadidos, pues no indica la cantidad de sacarosa. Es necesario revisar la lista de ingredientes y ver si el potito tiene azúcar. Si lo contiene, debe comprobarse en que lugar de la lista se encuentra, ya que los ingredientes están ordenados de mayor a menor cantidad de aporte.
Aunque también existen en el mercado potitos sin azúcar añadido, éstos son más caros, pero es una opción que debemos tener en cuenta.
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