Cuando nos hablan de autismo puede que nos imaginemos a un niño encerrado en su mundo interior, que no mira a los ojos, que no responde a la sonrisa o que no señala. Pero en realidad, hay mucho más allá de ello, y no debemos recurrir a tópicos o estereotipos, porque hay muchos mitos en relación a este trastorno.
¿Cuáles son los verdaderos síntomas del autismo? Aquí conoceremos los más frecuentes, y los que indican los manuales de referencia, pero es importante que tengamos claro que cada niño es un mundo y que el TEA engloba un grupo de trastornos; así, hablamos de un espectro, por lo que el trastorno puede manifestarse de formas diversas.
Sin embargo, sí hay dos grandes grupos de síntomas que siempre aparecen: dificultades en la comunicación e interacción social y patrones e intereses restringidos y repetitivos.
TEA o trastornos del espectro del autismo: ¿qué son?
Los trastornos del espectro del autismo (TEA) engloban una serie de trastornos con características en común.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el autismo se define como un trastorno neurobiológico en el que aparecen deficiencias o dificultades persistentes en la comunicación social y en la interacción social.
Además de estos síntomas, la persona también manifiesta patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
Aparecen en las primeras fases del desarrollo
Estos síntomas aparecen en las primeras fases del desarrollo, pero pueden no manifestarse en su totalidad hasta que la demanda social supera las capacidades limitadas de la persona (es decir, hay entornos "menos demandantes", por ejemplo a nivel académico, en los que estas dificultades aún no pueden apreciarse).
No se explican mejor por una discapacidad intelectual
Además, los síntomas también pueden estar enmascarados por estrategias que ha aprendido el niño o adolescente en fases posteriores de la vida.
Los síntomas causan malestar o interferencia en la vida de la persona, y no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por un retraso global del desarrollo.
Síntomas del autismo
Encontramos dos grandes grupos de síntomas en el autismo: por un lado, los relacionados con las dificultades en la comunicación social y en la interacción social.
Por el otro, los que tienen relación con patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
1. Dificultades en la comunicación social
Los niños y adolescentes con autismo tienen dificultades en la reciprocidad socioemocional, lo que se traduce en dificultad para establecer o mantener interacciones, compartir intereses, emociones o afectos con otros niños.
- Dificultades por acercarse a los otros niños
Así, puede costarles tener conversaciones bidireccionales (donde uno escucha y el otro habla, y donde estos roles se van intercambiando). También, les cuesta acercarse a los otros niños (iniciar conversaciones, por ejemplo) de forma adecuada e interaccionar con ellos.
- Alteraciones en el lenguaje no verbal
Además, dentro de este grupo de síntomas de comunicación social e interacción, encontramos también la dificultad a nivel de conducta no verbal.
En este sentido, pueden ser niños con alteraciones en el contacto visual (no miran a los ojos del interlocutor), o poco expresivos, no utilizan gestos, su lenguaje corporal (por ejemplo la postura) no se corresponde con su lenguaje verbal, etc.
- Dificultades en la comprensión y el uso de gestos
Otro síntoma del TEA, relacionado con el anterior, es la dificultad para comprender y utilizar los gestos. Así, son niños que pueden manifestar una falta total de expresión facial, por ejemplo.
- Dificultad a la hora de mantener y comprender las relaciones sociales
También les cuesta mucho comprender cómo funcionan las relaciones sociales, y mantenerlas. Por ejemplo, pueden tener problemas a la hora de ajustar su comportamiento al contexto, siendo "inadecuados" o incoherentes desde un punto de vista social.
- Dificultad para compartir juegos imaginativos
Otro síntoma del autismo relacionado con la conducta social es la dificultad para el juego simbólico, y sobre todo, para compartir este tipo de juego con otros niños. En este sentido, su juego puede ser mucho más repetitivo y menos funcional (por ejemplo, cuando alinean sus juguetes).
- Ausencia de interés en los demás
Aunque no todos los niños con TEA lo manifiestan, sí que hay algunos que presentan una ausencia de interés por los demás, sobre todo por sus iguales (se suelen llevar mejor con los adultos).
Esto hace que les cueste hacer amigos; a veces porque se acercan a los demás de forma inadecuada o extraña, o porque se sienten incomprendidos, y otras porque directamente no tienen interés en los demás niños (insistimos, esto no siempre ocurre).
2. Intereses restrictivos y repetitivos
En el otro grupo de síntomas del autismo encontramos los patrones restrictivos y repetitivos. En realidad, este tipo de síntoma puede manifestarse en tres niveles distintos, que son:
- Comportamiento
- Intereses
- Actividades
Esto puede traducirse, por ejemplo, en una preocupación excesiva por objetos inusuales, o por "obsesionarse" solo con una parte de los juguetes y no por el juguete en su totalidad.
Por otro lado, remarcar que cuando hablamos de intereses restrictivos, no solo nos referimos a intereses peculiares (por ejemplo, aprenderse todas las carreteras de memoria), sino al hecho de que solo les guste jugar con algo en concreto, y tengan una auténtica fijación por "ese" juego (por ejemplo, trenes, dinosaurios, etc.).
- Juego, lenguaje y movimientos
Así, los niños o adolescentes con TEA pueden hablar, jugar o hacer movimientos de forma estereotipada o repetitiva. Cuando se trata de movimientos, hablamos de las estereotipias motoras, como por ejemplo el clásico aleteo de las manos al estar nervioso, excitado o simplemente contento.
En el caso del lenguaje, las estereotipias se denominan ecolalias (estereotipias verbales), y consisten en la repetición de una palabra o frase oída anteriormente, fuera de contexto. Por ejemplo, estáis comiendo tranquilamente y de repente el niño dice una frase que ha oído esta mañana al profesor.
Finalmente, en el juego estos síntomas de patrones repetitivos se traducen, por ejemplo, en la alineación de los juguetes ya mencionada.
- Rigidez mental
Otro síntoma del autismo dentro de este grupo es la rigidez mental, lo opuesto a la flexibilidad; son niños a los que les cuesta mucho aceptar los cambios, por ello necesitan tanta anticipación y rutina.
Así, son inflexibles y pueden manifestar patrones ritualizados de comportamiento.
Por ejemplo, hacer las cosas siempre de una determinada manera (algo que no debe confundirse con el TOC), saludar siempre de la misma forma, tener la necesidad de sentarse siempre en el mismo sitio en clase, o de comer siempre lo mismo (pueden ser muy rígidos y selectivos con la alimentación), etc.
- Hiposensibilidad o hipersensibilidad
Finalmente, los niños con TEA suelen ser muy sensibles a los estímulos de su entorno (por ejemplo, a los ruidos, los olores, texturas...); o por el contrario, presentan una hiposensibilidad a los mismos, o un interés inhabitual hacia ellos.
Por ejemplo, pueden mostrar fascinación por las luces o el movimiento, o al contrario, sentir mucha angustia ante este tipo de estímulos. Como decíamos, ¡cada niño es un mundo! También dentro del espectro del autismo.
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