Las benditas hormonas son otra vez, junto con el aumento de volumen y circulación de la sangre, los responsables de que las embarazadas padezcan cefaleas durante el embarazo.
Suelen ser más frecuentes durante el primer trimestre hasta que el cuerpo se acostumbra a los cambios hormonales, aunque a veces aparecen también en el tercer trimestre pero debido a causas posturales o a la presión de la tripa sobre las venas principales.
El dolor es muy característico, es un dolor intenso a ambos lados de la cabeza o en la nuca. En algunos casos, acompañado de náuseas o vómitos.
En algunas mujeres aparecen por primeras vez durante el embarazo, en cambio en otras se acentúan las migrañas que tenían habitualmente. El estrés, la fatiga y la falta de sueño contribuyen a que aparezca dolor de cabeza, por lo que una de las medidas a tomar es tomarse la vida con más calma durante el embarazo, aunque a algunas les cuesta mucho.
Para aliviarlo, además del descanso, hay que comer pequeñas cantidades de alimento varias veces al día para evitar la carencia de azúcar. También el ejercicio puede ser un buen aliado, aunque no conviene que realices actividades físicas muy exigentes.
Seguir una dieta balanceada, una buena sesión de masajes o cualquier método que mejore la circulación sanguínea como poner las piernas en alto, pueden contribuir así como los paños fríos en los senos nasales o en la nuca.
El dolor de cabeza puede ser un síntoma de preeclampsia (alta tensión en el embarazo) y requiere de tratamiento médico urgente. Si el dolor de cabeza es muy intenso, no dudes en llamar a tu médico. Más vale prevenir.
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