En el segundo trimestre del embarazo, entre la semana 18 y la 22, se realiza a todas las embarazadas una ecografía de rutina llamada ecografía de las 20 semanas o "la eco de las 20" (en salas de espera y cafeterías), aunque su nombre más acertado sería llamarla ecografía morfológica de las 20 semanas, ya que en ella se realiza un examen detallado de toda la morfología del bebé pudiendo diagnosticar anomalías en su desarrollo.
¿Cómo se efectúa?
Es una ecografía normal, muy parecida a la del primer trimestre, que se realiza sobre el abdomen de la mujer, mientras está tendida. No es necesario realizarla en ayunas, ni se debe beber previamente, como requieren las ecografías pélvicas. Su duración oscila entre 10 y 30 minutos.
¿Tiene algún peligro?
Es una técnica sencilla, inocua e indolora. No implica una radiación ni exposición, por lo que es una práctica segura tanto para la embarazada como para el bebé.
¿Para qué sirve?
Como ya hemos dicho antes, en esta ecografía se va a analizar la morfología del bebé, su entorno (placenta y líquido amniótico), el corazón y resto de órganos internos así como los movimientos del bebé. Todo ello para comprobar que se esté desarrollando dentro de los parámetros normales.
Al tener un mayor desarrollo, se pueden identificar las posibles malformaciones fetales, tanto las graves como las leves que, sin embargo, pueden constituir la señal de algo más grave.
Se calcula que se pueden detectar el 88,3 por ciento en el caso de las malformaciones mayores del sistema nervioso, el 84 por ciento para las renales, y el 38 por ciento para las relacionadas con el corazón y los grandes vasos sanguíneos del sistema circulatorio.
Por ejemplo, la probabilidad de detectar una espina bífida en esta prueba es del 88% y el de una hidrocefalia del 98%.
En caso de detectar alguna anomalía deberá estudiarse y valorarse proponiendo, si fuera necesario, la realización de estudios más detallados.
También es el momento en que podremos conocer el sexo del bebé, si nos deja, claro.
Para finalizar, y según mi experiencia personal, esta "eco" es muy larga, pues son muchos los parámetros, medidas, etc que el ginecólogo va a necesitar tomar, recordad que dependiendo de la posición el feto, la cantidad de líquido amniótico, la morfología y la "maestría" con el ecógrafo, la prueba puede durar cerca de media hora (aunque en nuestro caso nunca llegó a tanto).
Todo esto hace que casi con toda seguridad, vuestro ginecólogo o la persona que en ese momento esté realizando la prueba, esté bastante más callado de lo normal y no os preste mucha atención, sobre todo si ya de por si no es demasiado hablador. Esto no indica necesariamente que haya encontrado algo malo, tened paciencia y esperad a que termine para que os pueda comentar en detalle y más relajadamente cómo ha ido la prueba (nosotros con el primero tuvimos que mordernos la lengua para no atorarle a preguntas).
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