Cuando empezamos a pensar en buscar un bebé, parece que el universo se pusiera de acuerdo para que veamos por todos lados mujeres embarazadas. También es posible que hayas notado que cuando una mujer está embarazada, otras mujeres a su alrededor también dan la noticia al poco tiempo.
Hay quien podría argumentar que es una cuestión de edad, o simplemente de azar, pero la ciencia se ha encargado de comprobar que el embarazo realmente es contagioso.
Un efecto llamada entre mujeres
Cuando una mujer queda embarazada, se produce un efecto llamada o reacción en cadena entre mujeres del mismo entorno, de manera que las mujeres a su alrededor, ya sean compañeras de trabajo, hermanas, primas, amigas, etc., tienen más probabilidades de quedarse embarazadas también.
El mayor estudio al respecto se llevó a cabo por investigadores de la Universidad alemana de Bamberg, donde analizaron el comportamiento de 42.000 mujeres de 7.600 empresas. El estudio, titulado "Fertilidad e interacción social en el trabajo" asegura que la tendencia de una mujer a quedar embarazada por primera vez aumenta las posibilidades de que una compañera de trabajo también lo haga.
El análisis de los datos de 1993 a 2007 mostró "un claro efecto de contagio en el año posterior al nacimiento del bebé de una colega", escriben Engelhardt-Wölfler, autores del estudio. La tendencia a quedar embarazada por primera vez fue casi el doble durante este período.
La explicación que dieron los investigadores fue que, la interacción con colegas embarazadas fortalece el deseo de tener hijos. Al ver a una mujer, compañera o amiga, embarazada o ya con su bebé, las otras mujeres experimentan el deseo de ser madre y ven aumentada su autoconfianza en sus capacidades para serlo.
También hay otro estudio, publicado en 2014, que llegaba a una conclusión similar al observar las interacciones de 1.700 mujeres durante 15 años, desde los 15 hasta los 30 años de edad.
Vieron que tener un hijo (o no tenerlo), se relacionaba en gran medida con lo que hicieran las amistades de cada mujer. Algo similar sucedía a la hora de decidir tener relaciones sexuales, comprometerse con un sindicato, utilizar métodos anticonceptivos o decidir abortar un bebé. Si una hacía algo de esto, las mujeres de su entorno tenían más probabilidades de hacer lo mismo.
Lógicamente, el efecto de contagio del embarazo fue mayor entre colegas que tenían aproximadamente la misma edad, con una diferencia de edad de un máximo de dos años.
El apoyo de otras embarazadas
Los expertos concluyeron, como ya hemos comentado, que cuando una decisión vital va ligada a momentos de incertidumbre, cuando hay muchos factores asociados a esa decisión, muchas cuestiones que valorar, el hecho de ver a alguien conocido dar el paso anima al resto a hacerlo también.
Ver a otras mujeres conocidas quedar embarazadas puede hacer que se sientan capaces de ser madres también en ese momento concreto de sus vidas.
¿Tenéis esa sensación? ¿Os parece que al ser madres otras amigas o conocidas lo fueron también como consecuencia?
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