Hasta ahora sólo podía administrarse en centros de salud o de planificación familiar y hace un par de días salía a la luz una noticia que dará que hablar (y mucho): dentro de tres meses la pastilla del día después podrá adquirirse sin receta en las farmacias.
La píldora poscoital es utilizada cada año por más de 500.000 mujeres en España y tiene como misión evitar embarazos no deseados.
Una de las razones por las que se llevará a cabo esta medida es el número de abortos realizados en 2007, un 10% superior al año 2006 y con cifras tan escandalosas como que 660 mujeres abortaron por sexta vez ese año.
Estos datos son considerados por el Ministerio de Sanidad como un grave problema al que hay que dar solución, y una de ellas es el libre acceso a la pastilla del día después por un precio que rondará los 18 euros.
El debate está servido, pues algunos sectores consideran que esta medida hará que los jóvenes tengan menos reparos en tener relaciones sexuales sin protección e incluso hablan de esta píldora como si de un método abortivo se tratara.
La OMS argumenta al respecto que se trata de una medicación esencial, pues “toda mujer en edad reproductiva podría necesitar, en algún momento, anticoncepción de emergencia para evitar un embarazo no deseado”. Toda mujer en edad reproductiva quiere decir cualquier mujer, tenga la edad que tenga.
Esta medida se está realizando ya en otros países como Francia, Reino Unido, Bélgica, Estados Unidos, India o Portugal, donde se ha demostrado eficaz para evitar embarazos indeseados. En Francia, por ejemplo, se produjo un descenso del 20% en el número de abortos desde que se implantó la venta sin receta de la citada píldora poscoital.
Algunos colectivos médicos no están de acuerdo, pues consideran que pierden el contacto con la mujer y la posibilidad de ofrecer una educación sexual que ayude a prevenir situaciones de riesgo con el uso adecuado de métodos anticonceptivos: “Sería mejor que la píldora se diera gratis en los centros de salud porque así llevaría en paralelo el consejo médico”, considera Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial.
Se teme además que muchas jóvenes reiteren la compra de la píldora poscoital, ya que no habrá control alguno sobre la cantidad de pastillas administradas a una misma persona.
Concha Martín Perpiñán, presidenta de la Asociación de Planificación Familiar de Madrid, comenta que “la gente no suele repetir con frecuencia. Sólo ocurre en el 13% o el 15% de los casos. No se utiliza como un método habitual, sobre todo porque es menos seguro, pero en caso de emergencia puede evitar hasta un 40% de las interrupciones voluntarias del embarazo”.
Y es cierto, la efectividad es menor que con el uso de anticonceptivos (suelen rondar el 99% de efectividad). Si la píldora poscoital se toma dentro de las 24 horas siguientes al coito tiene una efectividad del 95%. Entre 25 y 48 horas es del 85% y entre 49 y 72 horas del 58%.
Se teme mucho por las jóvenes, pero los registros en Catalunya dicen que de las mujeres que la tomaron el año pasado sólo un 4,5% eran menores de 16 años.
¿Qué opináis?
Yo estoy de acuerdo en que la pastilla del día después (o del día siguiente) debe ser de acceso libre, incluso gratuita como venía siendo en muchas comunidades autónomas, pero dispensada en un centro de salud o de planificación familiar donde la mujer (y sobretodo las jóvenes) puedan ser informadas (sin juicios ni prejuicios) sobre el uso de la misma, los riesgos y las medidas preventivas para tener sexo seguro.
Vía | El País