Se acerca la época navideña y con ella llegan diversas tradiciones y costumbres que celebramos año con año: desde poner el arbolito de Navidad y decorar las casas, hasta escuchar y cantar villancicos y melodías navideñas.
Pero aunque estas costumbres sean realizadas en muchos países, hay otros que tienen sus propias tradiciones, como el Julbock o cabra de Yule o de Navidad, un símbolo antiguo del Yule y la Navidad escandinava.
Pero curiosamente, esta cabra no solo es reconocida por ser un símbolo navideño, sino porque la cabra de Gävle, la versión más grande que ha existido de ella, creó de manera no intencional otra tradición curiosa: quemarla antes de que llegue la Navidad.
La cabra de Gävle
Desde 1966, en la ciudad de Gävle, Suiza, cada año es levantada una versión gigante de esta tradicional cabra navideña, que actualmente es un adorno típico navideño que se encuentra en diversos sitios, desde los árboles de Navidad hasta las calles de las ciudades.
Ideada originalmente por el asesor publicitario Stig Gavlén, la enorme cabra de Gävle, que está hecha de paja y es construida por diversos grupos comunitarios locales, es colocada en la Slottstorget o la Plaza del Castillo durante el primer día de adviento en diciembre, y retirada los primeros días de enero.
La cabra es tan popular, que incluso tiene su propia cuenta de Instagram: @gavlebocken, en donde cada diciembre realiza divertidas publicaciones anunciando su llegada, comentando sobre el clima y despidiéndose al iniciar el año.
En 1985 la cabra de Gävle, construida en esa ocasión por el Club de Ciencias Naturales de la Escuela de Vasa, entró al Libro Guinness de los récords, con una altura de 12,5 metros, superándolo nuevamente en 1993, cuando alcanzó los 14,9 metros de altura.
Pero esta exhibición no solo ha adquirido fama por su tamaño o por lo que representa, sino porque año con año alguien intenta quemarla antes de Navidad. Y casi siempre lo consiguen.
Una tradición accidental... e ilegal
En Nochevieja de 1966, el mismo año en que fue hecha la primera cabra y colocada en la plaza, alguien decidó quemarla, iniciando una tradición que es tan ilegal como divertida. Desde entonces, cada año alguien intenta quemar la cabra, haciendo lo posible por burlar la enorme seguridad alrededor de ella.
Desde cámaras de vigilancia que transmiten en directo las 24 horas al día, hasta guardias de seguridad, soldados de infantería y la Guardia Nacional Sueca, la cabla de Gävle suele estar bien protegida e incluso se le han colocado materiales retardantes para prevenir que se queme.
Pero a pesar de todas estas medidas, la mayoría de los años ha sido quemada o dañada, a veces solo horas después de ser colocada y en una ocasión incluso antes de ser puesta en la plaza.
En algunos casos, los pirómanos han permanecido anónimos, mientras que varios de los que han logrado capturar parecían haber estado altamente alcoholizados al momento de quemarla. Otros, han sido ataques más planificados.
En 2005, por ejemplo, dos personas disfrazadas de Papá Noel y del hombre de jengibre arrojaron flechas de fuego a la cabra, apareciendo posteriormente en el programa "Más buscado" del canal sueco TV3. En otro año, la cabra sufrió daños a causa de unos fuegos artificiales.
Aunque no todos los años es quemada, rara vez sobrevive más de dos años consecutivos. La única ocasión en la que esto ha sucedido fue de 2017 a 2020, cuando a pesar de algunos intentos de incendio la cabra de Gävle logró sobrevivir cuatro años seguidos.
La última cabra, colocada en diciembre de 2023 también logró sobrevivir a los incendios, pero fue devorada lentamente por diversas aves (principalmente la grajilla occidental) a lo largo de todo el mes, debido a que la paja utilizada en ese año contenía una cantidad más elevada de semillas.
Ahora que estamos por comenzar la temporada de Adviento dentro de algunos días, veremos qué le depara en esta Navidad a la cabra de Gävle.
Foto de portada | Tony Nordin con licencia CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons