El síndrome de la chica buena: un comportamiento que hace infelices a las mujeres por querer alcanzar la perfección

El síndrome de la chica buena: un comportamiento que hace infelices a las mujeres por querer alcanzar la perfección
Sin comentarios

Pensar más en los demás que en una misma. Que la autoexigencia nos lleve a querer llegar a todo. Dar, dar y pocas veces, recibir. Querer hacerlo todo bien, evitar el conflicto, no querer 'molestar'... ¿Te suena todo esto? Tal vez sufras el síndrome de la chica buena.

Un síndrome descrito por la psicóloga Marta Martínez Novoa, quien acaba de lanzar al mercado su libro 'El síndrome de la chica buena'. En una entrevista para Women's Health explica que se trata de una actitud, un patrón de comportamiento que tenemos muchas mujeres y que en realidad, nos está haciendo infelices.

Básicamente, y según explica la psicóloga, "se basa en anteponer las necesidades de los demás a las propias, en anteponer la opinión de los demás a la nuestra. En estar muy centradas en ser hiperresponsables para alcanzar una perfección que nunca llega, y todo esto con el objetivo de sentirnos válidas". ¿Cómo saber si lo sufres?

Un síndrome que afecta más a las mujeres, por esta razón

Aunque el síndrome de la chica buena puede también afectar a los hombres, afecta en su inmensa mayoría a las mujeres. Y esto tiene que ver con los mandatos de género asociados al constructo de la feminidad. Como seres humanos, nuestro cerebro quiere simplificar la realidad, y eso hace que la reduzcamos a unos estereotipos concretos; en este caso, hacia las mujeres.

Y lo cierto es que, históricamente, ha habido siempre determinadas características "asociadas a la feminidad", como la dulzura, la sensibilidad, la fragilidad, la responsabilidad, el cuidado... Y todos estos rasgos acaban creando el patrón de "la chica buena". Por esto son más las mujeres que lo sufren.

El perfil de mujer y cuándo suele 'explotar' el síndrome

La autora del libro explica que se lanzó a escribir sobre ello porque lo veía mucho en consulta; mujeres que venían con una sensación de insatisfacción vital que aparentemente no estaba provocada por nada.

Y al profundizar descubría que apenas tenían espacio en su propia vida. Dicho síndrome se reflejan en frases que nos dice la sociedad, como "qué buena eres, calladitas estás más guapa, siéntate como una señorita...". Al fin y al cabo, conductas de complacencia hacia los demás que se van reforzando.

El perfil de la chica buena, según la psicóloga, puede ser esa madre que en sus 40-50 años dice "no me he sentado todo el día", "el día que yo me vaya qué vais a hacer...".

Son mujeres que viven en gran parte para el cuidado de los demás, y que no conectan absolutamente nada con qué necesitan ellas. Sin embargo, también pueden ser mujeres jóvenes que se dedican a cuidar, o que buscan complacer y la perfección en sus relaciones, en su trabajo, etc.

Si sufres el síndrome de la chica buena, probablemente vivas para el cuidado de los demás, y te cueste mucho conectar con tus propias necesidades.

En todas las fases de la vida podemos sufrir este síndrome, pero dependiendo de la etapa, seremos más o menos conscientes. Por ejemplo, de adultas solemos adquirir más responsabilidades (aumentando así la exigencia externa y por ende, la autoexigencia).

Esto hace que el síndrome "explote" en esta etapa vital, porque nos podemos sobrecargar, buscar la excelencia y como consecuencia, estar siempre pendiente de todos y sentirnos frustradas y culpables porque claro, no llegamos a todo (y en el camino, nos olvidamos de nosotras mismas).

Síntomas del síndrome de la chica buena: ¿te pasa?

¿Cómo detectarlo en nosotras? Conociendo bien sus síntomas. El síndrome de la chica buena se caracteriza por una serie de elementos, que tienen que ver con:

  • Anteponer siempre las necesidades ajenas a las propias.
  • Evitar el conflicto, reprimir nuestras emociones (sobre todo el enfado, la ira... para no 'molestar').
  • Tener dificultades para tomar decisiones propias (por miedo a parecer 'egoístas').
  • En definitiva, ser espectadoras (o personajes secundarios) de nuestra propia vida, y no protagonistas.

Así te afecta ser siempre 'la chica buena'

Este patrón de comportamiento puede generar estrés y culpa (porque no llegamos a todo, y eso genera frustración), y además, deteriora la salud mental y la autoestima en general (no nos damos aquello que necesitamos, ni nos priorizamos).

Por otro lado, no descansamos mentalmente, lo que perjudica nuestro funcionamiento cognitivo y acabamos agotadas, y por ello nos sentimos despistadas o torpes o se nos olvidan más las cosas. En definitiva, nos perjudica haciéndonos infelices.

Claves para no caer en este síndrome (o salir de él)

Hay algunas claves que nos pueden ayudar a no caer en el síndrome o salir de él; entre ellas, conocernos a nosotras mismas y saber qué queremos y qué no, priorizarnos, aprender a decepcionar (no tienes por qué ser siempre 'la buena'), trabajar el autocuidado y la autoestima, reducir la autoexigencia y reforzarnos más por los logros, aprender a equivocarnos y ver que 'no pasa nada' y poner límites en nuestras relaciones.

Aunque, tristemente, la sociedad actual todavía penalice más todo esto (parece que al centrarnos en nosotras mismas, somos egoístas). Por ello, tal vez nunca podramos librarnos del todo de él, pero sí ser conscientes y protegernos, algo que nos acerca a la posibilidad de empezar a cuidarnos de verdad y a poner límites en nuestras relaciones y en nuestra vida en general. 

Foto | Portada (Película Mentiras verdaderas, 1994)

Temas
Comentarios cerrados
Inicio