La papa o patata, originaria de Sudamérica y cultivada por todo el mundo, ha tenido su Año Internacional y en su honor se celebran varias fiestas nacionales. Se trata de uno de los alimentos más consumidos en el mundo y sin embargo no existían muchos estudios que lo vincularan al embarazo. Pero un consumo excesivo de patatas antes del embarazo podría relacionarse con la aparición de diabetes gestacional.
La causa está en la cantidad elevada de almidón o fécula de la patata y la manera en que la digerimos. El almidón es un hidrato de carbono complejo que el cuerpo convierte en glucosa, y las patatas, dependiendo de su variedad, son alimentos que se digieren fácilmente pero que tienen un elevado índice glucémico, lo cual puede afectar a los niveles de glucosa en sangre.
Y es que, tras su rápida digestión, se libera una gran cantidad de glucosa en sangre y se genera una disfunción o agotamiento de las células beta, productoras de insulina, lo que genera el desarrollo de diabetes.
Como sabemos, la diabetes gestacional es una forma de diabetes mellitus inducida por el embarazo, que sufren una de cada diez mujeres. Como las hormonas que se segregan durante ese período interfieren en el trabajo que hace la insulina para que la glucosa entre en las células, se presentan unos niveles de glucosa en sangre superior a los normales.
Hasta ahora, se conocían diversos factores de riesgo para que una mujer sufra diabetes gestacional, como una historia familiar de diabetes tipo II, edad elevada de la mujer, obesidad, diabetes gestacional previa, fumar en el embarazo... ¿Habrá que añadir a estos factores el hecho de un consumo elevado de patatas?
Es lo que sugiere un estudio de observación llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de la Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver y de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, publicado por la revista British Medical Journal. Se titula "Pre-pregnancy potato consumption and risk of gestational diabetes mellitus" ('El consumo de patata antes del embarazo y el riesgo de la diabetes mellitus gestacional').
Se trata de un gran estudio cohorte retrospectivo llevado a cabo con más de 15.000 mujeres, que concluye que el consumo de patata antes del embarazo se asocia significativa y positivamente con el riesgo de padecer diabetes gestacional.
Analizaron las patatas (junto a otros alimentos) a lo largo de cuatro años y los casos de diabetes gestacional diagnosticado, teniendo en cuenta varios factores de riesgo vinculados a este problema metabólico.
Entonces, ¿tengo que dejar de comer patatas para prevenir diabetes gestacional?
Ya hemos dicho que la patata es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo, por lo que, quien más quien menos, las comemos y seguro que nuestras lectoras que quieran ser madres se harán esta pregunta: ¿tengo que renunciar a comer patatas? Porque este tubérculo es muy rico en propiedades y beneficioso para la salud, es una fuente de fibra, potasio, vitamina C y minerales... Y la respuesta es: no.
Lo que habría que evitar, si las conclusiones de este estudio se confirman con otros nuevos de intervención y ensayos clínicos controlados, es tomar demasiadas raciones de patatas a la semana. El riesgo de presentar una diabetes durante el embarazo aumenta cuantas más raciones se toman a la semana (por ejemplo, un 50% más de riesgo para las mujeres que consumían más de cinco raciones por semana).
Además, la sustitución de algunas raciones de patatas por otras verduras, legumbres o cereales integrales se asoció con un menor riesgo de diabetes gestacional.
Entonces, no tenemos por qué dejar de comer patatas, haciendo una salvedad: en el caso de las patatas fritas, que no van a hacernos demasiado bien y que en el propio estudio señalan que basta con raciones pequeñas para hacer el mismo daño potencial a la mujer. Recordemos que la comida rápida se ha relacionado con un incremento de la diabetes gestacional y además aumenta el riesgo de obesidad, colesterol...
En definitiva, hemos de intentar llevar un estilo de vida saludable, antes y durante el embarazo. Las patatas, mejor cocidas o asadas y sin excesos para prevenir la diabetes gestacional, que los excesos pasan factura. Combinar las patatas con verduras, cereales integrales y legumbres es una buena opción y mantener una dieta variada y equilibrada el mejor consejo.
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