La Covid-19 ha cambiado nuestra vida y la de nuestros hijos para siempre. Sus efectos son patentes desde marzo del año pasado, cuando comenzó el estado de alarma y parece que esas nuevas rutinas han venido para quedarse, al menos de momento. Y, por supuesto, esta nueva normalidad no es mejor que antes, ni mucho menos.
Con la intención de conocer los efectos que está teniendo la pandemia del coronavirus sobre la vida personal, digital y académica de los niños, la plataforma de seguridad y bienestar digital para familia Qustodio realizó una encuesta a los padres españoles. Los resultados, incluidos en su estudio 'Centennials: el antes y el después de una generación marcada por la covid', hablan de conexión excesiva a Internet, más ingesta de comida y de peor calidad, problemas psicológicos, de acoso y falta de ejercicio físico, entre otras alteraciones nada saludables.
De hecho, este estudio concluye que el 67% de los menores practican menos actividad física que antes de la pandemia, y que casi el 30% de los menores no llega a pasar una hora al día al aire libre.
Más tiempo en casa y menos al aire libre
Los expertos llevan años alertando de los riesgos que implica la falta de actividad física y los malos hábitos de consumo para los niños y adolescentes. Esta práctica ha empeorado aún más con la pandemia, que nos "invita" a pasar más tiempo en casa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el 80% de los menores no hace el suficiente ejercicio diario recomendado (una hora al día). Y no se habla solo de realizar algún deporte, sino que incluso ir caminando al colegio o jugar en los parques con los amigos han dejado de formar parte de las rutinas de nuestros hijos.
Según refleja el informe elaborado por Qustodio, el 72 por ciento de los niños y el 65 por ciento de las niñas, practican menos actividad física que antes de la pandemia.
Pero el tema empeora aún más si a este sedentarismo unimos una mala alimentación, otro de los efectos del coronavirus, según este estudio sobre los Centennials: el 10% de las familias españolas considera que los hábitos alimentarios de los menores se han visto modificados desde el pasado mes de marzo y 1 de cada 5 asegura que sus hijos han aumentado la ingesta de alimentos.
Apuntan desde Qustodio que se trata de datos realmente preocupantes ya que la infancia y la adolescencia son etapas en las que mantener una dieta equilibrada y alta en nutrientes asegura un crecimiento y desarrollo óptimos.
Además, la obesidad infantil y el sobrepeso se asocian con graves problemas como baja autoestima, fracaso escolar e, incluso, bullying.
El último Estudio Nutricional de la Población Española refleja que el 40% de los menores españoles sufre obesidad o sobrepeso siendo en niños más alta que en las niñas.
Por eso, la psicóloga familiar María Guerrero, resalta los beneficios fisiológicos, sociales y psicológicos que implica adoptar una rutina sana de vida para nuestros hijos.
"Es muy importante asegurarnos de que los menores adquieran hábitos alimentarios sanos y equilibrados y combinarlos con una actividad física adecuada, ya que estos se mantendrán en su vida adulta.
Pero no se trata solo de controlar la cantidad, debemos apostar por una dieta basada en alimentos de calidad, aumentar la ingesta de frutas y verduras, evitar las bebidas azucaradas, intentar comer en familia alejados de pantallas”.
Uso excesivo de Internet
El uso de la tecnología ya se había disparado hasta alcanzar niveles alarmantes antes de la aparición de la Covid-19, y durante la primera cuarentena del coronavirus llegó a incrementarse un 180%. De ahí que en más de un estudio haya aparecido reflejada la preocupación de los padres por el uso excesivo que hacen sus hijos de las pantallas y, concretamente de Internet desde que comenzó la pandemia.
Las respuestas de los padres en esta encuesta de Qustodio, realizada en octubre a 1.000 padres y madres de niños y niñas de entre 7 y 15 años, tampoco dejan lugar a dudas. Los niños pasan mucho más tiempo que antes conectados a Internet, tanto por motivos educativos como de ocio, y eso les está afectando negativamente, especialmente a nivel social y educativo. Así:
En torno a 6 de cada 10 familias aseguran que la pandemia ha provocado que sus hijos desarrollen adicción a las pantallas.
7 de cada 10 niños españoles pasan ahora más tiempo conectados a Internet por motivos educativos.
1 de cada 3 hogares españoles ha adquirido un nuevo dispositivo digital a causa de la pandemia para sus hijos y son muchas familias las que se han suscrito a servicios de vídeo en streaming como Disney+.
Para evitar los problemas asociados, María Guerrero recomienda mantener los dispositivos en una habitación común, fuera del dormitorio; evitar su uso en la mesa, y apagarlos una hora antes de acostarse: "la salud física y mental futura de nuestros hijos depende de ello".
Problemas psicológicos asociados a la pandemia
Esta abusiva dependencia de la tecnología repercute también en la salud psicológica de los niños. Aunque según este estudio el 65% de los padres no cree que la Covid-19 haya aumentado las probabilidades de que sus hijos sean víctimas de acoso escolar, las cifras señalan otras cosas: el cyberbullying (o ciberacoso) se ha disparado un 70%.
Por eso, los expertos recomiendan que los padres adopten un papel más proactivo a la hora de controlar el uso de la tecnología en casa y de ayudar a sus hijos a desarrollar unos hábitos digitales saludables, usando opciones y aplicaciones de control parental.
Pero hay más conclusiones de la pandemia preocupantes en el ámbito personal. Las familias encuestadas señalan las relaciones sociales, la educación y la actividad física como las áreas que más han afectado a sus hijos:
3 de cada 10 menores han sufrido falta de concentración y mal humor o agresividad en este tiempo. Esto implica, según la psicóloga familiar, "una peor gestión de sus emociones".
Problemas de sueño, depresión, pérdida o aumento de peso y menor autoestima.
“Hay un número mayor de niños con trastorno del sueño y esto se traduce en un cansancio crónico o insomnio. De igual modo, van a haber más inseguridades que darán lugar a un aumento de depresión, ansiedad y agorafobia“.
Así lo explica María Guerrero, al incidir en la importancia del sueño, reclamando a los padres que retiren las pantallas de las habitaciones de los niños y las apaguen una hora antes de irse a dormir. Esto es más importante aún entre los adolescentes que "se llevan de forma habitual a la cama los dispositivos y se quedan horas chateando”.
La falta de socialización es preocupante
Los profesionales de la salud mental hablan de una generación, la de la pandemia, que crece en un entorno con una menor socialización, donde las pantallas es protagonista de sus vidas. Y es que los padres estamos viendo cómo los niños de ahora prefieren cambiar las actividades de ocio del “mundo real” por una pantalla: prefieren quedarse en casa a jugar online que quedar con sus amigos.
Este aislamiento social puede conllevar, según la experta, "adicción digital, baja autoestima, ansiedad y depresión y tendencias autolesivas“.
Ante una situación como esta, la psicóloga de familia recomienda no Por eso anima a que los padres estén alerta y acudan a un profesional si notan cambios importantes en el carácter de su hijo y falta de apego con otros niños de su edad:
“Cuando vemos un cambio en sus rutinas, en sus notas o que su humor cambia muy fácilmente, contestando o portándose mal, debemos dar la voz de alarma“.
Por cierto, solo una aclaración final. Si te pierdes con los distintos nombres que reciben las generaciones, te aclaramos que "Centennials" (Pertenecientes a la ‘Generación Zeta’) incluye a los nacidos entre 2003 y 2010; es decir, menores entre los 10 y los 17 años de edad.
El estudio también incluye a la generación Alfa, niños nacidos a partir de 2010.
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