Los medicamentos deben ser considerados como tal y no se han de tomar sin prescripción médica en ningún caso, pero mucho menos si se trata de bebés o niños. Uno de los errores más frecuentes que cometemos los padres es ejercer nosotros mismo de médicos en casa, ofreciendo en ocasiones el medicamento, o la dosis o el tratamiento inadecuado.
También dejar los medicamentos en lugares poco seguros, con el consiguiente peligro de ingesta accidental por parte de los pequeños, es frecuente en muchos hogares, un aspecto que no se debe descuidar.
La FDA (Departamento de Alimentación y Medicamentos de los Estados Unidos) aporta una serie de consejos acerca de medicamentos y niños bajo el significativo título de "Los niños no son simplemente adultos pequeños". Se orienta especialmente a los medicamentos sin receta.
Empieza recordando que hay que ser muy cuidadoso cuando le administremos un medicamento a un bebé o a un niño. Incluso los medicamentos de venta libre sin receta médica son medicinas serias. éstos son los consejos a tener en cuenta:
- Lea siempre la información sobre los ingredientes y las instrucciones para el uso que figuran en la etiqueta de su medicamento de venta libre. Esto es importante para seleccionar y utilizar en forma segura todos los medicamentos de venta libre. Lea siempre la etiqueta antes de administrar el medicamento. Asegúrese de que entiende bien la cantidad de medicamento que debe administrar y cuándo puede repetir la dosis.
- Sepa cuál es el "ingrediente activo" del medicamento para su niño. Ésa es la substancia que hace que el medicamento haga efecto y está siempre indicada en la parte superior de la etiqueta con la información e instrucciones. En algunos casos el mismo ingrediente activo puede aliviar más de un malestar. Es por eso que el mismo ingrediente puede encontrarse en muchas medicinas distintas utilizadas para el tratamiento de diferentes síntomas. Por ejemplo, un medicamento contra el resfriado y otro para quitar el dolor de cabeza pueden contener el mismo ingrediente activo. De modo que si usted está tratando un resfriado y un dolor de cabeza con esos dos medicamentos, y ambos contienen el mismo ingrediente activo, podría estar administrando dos veces la dosis normal. Si tiene dudas en cuanto a las medicinas de su hijo, consulte con su médico, enfermera, o farmacéutico.
- Dele a su niño el medicamento correcto en la cantidad debida. No todos los medicamentos están indicados para un recién nacido o un niño. Los medicamentos de la misma marca pueden venderse en muchos grados distintos de concentración, como es el caso en las fórmulas para recién nacidos, niños, y adultos. Las dosis y las instrucciones también son diferentes para niños de distintas edades y pesos. Use siempre el medicamento correcto y siga las instrucciones al pie de la letra. Nunca use una dosis mayor que la indicada, aun cuando su niño parezca estar más enfermo que la vez anterior.
- Consulte con su médico, farmacéutico o enfermera para que le indiquen qué medicamentos pueden interactuar con otros y cuáles no. Los medicamentos, las vitaminas, los suplementos, y los alimentos y bebidas no siempre son compatibles entre sí. Su profesional de salud puede aconsejarle.
- Utilice el instrumento medidor que viene con la medicina, tal como un gotero o vasito dosificador. Otro tipo de implemento, tal como una cuchara de cocina, podría contener una cantidad indebida de medicamento.
- Distinga entre una cuchara (tablespoon o tbsp., en inglés) y una cucharita (teaspoon o tsp., en inglés). ¡No las confunda! Una cucharada contiene tres veces más medicina que una cucharadita. En los implementos medidores, una cucharadita (tsp.) es igual a “5 cc” ó “5 ml.”
- Conozca el peso de su niño. Las instrucciones de algunos medicamentos de venta libre se basan en el peso. Nunca trate de adivinar o estimar la cantidad de medicamento que debe darle a su niño, ni trate de calcularla basándose en las dosis indicadas para adultos. Si la dosis que corresponde a la edad o al peso del niño no aparece indicada, llame a su médico o a otros miembros de su grupo de profesionales de salud.
- Para evitar una situación de emergencia por envenenamiento, use siempre tapas que sean difíciles de abrir para los niños. Después de cada uso, vuelva a cerrar bien la tapa. Hay que tener especial cuidado con los productos que contengan hierro; éstos constituyen la principal causa de muertes por envenenamiento entre los niños pequeños.
- Guarde todos sus medicamentos en un lugar seguro. Hoy en día las medicinas tienen buen sabor, vienen en colores atractivos, y muchas son masticables. Los niños podrían creer que estos productos son dulces. Evite una emergencia debida a una sobredosis o envenenamiento, guardando los medicamentos y vitaminas en un lugar seguro que no esté ni a la vista ni al alcance de su niño (ni de sus animales domésticos). Si su niño ingiere una cantidad excesiva, llame a la Línea directa del Centro de Control de Substancias Venenosas (Poison Center Hotline), al 1-800-222-1222 (en servicio 24 horas al día, 7 días de la semana en estados Unidos), al teléfono de emergencias 112 o al 911. En españa en Centro Nacional de Toxicología tiene el teléfono 915620420.
- Examine el medicamento tres veces para comprobar que no tenga señales de haber sido manipulado ni dañado. Primero, examine el empaque exterior y compruebe que no tenga cortes, tajos, ni desgarraduras. Segundo, una vez en su casa, lea la etiqueta del envase interior para verificar que sea la medicina correcta. Asegúrese de que la tapa y el sello no estén rotos. Tercero, examine el color, la forma, el tamaño, y el olor del medicamento. Si observa algo diferente o fuera de lo común, hable con su farmacéutico u otro profesional de atención médica.
Esperemos que todos estos consejos para el buen uso de medicamentos en los niños os hayan sido de utilidad.
Vía | FDA En Bebés y más | Equipar el botiquín para casos de "pupas", Avisos de seguridad para casas con niños, Cuando los padres jugamos a ser médicos